Letra S, 7 de junio de 1997
Considero que un partido de oposición que quiere sentarse del lado izquierdo en la contienda del poder político, al definir una posición ante el sida y los jóvenes debiera partir de las condiciones materiales en que viven los jóvenes de hoy, así como de las construcciones culturales y políticas que enmarcan sus valoraciones y comportamientos sexuales.
Las condiciones de vida de los jóvenes son alarmantes. Mientras uno de cada tres mexicanos tiene entre 14 y 24 años de edad, sólo 9.8 por ciento de ellos ha realizado estudios de nivel superior; 35 por ciento de los jóvenes mayores de 15 años no tiene la primaria completa; las tasas de desocupación más elevadas se localizan entre los 15 y 24 años de edad; y el 65 por ciento de los jóvenes no cuenta con asistencia social (Mendoza, E. y Padilla, E. Conceptualización, determinación de necesidades y expectativas de la juventud en México, Plaza y Valdés. En prensa, 1994).
Según un estudio de Iván Zavala, los jóvenes mexicanos parecen no adherirse a ninguna ideología política, son por el contrario ``anárquicamente heterodoxos'', desconocen las ideologías políticas contemporáneas más difundidas --liberalismo, socialdemocracia o marxismo. Lo menos valorado por los jóvenes son las instituciones políticas: gobierno, partidos y sus representantes. El sector público está identificado como el principal causante de la crisis (Zavala, I. ``Como piensan los jóvenes mexicanos. Todos heterodoxos''. Nexos, noviembre de 1985).
Aunque hay una mayoría católica con creencias básicas y prácticas religiosas recurrentes (bautismo, matrimonio) hay una tendencia a alejarse de la tutela de la Iglesia, relativizando creencias, retirándose de algunas de sus exigencias rituales (misa, confesión, comunión) y rechazando la obligatoriedad de ciertas conductas, principalmente en relación con su comportamiento sexual. El modelo de matrimonio que la Iglesia Católica trajo a América no se cumple de manera estricta. Aunque cerca de un 85 por ciento de la población se declara católica, las encuestas demográficas señalan que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son un patrón general. La edad promedio de inicio de relaciones sexuales de las mujeres es de 18 años y de los hombres, de 16. En tanto el promedio de la edad al matrimonio en las mujeres es de 22 años y en los varones de 24.2 (Quildorán, J. ``Nupcialidad y primera relación sexual''. En: Reflexiones: Sexualidad, salud y reproducción. El Colegio de México, 1995). 63.1 por ciento de las mujeres en edad fértil utilizan métodos anticonceptivos de los que se prohiben en las homilías dominicales, y una de cada cinco de ellas ha experimentado un aborto (INEGI. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica. 1992).
El sida es un tema que lleva a desenmascarar la complejidad de las prácticas sexuales entre los mexicanos, hace visible la dimensión política y moral de la sexualidad, y pone al descubierto el abuso sobre las feminidades y las masculinidades subordinadas: la opresión de las mujeres, ya sea como esposas o como trabajadoras del sexo comercial; y las restricciones a homosexuales y bisexuales.
Hoy sabemos que el sida es una fotografía tardía de una infección que ocurrió, en el 70 por ciento de los casos, en las etapas de la adolescencia y juventud. Hay actualmente 7,680 jóvenes con sida y 1,195 mujeres infectadas entre 15 y 29 años de edad (DGE/SSA. Registro Nacional de casos de Sida. 1996).
De acuerdo con una encuesta aplicada a 8,064 hombres de la Ciudad de México, casi el 1 por ciento de la población joven masculina se declara homosexual y 2.6 por ciento participa de prácticas bisexuales (Comportamiento sexual en la Ciudad de México. Encuesta 1992-1993. Conasida, 1994). Un 46.4 por ciento de las trabajadoras sexuales de la Ciudad de México tiene entre 16 y 24 años de edad. 77 por ciento de ellas son madres (Uribe, P. ``La comercialización del erotismo''. En: Conapo. Antología de la Sexualidad Humana. Vol. 1, México, 1994). Sabemos también que las relaciones sexuales ocasionales son cotidianas en hombres (90.4 por ciento) y mujeres (47.4 por ciento) heterosexuales de diferentes regiones (Carranza, N.O. Riesgo de transmisión del VIH en población heterosexual. S.S. Nuevo León, 1994). Que el riesgo de infección por el VIH/sida entre las amas de casa y trabajadoras del sexo comercial tiene una tendencia al aumento.
