En la presentación de los ajustes al pase automático aprobados por el Consejo Universitario de la UNAM, el rector Francisco Barnés de Castro dio a conocer algunas de sus ideas acerca de los problemas que pueden limitar el aprovechamiento de los estudiantes universitarios. Yo creo que el rector es una persona seria, preocupada por la universidad, que más que buscar la aprobación o el aplauso fácil que le pueden brindar sus colaboradores cercanos, está interesado por la verdad. Partiendo de esta base pienso que el doctor Barnés puede aceptar que algunas de las consideraciones contenidas en su discurso del 9 de junio son más que certezas, interrogantes que merecen de estudios y un análisis más a fondo.
Por ejemplo, el rector, enfrentando a un interlocutor imaginario, se refiere a aspectos como la alimentación, la familia y la condición económica de los estudiantes y concluye de alguna manera que ninguno de esos factores son determinantes en el aprovechamiento académico de los educandos. En su mensaje hay un reconocimiento sobre la existencia de dos tipos de alumnos: a) Aquellos que nacen con cuna y fortuna, rodeados de ideas, conocimientos, letras y arte, dueños de su tiempo y b) Quienes crecen asediados por la pobreza y entran en contacto con las ideas, conocimiento, letras y arte a través de la escuela y que lejos de disponer de su tiempo tienen que ayudar a sus padres en sus quehaceres y en su economía. El rector no cree que estas diferencias sean importantes pues afirma: ``Repetir constantemente que los estudiantes con desventajas económicas y sociales son víctimas impotentes predeterminados al fracaso escolar, no sólo es un juicio falso y tendencioso, sino también una condena que les roba su autoestima, aniquila sus esperanzas y asesina su futuro''.
En particular, yo nunca he recurrido a la alimentación o condición económica o social como argumentos para explicar los problemas de los estudiantes de la UNAM. Los he escuchado y leído muchas veces y no me han convencido del todo, aunque siempre he pensado que hay en ellos algo de cierto. No me han convencido pues advierto en quienes los esgrimen más que pruebas una dosis alta de ideologización. Pero tampoco creo que deban desestimarse pues en nuestro país la pobreza y la desnutrición son factores presentes en la mayoría de los jóvenes. Pero la situación cambia cuando la máxima autoridad de la Universidad expone sus puntos de vista sobre ellos. A partir de lo dicho por el rector me parece que es obvio que él ya resolvió el problema. De seguro que al desestimarlos en su discurso una parte de los miembros del Consejo Universitario se pusieron de pie para aplaudirle, pero si ese respaldo le parece al rector suficiente para validar un dicho como cierto, entonces me parece que estamos frente a un suceso alarmante.
Decir, que la alimentación o la situación económica o social no son factores que influyan en el aprovechamiento académico de los estudiantes debe estar sustentado en estudios serios, no en puras creencias --ni las mías, ni las del lector, ni en las del rector. Todos conocemos las mitologías de los próceres de la patria; sabemos por la historia oficial que Benito Juárez fue un pastor pobre e indio que a pesar de los infortunios de su condición llegó a hacerse abogado y presidente de la República. A lo mejor imágenes como esta son la base en la que se apoya el rector de la Universidad para sustentar sus afirmaciones y allá él, pero nos dejaría más satisfechos saber de qué estudios se desprende que la desnutrición, el ambiente familiar, la pobreza o el trabajo simultaneo con los estudios, son factores irrelevantes en el aprovechamiento académico. Que nos ofrezca el rector dos o tres referencias bibliográficas que lo demuestren y entonces estaremos de acuerdo con él. Pero si no es así, entonces reconozcamos que estamos funcionando con base a creencias, mitos y posturas políticas que no necesariamente se ajustan a la verdad, aunque el Consejo Universitario se ponga de pie y aplauda. Eso no es un medio de validar la verdad en una universidad. Como tampoco creo que levantar el aplauso en una asamblea del CCH sea suficiente para validar lo contrario.
Los lugares comunes nos están ganando. Las posiciones políticas nos ahogan. El rector dijo y publicó un discurso que es muy importante, pero que está sujeto con alfileres. La alimentación o la situación económica y social de los estudiantes es factor que influye en su aprovechamiento ¿si o no? a ésto hay que responder con argumentos académicos, con estudios científicos, no con mitos y posturas ideológicas. Se trata de la más importante institución de educación superior e investigación de México. Se trata de una verdad que en México todos queremos conocer. Esto no es un juego, señor rector.