Inaceptable, que haya 40 mil rechazados de universidades públicas: Del Mazo
Ricardo Olayo Ť Alfredo del Mazo hizo cuentas en voz alta: los jóvenes de entre 18 y 24 años de edad representan 14 por ciento de los electores en la ciudad. Pero sólo en la delegación Iztapalapa, destacó el priísta, hay un cantidad mayor de votos.
Recién salido del evento con el sector juvenil, Del Mazo exclamó a bordo del autobús de campaña, ``¡qué bonito evento¡'' ``¡Echenle ganas¡'', les dijo motivado a decenas que lo saludaron a su paso.
El acto se efectuó en el jardín Hidalgo, de la delegación Coyoacán, con un público por naturaleza inquieto, incluidos los grupos porriles ligados al Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Por el aire surcaron avioncitos de papel hechos con la propaganda del PRI, mientras que al líder juvenil, Cuauhtémoc Gutiérrez, le silbaron para que acortara su discurso.
Consciente de la dispersión del auditorio, Del Mazo se puso de pie desde que hablaron los representantes priístas de las universidades; cuando tomó el micrófono, les precisó que sería breve.
Como muy pocas veces, el priísta echó el cuerpo hacia el micrófono que atacó para ganarse los aplausos de los jóvenes que aún permanecían en el evento. Fue ovacionado cuando dijo que su compromiso fundamental es promover una nueva generación política de jóvenes que ocupen puestos en el gobierno.
Por el micrófono se había indicado la importancia electoral de los muchachos al decir que son alrededor de 2 millones de votos, mientras los huelums del IPN y las goyas de la UNAM sustituyeron el nombre de la institución para rematarlas con el apellido del candidato priísta.
Los aplausos más fuertes se los llevaron de calle el medallista Carlos Mercenario y el futbolista, Manuel Negrete, ``el hombre del gol inolvidable'', dijo el conductor, y los jóvenes identificaron de inmediato a quién se refería.
``Los aplaudieron mucho'', les dijo luego en privado el candidato, y en respuesta, Mercenario indicó al abanderado que era importante subrayar que el deporte no es una actividad de segundo nivel, sino de primera importancia.
Entusiasmado, el priísta calculó que en el evento había 4 mil personas y dijo que si se considera sólo al grupo de jóvenes cuya edad va de 18 a 24 años, representan 14 por ciento y no paraba de decir ``¡qué bonito evento!''
Inaceptable que haya 40 mil rechazados
Del Mazo ganó las simpatías de los jóvenes cuando planteó la desaparición de la Policía Judicial por la mala imagen que tienen entre la población. El aplauso fue aplastante, precisamente de la parte final del escenario, donde estaban los politécnicos lidereados por Angel Isaac Ochoa, El Ochoa, quien en la PGJDF está relacionado con actos de porrismo.
El priísta generó aplausos al criticar a la oposición y al final, cuando pidió una ovación para Luis Donaldo Colosio y que entonaran el grito que él tenía como consigna: ``¡duro-duro, duro-duro!'', que fue seguido por decenas.
Sostuvo que es necesario dar más becas a los estudiantes para que se incorporen a las universidades, porque no es posible que 40 mil personas sean rechazadas. En tal virtud, propuso ampliar el acceso a estas escuelas por medio de becas.
Subsidio de 50% a microempresarios
Por la mañana, el aspirante priísta al gobierno de la ciudad planteó dar un subsidio de 50 por ciento a las nuevas industrias hasta con 100 trabajadores, en una reunión con la Sociedad Mexicana de Ingenieros. Indicó que aumentará de 37.5 a 41.5 el gasto público si él gana la elección, tal como lo señaló el jueves pasado en su propuesta económica para la ciudad.
Los ingenieros le entregaron un libro con los nombres, direcciones y número de credencial de elector de los asistentes que pueden votar por el PRI. El candidato del tricolor les pidió que dediquen ``varias horas al día'' para hacer proselitismo y vencer los conceptos estereotipados que difunde la oposición.
Más tarde, Del Mazo recibió la adhesión simbólica de mil 500 promotores del voto que son profesores de educación física, a quienes también pidió entregarse en sus actividades de partido. Posteriormente asistió a una comida con artistas e intelectuales en la casa del pintor José Luis Cuevas, pero debido a que no había un sitio adecuado para que trabajaran los reporteros y fotógrafos, éstos decidieron retirarse; al enterarse, Del Mazo dijo a algunos que le mortificaba la situación, y los acompañó a la salida del imueble de la colonia San Angel.