La vida sexual de las jóvenes se simboliza en el orden de lo afectivo y amoroso, y se vincula principalmente a las relaciones de noviazgo. Las trabajadoras del sexo comercial también refieren una fuerte vinculación afectiva con sus compañeros y un lazo exclusivamente comercial con sus clientes. Entre los varones se permiten múltiples experiencias sexuales independientemente de los afectos. El abuso sexual y la violación es una de las realidades más sórdidas de la sexualidad, afecta principalmente a niñas y jovencitas entre 12 y 17 años de edad (Saucedo, Y. Violencia doméstica. Demos. No. 8. UNAM, 1995).
Entre las principales barreras culturales para incorporar prácticas preventivas del embarazo y del VIH/sida entre los jóvenes, se ha encontrado que dichas prácticas suelen resultar amenazantes a las ideas de masculinidad y feminidad que orientan las decisiones y los actos no conscientes de los actores sociales (Rodríguez, G.; et al. ``Mitos y dilemas de los jóvenes en tiempos del sida''. En: Bronfman, M.; et al. El sida en México, migración, adolescencia y género. IPE. México, 1995).
La sexualidad y la violencia son dos dimensiones fundamentales para el aprendizaje genérico de la masculinidad hegemónica, ambas imaginaria y físicamente relacionadas con el cuerpo. En la dimensión inter-subjetiva de las masculinidades, el albur es un lenguaje de identidad, de inclusión y exclusión, un juego de dominación que divide simbólicamente al mundo en vencedores y vencidas. La raíz de la humillación del perdedor descansa en la representación última de la distensión simbólica entre masculino y femenino, entre activo y pasivo. Los migrantes que van y vienen a los Estados Unidos incorporan algunos comportamientos sexuales de riesgo a la infección por el VIH/sida. La masculinidad hegemónica aparece como una reacción ante la adversidad social y económica, a través del cual se cohesiona el grupo y se miden las lealtades (Liendro, E. Construcción de identidades de género en un barrio de la Ciudad de México. PUEG/UNAM. 1996; y Hirsch, J. Between the Missionaries position: ``Mexican dirty jokes and the public version of sexuality''. En: Princeton Working Papers in Women`s studies. Vol. 5, 1990).
En cuanto a la sexualidad de algunas comunidades indígenas, ocurre un proceso de transición hacia un predominio de la voluntad de los jóvenes que se atribuye a la participación en el trabajo asalariado, al incremento de la escolaridad y a las migraciones. Se percibe un debilitamiento de la autoridad patriarcal, una tendencia a que los jóvenes tomen la iniciativa para formar parejas evitando la intervención de los padres. Al mismo tiempo, las expectativas de escolaridad para las mujeres se mantienen bajas y el honor de la familia sigue depositándose en las jóvenes solteras. La exogamia está aumentando al mismo tiempo que aumentan las presiones económicas para las mujeres, la autonomía y la dependencia se fomentan simultáneamente. Las tensiones contradictorias que están operando combinan lógicas individualistas y episodios de rebeldía, al lado del respeto a los mayores y el sometimiento a las exigencias colectivas (González, S. Las costumbres del matrimonio indígena en el México indígena contemporáneo. PIEM/COLMEX. 1995; y Castañeda, X. y Allen, B. Un acercamiento al mundo de la sexualidad de los adolescentes rurales en Morelos y Chiapas. INSP, 1996).
Los grupos que realizan educación sexual en el país parten de premisas distintas pero comparten finalidades y contenidos básicos; sin embargo, no han desarrollado una estrategia política que articule sus esfuerzos. El curriculum oficial ha avanzado muy lentamente. A pesar de ello, ha sido un recurso privilegiado de información desde la perspectiva de los jóvenes de ambos sexos. Además, parece tener un significado importante en términos del reconocimiento del deseo sexual femenino. El avance de las políticas de educación sexual ha estado limitado por las vacilaciones de los funcionarios de las instituciones educativas y por los grupos conservadores que atentan contra la educación laica y la libertad de expresión (González, E. ``Intolerancia, conservadurismo y sexualidad''. Salud Reproductiva y Sociedad. No. 5. El Colegio de México, 1995).
