Bours: la estabilidad no garantiza bienestar
Humberto Ortiz Moreno Ť La estabilidad macroeconómica no es condición suficiente para aumentar el bienestar de la población, estableció Eduardo Bours Castelo, quien hoy asumirá la presidencia del Consejo Cordinador Empresarial durante una ceremonia encabezada por el presidente Ernesto Zedillo.
El país ya no puede ``agarrar atajos, pues cada vez que los agarramos nos vamos pa'trás en lugar de salir del problema''', advirtió en su inconfundible tono norteño. En entrevista con La Jornada, el también presidente del consejo de administración de Industrias Bachoco advirtió que el empresariado, aun con un Congreso con mayoría de la oposición, pugnará por mantener una economía de mercado que otorgue mayor prioridad a los asuntos sociales del país. Y es que, aseveró, las políticas populistas del pasado, en las que el Estado era el generador de la riqueza, ya probaron su ineficacia y fracasaron en el mundo.
Ante los recientes rumores de una eventual fuga de divisas y crecientes presiones para devaluar la moneda, el nuevo líder de la cúpula del sector privado aseguró que la capacidad monetaria está reforzándose cada vez más con la entrada de capitales y
aunque reconoció que un sector de la economía, el exportador, ha perdido cierta competitividad, ``nosotros sentimos que todavía no estamos en la coyuntura de una depreciación monetaria''.
Se manifestó porque los mexicanos aprendan dentro de la democracia a dar menor importancia a las cuestiones electorales y a los cambios sexenales, para dar prioridad a la solución de las dificultades que obstruyen el crecimiento.
Bours Castelo, quien llega a la presidencia del CCE en medio de la inquietud de pequeños y medianos empresarios por los privilegios de que han gozado los grandes hombres de negocios, particularmente desde el sexenio pasado, puntualizó que en materia de recuperación económica ``no podemos fijar fechas fatales'', sino que es imperativo sentar las bases firmes para comenzar a crecer otra vez y mejorar el bienestar de la población.
Interrogado sobre la posibilidad de que en las próximas semanas, antes de los comicios del 6 de julio, sobreviniese una devaluación del peso frente al dólar, el nuevo dirigente empresarial juzgó ``obvio'' que la entrada de capitales al país impide una circunstancia de esa naturaleza. Sin embargo, de ocurrir, el castigo se iría directo al salario de los trabajadores, reconoció.
Argumentó que la competitividad del sector exportador ha sido muy alta en función de la macrodevaluación ocurrida a fines de diciembre de 1994 y durante 1995, pero a partir de entonces se ha venido recuperando la moneda. Por tanto, recalcó, no hay posibilidad de momento para una depreciación abrupta.
Bours Castelo echó un vistazo a la situación del país en el contexto de su ascenso al máximo cargo de representación empresarial y consideró que es ``claramente de mejoría, con una mejor condición'', pero en la que sin lugar a dudas ``todavía el bienestar no llega a todos los mexicanos, porque el consumo no crece a los niveles que requerimos''.
Ponderó las expectativas de desarrollo del mercado interno para el año 2000, calculadas en 5 por ciento, y estimó que para lograrlo es preciso mantener la estabilidad macroeconómica.
``Obviamente la estabilidad macroeconómica no es condición suficiente para aumentar el bienestar de la población, pero sí necesaria'', reflexionó.
Pugnó por disociar los fenómenos económicos de los políticos, y sostuvo que la única manera de salir ``de verdad'' de las crisis recurrentes es manteniendo una política ``muy perseverante, sin tratar de agarrar atajos''.
En materia de empleo, el líder empresarial dijo que generar más de un millón de plazas de trabajo al año es una meta ambiciosa, pero indudablemente prioritaria debido a la situación por la que atraviesa el país. No es un objetivo conservador, sino bastante realista.
Bours Castelo se refirió al Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafide) y puntualizó que no es posible pedirle al gobierno ``que se movilice durante equis tiempo porque algo puede convertirse en electorero''. Es inaplazable, concluyó, ``fincar las bases para recuperar el bienestar de los mexicanos, dando la certeza a la sociedad de que no vamos a caer otra vez en crisis recurrentes''