Cárdenas: las pruebas contra el ex funcionario, públicas, no personales
Rosa Icela Rodríguez y Alonso Urrutia Ť El ex jefe de la Oficina de la Presidencia, José Córdoba Montoya, negó que su trayectoria política esté vinculada al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, e incluso negó haber sido su colaborador ``más íntimo, más cercano y más influyente'' durante esa gestión.
Asimismo, reiteró que las declaraciones de los perredistas
Cuauhtémoc Cárdenas, Ramón Sosamontes y Jesús Zambrano, en donde mencionan que tiene nexos con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, le produjeron ``daño personal y laboral''.
Durante el careo, y declaracion de Cordoba Montoya y Cardenas,
en el Juzgado 23 de lo civil del Tribunal Superior de Justicia.
Foto: Ernesto Ramirez.
En la comparecencia --en donde granaderos agredieron a reporteros, fotógrafos y camarógrafos-- Cárdenas ratificó su presunción sobre los posibles nexos de Córdoba en el crimen de Colosio, aspecto ``que las autoridades tienen que investigar''. No obstante aclaró que carecía de pruebas ``personales'' en contra del ex jefe de la Oficina de la Presidencia y dijo que las pruebas presentadas ante la juez son ``públicas''.
Alrededor de 10 horas duró la primera -y candente- sesión de desahogo de pruebas en el 23 Juzgado Civil a cargo de la juez Griselda Martínez Ledezma, quien sin mayor justificación ordenó que los granaderos desalojaran a los reporteros.
Martínez Ledezma también es encargada de resolver la demanda que por daño moral interpuso Córdoba contra los tres perredistas debido a que, según él, ``por su culpa perdió el empleo como representante de México ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)''.
El salinato a juicio
En un interrogatorio de 254 preguntas, varias de las cuales pidió le repitieran hasta por cuatro veces, Córdoba incurrió en evidentes contradicciones, como cuando reconoció que él perdió el empleo del BID el 30 de junio de 1995, y las declaraciones de Cárdenas fueron hechas dos meses y medio después (el 14 de septiembre del mismo año).
En el cuestionario que le presentó la juez --y que fue redactado por el abogado de Cárdenas, Samuel del Villar-- Córdoba Montoya aceptó en varias ocasiones que ``sí'' ocupó cargos en el gobierno ``sin ser mexicano'', aunque aclaró que ello de ninguna manera violaba la ley.
Admitió después que obtuvo la nacionalidad mexicana el 10 de mayo de 1985, y sin embargo negó haberse inmiscuido en asuntos políticos ``sin ser mexicano''.
El ex funcionario salinista aceptó también que se le identificó públicamente como ``doctor'' aunque carecía de ese grado académico, y dijo que apenas hace unos meses obtuvo el título de doctorado en Economía por la Universidad de Stanford.
Luego reconoció haberse enterado de acusaciones públicas de don Luis Colosio Fernández, que lo vinculaban en el complot para asesinar a su hijo Luis Donaldo, y admitió que compareció ante el Ministerio Público de la PGR, porque consideraba que su testimonio pudiera ser de alguna utilidad para el caso.
A pesar de que declaró que la percepción de la opinión pública sobre su persona se afectó fundamentalmente a raíz del homicidio de Colosio, señaló que eso se debió a las imputaciones de Cárdenas, y rechazó que tuviera que salir al extranjero a raíz del asesinato del ex candidato del PRI a la Presidencia.
Sostuvo que actualmente sigue siendo ``miembro del Partido Revolucionario Institucional'' pero negó estar enterado de señalamientos de dirigentes del PRI que lo vinculan con el asesinato de Colosio.
Ratificó ser asesor del IEPES del PRI cuando su nacionalidad era francesa, en 1982, y permanecer con la misma cuando ocupó la Dirección de Planeación Regional de la entonces Secretaría de Programación y Presupuesto, así como la Dirección General de Política Económica de la misma dependencia.
Negó que todos los cargos ocupados por él en el gobierno mexicano fueran por intervención de Salinas y rechazó --una y otra vez-- que su ejercicio profesional esté ligado al ex presidente.
En una de las preguntas del cuestionario de los perredistas negó haber sido ``el servidor más íntimo, más cercano, más influyente de Carlos Salinas durante su gobierno'' y rechazó tajante ``considerar un honor el vínculo'' con el ex mandatario, a lo que aclaró: ``Considero un honor la oportunidad que tuve de laborar en el servicio público'' mexicano.
