La Jornada 15 de junio de 1997

Represión e injustificada militarización en Guerrero: obispos de Acapulco y Tlapa

Alma E. Muñoz y Raúl García, corresponsal Ť La Iglesia católica en Guerrero aseveró que continúan las prácticas de represión y militarización injustificada en el estado para detener a presuntos integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Por separado, el arzobispo de Acapulco, Rafael Bello Ruiz, y el obispo de Tlapa, Alejo Castro Zavala, exhortaron a los actores en el conflicto a evitar ``atropellos y excesos, vengan de donde vengan''.

Mientras tanto, representantes de los 46 organismos integrantes de la Red Nacional Todos los Derechos para Todos realizarán del 20 al 23 de junio una visita a la entidad para entrevistarse con autoridades civiles y militares a fin de constatar las violaciones a derechos humanos que se suscitan en el estado por el ``enrarecimiento del clima político y el aumento de la militarización''.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez informó de lo anterior y condenó la persecución injustificada que realizan militares para encontrar a supuestos combatientes eperristas. Consideró que estas acciones enrarecen el clima para unas elecciones libres, principalmente en la región de la Montaña y las costas Chica y Grande, por la vinculación que se pretende hacer de los guerrilleros con el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Sobre el llamado del EPR para que les auxilien organismos no gubernamentales a localizar al combatiente Gustavo, desaparecido entre el 4 y 5 de junio pasado, Rafael Alvarez, primer visitador del centro Pro, afirmó que mientras no exista una petición formal no podrán auxiliar a la guerrilla en esta acción.

Por otro lado, vía telefónica, el arzobispo de Acapulco rechazó que la Iglesia pueda ser mediadora entre el gobierno y el EPR para lograr la paz en la entidad.

En coincidencia con el obispo de Tlapa, Bello Ruiz, sostuvo que persisten, a un año de la aparición del EPR, las prácticas de represión y militarización injustificada en contra de presuntos integrantes del grupo y de algunos líderes de organizaciones campesinas.

Ante esto, dijo que la Iglesia condenará los hechos violentos para solucionar problemas sociales y llamó a las autoridades a establecer proyectos productivos para mejorar las condiciones de vida de los guerrerenses.

Bello Ruiz pidió el establecimiento de espacios y mecanismos de diálogo entre el Estado y los grupos inconformes para evitar la represión, que se erradiquen la impunidad, la violencia y la inseguridad prevalecientes.

Alejo Castro Zavala dijo en una entrevista que el miércoles y jueves pasados los cinco obispos de la región --distribuidos en Tlapa, Ciudad Altamirano, Chilpancingo-Chilapa y Acapulco, Guerrero, así como Lázaro Cárdenas, Michoacán-- se reunieron en el municipio de Zumpango de Neri para analizar la situación y determinaron emitir un llamado a los actores en el conflicto y que se suspendan los ``atropellos y excesos, vengan de donde vengan''.

El prelado aseveró que ``sí hay evidencias'' sobre la violación de ``ciertos derechos de muchas personas'' por parte del Ejército Mexicano.


Alma E. Muñoz Ť Los obispos de la región sur conminaron a los candidatos a puestos de elección popular a ``no abusar de situaciones críticas para ganar votos y a ofrecer un proyecto político que responda adecuadamente a las condiciones y necesidades del pueblo''.

En un mensaje con motivo de las elecciones del 6 de julio, cinco prelados pidieron, por vivir ``una grave crisis del sentido y valor del derecho, la ley y la legalidad'', buscar promotores de iniciativas de ley que respondan a una verdadera cultura democrática.

Con el arzobispo de Acapulco, Rafael Bello Ruiz, a la cabeza, la Iglesia de la región sur (Guerrero y Ciudad Lázaro Cárdenas, Michoacán) considera en su mensaje del 11 de junio la pérdida de valores como ``una de las causas más profundas de la violencia en nuestro país, sea por una tendencia generalizada a vivir al margen de toda ley, sea porque algunas autoridades se han considerado a sí mismas por encima de la ley y se han valido de ella para cometer injusticias y atropellos, sobre todo con los más pobres''.

Desgraciadamente, insistieron los religiosos, ``para muchas personas ha habido abusos y violaciones hasta por parte del Ejército Mexicano'' y a esto se suma que algunos mexicanos, como el Ejército Popular Revolucionario, ``han querido hacerse justicia por su cuenta y comenzaron a ejercer la violencia''.

Otros buscan obtener fácilmente el dinero o bienes a costa de la integridad y hasta de la vida de muchas personas inocentes, agregan.

También lamentaron la inexistencia de una educación para formar la conciencia cívica y moral, a lo cual se suma ``la apatía política de muchos bautizados, la corrupción, el abuso de autoridad, la impunidad y las graves fallas en la administración de la justicia, el narcotráfico, la mentira sistemática, la violencia en los diversos ambientes, los graves contrastes entre quienes poseen en exceso y tienen todas las oportunidades y los millones de hermanos y hermanas nuestros que sufren pobreza y marginación, incluso extrema''.

Por ello, exhortaron a los candidatos a ``desterrar'' las sombras que ponen en peligro la legítima aspiración de todos a vivir en una paz fundada en la justicia, la verdad, el amor fraterno y la libertad.

``Les corresponde de manera especial ser instrumentos de unión entre las dimensiones representativa y participativa de la democracia. Es necesario, como en toda competencia legítima, un juego limpio de palabras, argumentos y acciones; todos estamos de acuerdo en que la violencia es uno de los problemas más graves de nuestro país''.

El proceso que culmina el 6 de julio ``es una oportunidad para que los candidatos ofrezcan campañas que ayuden a comprender el sentido profundo de una legislación justa, fundada en la dignidad y los derechos humanos como criterio objetivo de convivencia social, dando a conocer las propuestas de leyes que puedan beneficiar a nuestra nación''.

En el mensaje --con las firmas del arzobispo Bello Ruiz y de los obispos Efrén Ramos Salazar, Alejo Zavala Castro, Salvador Flores Huerta y Carlos Garfias Merlos-- se considera que el proceso electoral representa la oportunidad para alcanzar una madurez política ``que esperamos destierre la desconfianza, la apatía y el abstencionismo, a la vez que propicie mayor responsabilidad ciudadana''.

Los prelados llaman a participar con responsabilidad a todos, y piden a los candidatos: ``honestidad, veracidad, justicia y renunciar a los intereses personales o de grupo''.