La Jornada 12 de junio de 1997

¿No nos vas a quitar, verdad?, inquirieron en Tepito al perredista

Alonso Urrutia Ť Entre el tumulto, un valedor se la soltó sin inhibición: ``Orale, ese Cuauhtémoc, hay tinta china, chochos o revistas porno''.

Tras el candidato perredista su equipo hizo esfuerzos por dejarle un espacio mínimo en medio de la asfixiante atmósfera que lo rodeó, en pleno corazón de Tepito, tan famoso por su fayuca como por su priísmo.

Ahí están los Chivas Reagal a mitad de precio del mercado o los pantalones de mezclilla rematados a 45 pesos, la piratería musical y fílmica que desborda la calle Aztecas, los tatuajes Miguelón.

Es Tepito, le dijeron al candidato, sin maquillaje.

``Cárdenas ¿No nos vas a quitar, verdad?'', salió el grito entre las pantaletas rematadas a diez pesos. El aludido sólo sonrió y continuó su agitada visita.

Fue una incursión a territorio bajo la patente del PRI, que ahora ve la desbandada de los que fueron sus dirigentes.

Otrora priísta, Miguel Galán, líder de una de las organizaciones tepiteñas, fue parte del comité de recepción. También es parte de la desbandada priísta en el antaño controlado barrio:

``A la naturaleza no le agradan los vacíos. Y si existe un vacío podemos estar seguros de que alguien lo va a llenar'', indicó.

Acompañado por el candidato al Senado y originario de ese barrio, Carlos Payán, el aspirante a jefe de gobierno reivindicó las expresiones culturales como Tepito Arte Aca, al que defendió de quienes lo descalifican por su muralismo; criticó también al burocratismo y la corrupción que dominan los gimnasios del barrio; a la delincuencia y la drogadicción. Habló del gobierno socialmente responsable y de restructurar las corporaciones policiacas para reforzar el combate a la delincuencia organizada.

Cárdenas también habló del ambulantaje: la ciudad debe conciliar las diversas expresiones comerciales, el comercio establecido, el semifijo y el ambulante, porque los tres son necesarios para la ciudad. No obstante, matizó, el ambulantaje deberá ser regularizado fiscalmente a cambio de ser retribuida con esquemas de seguridad social que compensen los impuestos.

Deploró la corrupción entre líderes y vendedores; además, adelantó que buscará la forma para sustituir los esquemas de inspección que sólo han generado extorsión hacia los comerciantes.

El perredista inició su andar por la calles de Aztecas, Toltecas, Jesús Carranza... por los bastiones del PRI. ``Orale esos perredistas, a dos por diez'', remataba las calcetas un comerciante en un saturado pasillo.

Entre traspiés y bandazos, la comitiva y la nutrida concurrencia de la Unión Popular Nueva Tenochtitlan le abría el paso. Lo metieron en vecindades, lo llevaron por entre los puestos, lo pasearon por Tepito. Ahí iba el candidato; comió tacos, saludó a comerciantes y evadió vallas.

Camino al último mitin aprovechó para tomarse una foto en El Torito, publicitado como ``quien no conoce al Torito, no conoce Tepito''. Y ahí, los más connotados candidatos priístas han posado para dar fe de que hicieron campaña en Tepito.

Casi sin reposo, la visita concluyó en lo que fue el cine Bahía, hoy desarrollo habitacional de la UPNT. Lideresa de esa organización y aspirante a diputada, Dolores Padierna definió a Tepito más allá del barullo que recibe al candidato. Es un foco de explosión social que sólo interesa a las autoridades como botín político y económico. Coludidos en la corrupción, líderes y funcionarios han vendido casi todas las calles en millonarias cantidades que expulsan a tepiteños, dijo.

Cárdenas retomó el tema y descalificó los cacicazgos forjados a base de corrupción antes de aseverar que la reordenación de Tepito deberá realizarse con mayor participación social en la definición del rumbo.