Entregaron las FARC a los 70 militares retenidos durante 9 meses
Afp, Ansa, Reuter, Ap, Efe y Dpa, Cartagena del Chairá, 15 de junio Ť Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entregaron esta tarde a la Cruz Roja Internacional a los 70 militares que durante nueves meses y medio mantuvieron retenidos, lo que fue interpetrado por el gobierno como un signo de que hay soluciones para la paz, aunque la guerrilla afirmó que sólo será posible negociar si se producen cambios democráticos en el sistema político y legal.
Manuel Marulanda Vélez Tirofijo, líder de las FARC, condicionó un eventual diálogo de paz a que el gobierno cree las condiciones propicias, que consistirían en la modificación de la teoría de seguridad nacional, la desmilitarización de cuatro municipios --no se aclaró cuáles--, en un mensaje enviado y leído durante la ceremonia de liberación.
Igualmente, las FARC pidieron despenalizar la protesta popular, suspender los decretos represivos y las zonas especiales de orden público, regiones del país donde las fuerzas armadas tiene amplios poderes. Reclaman igualmente que se introduzcan cambios democráticos en las estructuras del Estado y el régimen político.
De esa manera --indicó la propuesta del líder rebelde leída por el comandante Fabián Ramírez, uno de los jefes encargados de realizar la negociación y entrega de los militares-- se podrían discutir las bases de una verdadera política nacional con soberanía para afianzar los cimientos de una paz duradera con justicia social.
En el acto, Joaquín Gómez, comandante del bloque sur de las FARC, defendió la legitimidad de la lucha armada mientras en Colombia no se le permita a la verdadera oposición política otros canales de expresión distintos al de las armas. El guerrillero subrayó que desempleo, hambre, la falta de tierras, de educación y de todas las expresiones de la justicia social son las columnas donde reposa el Estado.
Gómez aclaró que el asalto a la base militar de Las Delicias, el 30 de agosto de 1996, en el que fueron capturados 60 de los militares, fue en represalia por los atropellos del ejército contra los campesinos cocaleros que se manifestaron el año pasado en demanda de atención oficial.
Por su parte, el presidente Ernesto Samper se mostró satisfecho por la liberación de los militares, y dijo que con esto el país puede demostrar al mundo con dignidad que es capaz de encontrar salidas pacíficas a los conflictos. ''Fue una operación que planeamos y que se cumplió en cada una de las etapas gracias a la forma generosa como cooperaron muchas personas'', dijo Samper en un mensaje televisado.
Al dar la bienvenida a los liberados, el ministro del Interior, Carlos Holmes, indicó que la liberación no puede considerarse como el logro de la paz o la iniciación inmediata de un proceso, pero consideró que esto demuestra que sí se puede llegar a un entendimiento.
El obispo de la localidad de San Vicente del Caguán, quien jugó un papel importante en este proceso, expresó que ``la liberación es un aperitivo de paz''. No obstante, el comandante del ejército, Manuel Bonnet, dijo que los rebeldes serían perseguidos al concluir el periodo de 32 días de desmilitarización de una amplia zona selvática del departamento de Caquetá.
Al fin, la libertad
Los soldados fueron entregados a la Cruz Roja con cuatro horas de retraso en un emotivo acto en la pequeña población de Cartagena de Chairá al que asistieron las madres de los efectivos, representantes de la Iglesia católica y cerca de 15 mil personas que los recibieron con vítores y aplausos. Los militares fueron trasladados en helicópteros a esta localidad en pequeños grupos desde un campamento guerrillero y entregados por los comandantes Joaquín Gómez y Fabián Ramírez.
Los últimos en llegar fueron los diez infantes de marina tomados por la guerrilla el 17 de enero en una emboscada a una patrulla en el noroeste del país, y tras el acto, las FARC firmaron con la Cruz Roja y delegados de la comisión de reconciliación el acta oficial de entrega.
Tras un primer encuentro con sus madres, los militares fueron trasladados a la base militar de Larandia, en la que fueron recibidos con honores por altos funcionarios y por jerarcas militares.
Los liberados, que están cumpliendo su servicio militar obligatorio de 18 meses, comentaron que siempre fueron bien tratados, y que nunca pensaron en quedarse con la guerrilla, de la que destacaron lo bien armada que está.