Las principales noticias, a veces, no ocurren en un día. No se publican en grandes encabezados. Se conforman de varios sucesos que ocurren en diferentes momentos, pero con algo en común. Constituyen procesos.
Esto lo vemos en el plano nacional y en el internacional. Veamos lo que sucede en Europa. Cuando en Grecia y Portugal los votantes sacaron del poder a las tendencias partidarias del liberalismo económico a ultranza, eso recibió poca atención. Luego, sucedió algo similar en Italia. Más recientemente, en Inglaterra, y hace una semana culminó un proceso similar en Francia. Como en algún momento dijimos, no está planteado un viraje de 180 grados, sino un cambio más gradual, y esto muestra que el liberalismo económico, una vez más, como sucedió con la crisis de 1929-1933, entra en la fase de declinación, y de salida del centro del escenario internacional.
En México, a este respecto, no hay ahora noticias espectaculares. Pero las cosas están cambiando en varios planos. Una cosa sería aprovechar al mercado en el marco de una política de desarrollo industrial, agrícola y en general de la producción. Otra es pretender que el mercado regule la vida económica.
El mercado regula con relativa eficiencia procesos económicos no muy amplios ni muy complejos y, sobre todo, que tengan ciclos no muy largos. Por ejemplo, el ciclo agrícola es de un año en el peor de los casos y, donde hay varias cosechas al año, incluso menos. En el comercio al menudeo, el ciclo es aún más corto: comprar al mayoreo, transportar, almacenar y vender al menudeo, por ejemplo, chiles. Ahí el mercado regula: si hay mucha demanda de chiles, el precio aumenta y eso a su vez desalienta la demanda de modo que no se llegue al momento de la escasez. Si la demanda de chiles es poca, el precio tiende a disminuir; esto estimula la demanda y se previene que no haya saturación y desperdicio en la bodega de chiles.
Pero si los plazos de recuperación de la inversión son de varios años, y si a veces los proyectos mismos lo son, la visión de largo plazo se hace indispensable. Si se espera a que haya escasez de energía eléctrica, por ejemplo, para invertir en nuevas plantas de generación, como éstas generalmente se tardan varios años, en el camino vamos a tener apagones, como sucedió en Argentina, Colombia y Ecuador. De ahí que en estos casos, en los que el largo plazo es fundamental, sea donde más dificultades ha habido cuando se trata de introducir conceptos y recursos que en otras áreas no tienen muchos problemas.
Algunos otros ejemplos de esto: si en algún caso el largo plazo es fundamental, es el de los planes de retiro. El problema que enfrenta el esquema de las afore no es lo que diga uno u otro candidato, sino que los bancos compiten entre sí con mucha publicidad, pero la absoluta mayoría de los trabajadores no se ha afiliado a ninguna afore, y por algo será. El problema de la banca: el destinar una vez más miles de millones al rescate bancario no resuelve el problema si los deudores no tienen a veces ni para comer, menos para pagar las deudas; y sí muchas empresas endeudadas no tienen a quién venderle, si las ventas al menudeo están a la baja. Otro sector al que se plantea dedicar un dineral es, otra vez, el de las autopistas concesionadas.
El elemento más reciente en cuanto a medidas económicas es el Pronafide, programa para fomentar el desarrollo y la recuperación. El tratar de estimular el ahorro interno es positivo. Pero es difícil que ahorre una población empobrecida o una empresa en crisis. Y si tomamos el ahorro como punto de partida, como el corazón de la estrategia económica, hay otro problema: el ahorro se deposita en los bancos, los bancos no prestan a quien más lo necesita --para vivir o para producir-- sino al que puede garantizar el pago, y todo ese esfuerzo de ahorro puede no traducirse necesariamente en inversión productiva.
Primero deben trazarse metas productivas con una política industrial con una política agropecuaria, con una política energética, etc., y a partir de ahí deben abordarse los problemas del financiamiento.
Todos estos elementos, noticiosamente tal vez ahora grises, conforman uno de los planos del proceso de cambio que estamos viviendo.