ANUNCIA ZEDILLO APOYO A LA INDUSTRIA CINEMATOGRAFICA
Raquel Peguero Ť La farándula en Los Pinos.
La hora que debió esperar el centenar de cineastas, actores, productores, funcionarios, para presenciar la transferencia oficial de la Cineteca Nacional de la Secretaría de Gobernación a la de Educación Pública no se sintió -entre el vino y la chorcha-, y se vio colmada con los anuncios que el presidente Ernesto Zedillo hizo antes de la deliciosa comida que se sirvió para festejar la firma del protocolo.
Ciertamente, como el primer mandatario dijo, ``son buenas medidas, pero de ningún modo son suficientes''; sin embargo la mayoría mostró su regocijo por los 10 millones de pesos que se aplicarán de inmediato en la Cineteca, para rescatar y adquirir materiales. Pero aún hubo más. Como el problema más grave de esta industria ``de alto riesgo'', como la llamó, es el financiero, sin ánimo de que el gobierno sea ``el productor omnipotente en que alguna vez pretendió erigirse'', éste dará su respaldó a la creatividad.
Así que de inmediato dio instrucciones para que la SEP, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en consulta con la Secretaría de Hacienda, preparen en un lapso de tres meses un proyecto para establecer un fondo para la producción cinematográfica de calidad que, a la voz de ya, cuenta con otros 10 millones de pesos, que manejará el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y que serán el detonador que articule proyectos de producción.
Antes, Rafael Tovar habló de la significación del acto, y Arturo Ripstein, a nombre de la comunidad, subrayó la importancia del ``apoyo sostenido'' del gobierno hacia el cine, que le dio épocas de esplendor. Llamó la atención que no mencionara problemas como el de la falta de una adecuada ley de cine o la invasión de los filmes extranjeros en las pantallas.
No hay cine, pero hoy comemos
Desde la una y media de la tarde comenzaron a arribar a Los Pinos los invitados al festejo, que abrió por primera vez la residencia al gremio cinematográfico. Las especulaciones sobre los anuncios estaban allí, pero nadie se atrevía a decirlas en alto, porque había que esperar la voz autorizada. Mientras, se bromeaba: si bien no hay cine, ``por lo menos hoy nos darán de comer''.
Vestidos vaporosos y sonrisas amplias se arremolinaron en el lobby donde se efectuó la ceremonia. No faltó ni el proverbial sombrero y guantes blancos de Ana Luisa Peluffo, ni las faldas cortas de las actrices
jóvenes como Edith González, que acapararon las miradas y fueron el gancho para que los colegas se apresuraran a tomarse la foto del recuerdo con ella o con la bella Blanca Guerra o el galán Demian Bichir o Gabriel García Márquez, quien estaba muy sonriente, feliz de verse entre sus ``muchachos''.
García Márquez fue breve en su apreciación sobre el apoyo gubernamental: ``hace años que en Brasil no había cine; le dieron una lana y ahora hay una buena producción. Lo mismo pasó en Argentina, y espero que sucederá en México, donde volverá el buen cine, como ha habido cada que hay dinero''.
A las 14:32 horas, del brazo de su esposa Nilda Patricia, el mandatario hizo su aparición. Rafael Tovar, presidente del Conaculta, corrió a recibirlo. Zedillo comenzó a caminar entre los representantes de por lo menos tres generaciones de hacedores de cine, quienes lo miraban expectantes, sabiendo que había mucho que decir, pero poca oportunidad de hacerlo. El productor Carlos Amador se colocó de inmediato en una fila inexistente para ser de los primeros en saludarlo, pero el veterano director Ismael Rodríguez se adelantó a autopresentarse. ``Pero si es un honor conocerlo'', dijo Zedillo al impulsor de Pedrito Infante, y lo aprisionó en sus brazos.
Caminaba despacio, saludando a todos, para que se sintieran en casa.
Quienes lo acompañaron a la mesa fueron la envida. Durante la comida platicó con Silvia Pinal, miró de frente a Carmen Montejo, Ignacio López Tarzo, a Gabo, a Laura Esquivel, María Novaro, Alfredo y Arturo Ripstein, Berta Navarro.
Como el ambiente era relajado, algunos comensales olvidaron el protocolo: Roberto Gómez Bolaños se paró, copa en mano, para ir a brindar con el Presidente y su esposa, y el productor Miguel Necoechea aprovechó para pedir anuencia y si era posible apoyo para filmar una película que trate los casos semejantes al de Ricardo Aldape.
Un quinteto de cuerdas, dirigido por Ramón Novo, puso el toque especial a la fiesta. Quines acuden recurrentemente a Los Pinos aseguraron que eso no era habitual, como tampoco lo era que de pronto los ivvitados se pusieran de pie y brincaran de mesa en mesa para cotorrear. ``Será porque la gente de la farándula es de fiar'', comentó alguien. O será que, como se les presta tan poca atención, cinco minutos de luces presidenciales valen más que una buena película que no se exhibirá.
Discurso del Presidente
Versión estenográfica de las palabras del Presidente con motivo de la entrega de la Cineteca Nacional al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en el salón Miguel Alemán, de Los Pinos.
Los Pinos, 10 de junio de 1997.
Muy apreciables señoras y señores de la comunidad cinematográfica nacional:
Mi esposa y yo les agradecemos mucho que hayan aceptado esta invitación.
He querido reunirme con ustedes, amigos del mundo del cine, para celebrar -al lado de ustedes- la incorporación de la Cineteca Nacional al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Con el acuerdo que formaliza esta incorporación, nuestra tan apreciada Cineteca se sitúa en el ámbito institucional que corresponde a su naturaleza, y podrá cumplir, más clara y eficientemente, con la preservación y difusión del acervo fílmico reunido en nuestro país.