La relación con Bodenstedt
Durante algunas preguntas Córdoba sonreía, como cuando le mencionaron su amistad ``íntima'' con Marcela Bodenstedt Perlick, aunque respondió que era una relación ``... del pasado'', o que las veces que ha ido ``a restaurantes de lujo ha sido por invitación'', pero advirtió que no le alcanzan los recursos para mantener ``holgadamente'' a su familia.
En cambio, se le enrojeció el rostro cuando desmintió alguna relación de negocios con el Grupo GEO, que dirige Raymundo Gómez Flores, o cuando rechazó tener conocimiento sobre si ese grupo económico se benefició con las privatizaciones del gobierno de Salinas.
Pero los reporteros soltaron la carcajada afuera del recinto en donde se realizaba la comparecencia, cuando Córdoba Montoya aceptó que tenía un negocio con José Gómez y Gómez ``en una sociedad civil con capital... de mil pesos, a través del cual (se) busca prestar servicios de asesoría económica a empresas privadas''.
En todo momento se cuidó de aceptar alguna pregunta relacionada con versiones publicadas en el suplemento Enfoque del periódico Reforma (14 de mayo de 1995), de conversaciones telefónicas en donde se le vincula con presuntas responsabilidades en el narcotráfico, fraude electoral en Michoacán, con Bodenstedt, Justo Ceja, un militar, entre otras cuestiones.
Aunque después dijo que en una entrevista posterior con el mencionado diario admitió que las anteriores publicaciones se trataban de ``una intromisión reprobable en las vidas de las personas''.
Como parte de su estrategia, el ex asesor salinista negó que Zambrano y Sosamontes hubieran acreditado ``su personalidad política y pública como diputados'' federales, a pesar de que el 30 de octubre pasado asistió a la Cámara de Diputados para ser interrogado por ellos.
Del Villar hizo un gesto de incredulidad cuando Córdoba sostuvo que no tiene ninguna animadversión contra Cárdenas. ``Hasta hoy tuve el gusto de conocerlo, y en lo personal nunca he tenido animadversión ni contra su persona ni contra su partido'', dijo.
Muchos de los presentes escucharon cuando Córdoba rechazó ser ``el servidor más íntimo, más vinculado, más entrañable de Carlos Salinas y más influyente en sus decisiones''.
Al comienzo de la audiencia, Cárdenas respondió al interrogatorio de casi 150 preguntas formuladas por los abogados de Córdoba Montoya. Planteadas con redacción diversa pero con el mismo cuestionamiento, los juristas orientaron sus preguntas a tratar de evidenciar la carencia de pruebas que involucren a Córdoba en el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Cárdenas admitió que no tenía pruebas personales al respecto, pero insistió en que existían indicios públicos, ``prácticamente desde que fue asesinado'' Luis Donaldo Colosio, mismos que la autoridad competente debería investigar.
El perredista ratificó su aseveración en el sentido de que en el caso del asesinato de Lomas Taurinas es necesario investigar ``a los autores intelectuales del homicidio, entre otros al propio Córdoba Montoya''.
Más adelante, Cárdenas precisó: ``Me refería a indicios y no a culpabilidad. Esto es lo que tiene que investigar la autoridad judicial''.
Durante casi dos horas Cárdenas respondió a los cuestionamientos deslindando una intencionalidad para influir en la opinión pública y afectar la imagen de Córdoba Montoya. Después, el ex asesor salinista respondería por casi cinco horas.
Cárdenas Solórzano dijo que sus declaraciones las hizo como actor de la vida política del país y como miembro de un partido político. Precisó que sus opiniones no fueron comentadas con los otros dos perredistas coacusados, los diputados Ramón Sosamontes y Jesús Zambrano.
Manifestó que algunas de las informaciones en las que se le atribuyen acusaciones contra Córdoba Montoya ``se trata de notas periodísticas y no necesariamente de declaraciones que puedan ser atribuidas a mi persona''.
Una y otra vez, las mismas preguntas para buscar contradicciones en las respuestas del perredista. Salieron a tema los asesinatos de militantes del Partido de la Revolución Democrática y las vinculaciones que Cárdenas hizo de José Córdoba Montoya. El perredista dijo que personalmente no presentó pruebas porque éstas fueron aportadas por las instancias estatutarias de su partido.