MARCHA POR LOS CAIDOS DE 1971
José Gil Olmos Ť En el Zócalo capitalino, al conmemorarse los 26 años de la matanza de profesores normalistas y estudiantes, universitarios y representantes de organizaciones urbanas hicieron un llamado en defensa del derecho a la educación pública, y demandaron detener la militarización en varios estados del país, incluyendo la ciudad de México.
Después de marchar pacíficamente desde las instalaciones de la Normal Superior, ubicadas en el Casco de Santo Tomás, el contingente de unos mil jóvenes estudiantes se concentró en la Plaza de la Constitución.
Acompañados de representantes del Frente Popular Francisco Villa, de Convergencia Nacional y de la Comisión Promotora de la Coordinadora Juvenil, los miembros del Comité Estudiantil Metropolitano (CEM) hicieron un llamado para defender la educación pública ``como conquista social y como espacio abierto a las nuevas generaciones''.
Marcha de los memoriosos del 10 de junio de 1971, del Casco
de Santo Tomás al Zócalo de la ciudad de México.
Foto: Carlos Ramos Mamahua
Como en 1971, cuando profesores normalistas y estudiantes fueron reprimidos por Los Halcones, grupo paramilitar, cuando se manifestaban por el derecho a la educación, los del CEM dijeron que ahora se presentaba de reto por preservar la UNAM ``de un pequeño grupo de burócratas'' que decidió eliminar el pase automático instaurado desde 1967 como una ``conquista estudiantil''.
Para cometer este ``atentado'' contra la educación pública, el rector Francisco Barnés ``tuvo que reunir al Consejo Universitario acuartelando a todos los directores y consejeros incondicionales y cambiando de sede a un lejano edificio en los extremos de Ciudad Universitaria. A escondidas, en periodo de exámenes finales y con el único apoyo de cuerpos paramilitares de vigilancia, aprobaron el Plan Barnés'', aseguraron los estudiantes al presentar un documento de rechazo a las medidas.
En el Zócalo, los miembros del CEM lanzaron el compromiso de impulsar la resistencia estudiantil y denunciar el verdadero alcance de esta reforma en la UNAM: avanzar hacia una universidad de ``élites, autofinanciable y que favorezca el ingreso de los egresados del bachillerato privado''.
De acuerdo con este grupo de estudiantes universitarios, con la modificación al pase reglamentado las autoridades de la Universidad ``están desconociendo la responsabilidad que tienen con su propio bachillerato'', y la aprobación que ese mismo otorga a sus estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP).
Cuestionaron que si la intención del rector es mejorar la educación y el nivel académico, ``¿por qué se castigaba únicamente a los estudiantes?, ¿por qué no aumentaban los salarios de los maestros o se compran más libros para las bibliotecas y se ofrecen computadoras suficientes y becas?''
``Como siempre, las autoridades actúan con la única lógica que conocen, la de la exclusión y el castigo, ubicando como fuente única de los males de la Universidad a los estudiantes'', manifestó el grupo.
Por su parte, un representante del Frente Popular Francisco Villa pidió que las autoridades detengan la represión y las órdenes de aprehensión contra algunos de sus miembros, a quienes vinculan con grupos armados.
Mientras que Convergencia Nacional, tras apoyar las luchas estudiantiles de ahora, dio a conocer la Jornada Nacional por la Paz, contra la Militarización y por los Derechos Humanos, que inició ayer en varios estados del sur y que continuará la semana que entra.
A su vez, la Coordinadora Juvenil -iniciativa de agrupaciones estudiantiles y del Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC-MLN)- propuso fijar la lucha en tres ejes: contra el neoliberalismo, contra la represión y la militarización, por la defensa de la educación para toda la población.
Marchas en Guerrero y Michoacán
Raúl García, David Carrizales y corresponsalía en Michoacán Ť Con marchas y mítines en Michoacán y Guerrero fue recordado ayer el 26 aniversario de la represión a estudiantes politécnicos y universitarios y maestros en la Rivera de San Cosme, en la ciudad de México.
En Monterrey, Nuevo León, los diputados locales discutieron en torno a la responsabilidad por los hechos del 10 de junio de 1971.
En Morelia, capital michoacana, se realizó una movilización que reunió a más de mil participantes pertenecientes a 30 organizaciones diferentes.