Se trata de un buen paso para la Cineteca Nacional y para la cinematografía mexicana. Espero que el licenciado Chuayffet no extrañe mucho la Cineteca.
Este paso será complementado con una inversión del gobierno federal de 10 millones de pesos que aplicaremos para proteger los acervos, rescatar y adquirir materiales para la Cineteca e iniciar la preparación de copias de cintas representativas, a fin de establecer un circuito de exhibición en todo el país que comience a honrar el carácter nacional de la institución.
El cine es el arte más conocido, más frecuentado y más gustado para muchísimos mexicanos. Todos ustedes, a través de su talento, sus conocimientos y su profesionalismo, acercan con una gran sensibilidad artística a millones de hombres y mujeres de todas las edades y de todos los rincones
de nuestro país a la realidad y a la fantasía de ayer y de hoy, a las pequeñas historias de todos los días y a las grandes historias de todos los tiempos. Esa tarea, eminentemente creativa, esencialmente cultural y profundamente social, merece un renovado apoyo.
Por eso, el gobierno de la República tiene el compromiso de fortalecer la infraestructura de apoyo a nuestro cine, para adecuarla a las condiciones de hoy, a las innovaciones tecnológicas y culturales de hoy. Este año, en ese sentido, se concluirán los trabajos de remodelación y ampliación de las instalaciones del centro de capacitación cinematográfica.
Adicionalmente, para apoyar a los cineastas nacionales se continuará con la modernización de los estudios Churubusco Azteca. Estas dos medidas nos permitirán contar con una infraestructura de servicios cinematográficos considerablemente mejorada que estimule la creación y la producción y que facilite la formación de los profesionales del cine.
Ciertamente son buenas medidas, pero de ningún modo son suficientes. No son suficientes porque estoy convencido de que hoy en México contamos con un enorme talento cinematográfico, un talento cuya diversidad y cuya fuerza creativa sólo son comparables a las de la Epoca de Oro de nuestro cine; un talento que se multiplica con la capacidad, la imaginación y el poder expresivo de los directores y artistas, de los guionistas y fotógrafos, de los técnicos y equipo de apoyo que hoy tiene México.
Hay que decirlo, este gran talento mexicano no está teniendo los medios y las vías para traducirse en películas de calidad para todos los públicos. Su principal problema, como en muchos otros aspectos de la vida del país, es el financiero. Muchos buenos proyectos no logran cristalizar por falta de financiamiento, otros alcanzarían, sin duda, niveles de competencia internacional con un poco más de apoyo financiero.
Debemos reconocer que, en cuanto a actividad económica, el cine es una actividad de riesgo financiero, y también debemos reconocer que en México carecemos de instrumentos adecuados que propicien, que atraigan suficiente financiamiento privado para la producción de películas.
Sin avasallar o sustituir la iniciativa de los particulares, y sin pretender ser el productor omnipotente en que alguna vez pretendió erigirse, algunas veces con buenos resultados, otras veces con no tan buenos resultados, hoy el gobierno debe asumir un papel de promotor eficaz y de respaldo oportuno, confiable y transparente.
El gobierno debe y quiere apoyar al enorme talento cinematográfico de México, a fin de que tenga y obtenga el respaldo financiero que requiere su creatividad, y de ahí que como una medida de largo aliento, hoy he dado instrucciones al secretario de Educación Pública, al presidente de Conaculta a fin de que en consulta con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y en un plazo no mayor a tres meses, preparen y podamos contar con un proyecto para establecer un fondo para la producción cinematográfica de calidad.
Dicho fondo podría constituirse con recursos públicos, que servirían como aquí lo sugirió nuestro amigo, para atraer, facilitar capital privado, que financie la producción de películas de buena calidad para todos los gustos.
La asignación, el apoyo de ese fondo obedecería a una evaluación realizada por comités especializados de pares, como ya lo hacemos en otros aspectos de la ciencia, en otros aspectos de la cultura, a partir de criterios de calidad cinematográfica y habilidad, e incluso recuperación de la inversión, ya tomado en cuenta el apoyo importante, detonador que debe dar el Estado.
Estoy seguro de que con la integración de dichos comités podremos aprovechar la valiosa experiencia de esta gran comunidad.
También estoy seguro de que podemos proponernos sumar esfuerzos para que el cine mexicano tenga las oportunidades, las realizaciones y el reconocimiento que se merece.
Quiero decirles que, como una primera medida que debe servir de preámbulo a esa acción de largo aliento, hemos destinado de inmediato 10 millones de pesos al Instituto Mexicano de Cinematografía para que empiece a detonar y articular algunos proyectos de producción.
Señoras y señores:
Aun siendo un arte bastante joven, 100 años no es nada, el cine tiene un sólido historial en México y el cine mexicano se ha ganado un sitio propio en el mundo; el cine, en nuestro país, ha sido territorio generoso para el talento extranjero y tierra fértil para la imaginación y la sensibilidad artística de los mexicanos; con su capacidad y con su esfuerzo, todos y cada uno de ustedes contribuyen a acrecentar el historial de nuestro cine y a fortalecer su presencia en el mundo
Ustedes forman parte de una firme tradición artística que nos enorgullece y, a la vez, su trabajo enriquece la vida de los mexicanos de hoy y de mañana; el trabajo de ustedes será el legado cinematográfico de nuestra generación, que no es poca cosa; ese legado ocupará un lugar muy especial en nuestra Cineteca Nacional.
Por eso, ahora que la Cineteca está más cerca de la cultura, más cerca de esta comunidad y más cerca de los cinéfilos mexicanos, he querido celebrarlo con ustedes; he querido celebrarlo con esta reunión, porque este es un buen paso para el cine mexicano, este es un buen paso para la cultura nacional.
¡Que tengan buen provecho!