El sentido de colectividad que aún permanece entre los mexicanos tendría que ser el potencial a desarrollar por un partido político democrático, que para recuperar su prestigio entre los jóvenes tendría que defender sin vacilar, el derecho a la información, a la libertad de culto y a la libre expresión, es decir, el derecho a que las niñas y los niños, así como las y los jóvenes puedan efectivamente ser los dueños de sus cuerpos. Muy particularmente entre quienes están en el lado subalterno de las relaciones de poder: los más pobres, las mujeres y las minorías sexuales.
Consultora del Population Council.
Ponencia leída en un foro del PRD para jóvenes.
Hecho inédito en las contiendas electorales de nuestro país, el sida se convierte, por primera vez desde su aparición, en tema de discusión en las campañas de los partidos políticos.
Convocados por una organización civil, el grupo Movimiento Abrazo, los candidatos al gobierno de Nuevo León se reunieron, por separado, con miembros de la sociedad civil de Monterrey para exponer sus propuestas de gobierno para combatir al sida.
Al evento ``El sida en las elecciones de 1997. Encuentro con los candidatos a la gubernatura'' acudieron los aspirantes de la Coalición Democrática --que agrupa al Partido de la Revolución Democrática (PRD), al Verde Ecologista (PEV) y a la organización de deudores de la banca El Barzón--; del Partido Acción Nacional (PAN); del Partido del Trabajo (PT); y del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El sida en Nuevo León ocupa el doceavo lugar como causa de mortalidad entre la población. Hasta el 1 de abril de 1997, se han reportado 875 casos acumulados por este mal. El grupo social más afectado es el de los hombres de 20 a 44 años de edad (más del 80 por ciento de los casos), y el área más golpeada es la zona metropolitana de Monterrey en donde se concentra el 95 por ciento de los casos. Sin embargo, advierte el grupo anfitrión en la carta invitación dirigida a los candidatos, los próximos años serán ``los de la más grave explosión en las cifras de seropositivos, enfermos y familias devastadas en lo moral y económico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Conasida calculan que en nuestra entidad podrían estar afectadas entre 30 y 50 mil personas por este síndrome mortal.''
Esta situación decidió al Movimiento Abrazo, presidido por Joaquín Hurtado Pérez, a girar dicha invitación, porque en estas elecciones ``no puede ni debe quedar fuera de la discusión pública el tema del sida, como punto obligado de abordaje en la oferta política de los candidatos y candidatas al poder ejecutivo de Nuevo León''.
Compromisos ante notario
La primera en acudir al llamado fue Liliana Flores Benavides candidata de la Coalición Democrática (PRD, PVE y El Barzón). Frente a un nutrido grupo de asistentes, formado por miembros de organizaciones civiles, estudiantes, profesionistas y medios de comunicación, Flores Benavides presentó el documento ``Compromisos para la defensa contra la discriminación ante el sida'', signado ahí mismo ante notario. De los diez compromisos asumidos en el documento, destacan: la intención de someter al congreso de Nuevo León ``las reformas que sean necesarias para calificar como delitos contra la salud el ocultamiento, negación o manipulación de datos estadísticos sobre la incidencia del padecimiento en el estado'', y su propuesta de incluir en las atribuciones de la Junta Estatal de Conciliación y Arbitraje la defensa sindical contra la discriminación laboral por sida. Además, de asumir el cargo ejecutivo, la economista Liliana Flores declararía al sida Enfermedad de Tratamiento Prioritario; destinaría fondos públicos especiales para hacer accesibles los medicamentos de elevado costo; y abriría servicios especiales para la atención de los pacientes infectados por el VIH en las clínicas y hospitales públicos del estado.
El condón por prescripción médica
Ese mismo día, y ante el mismo auditorio, acudió el candidato panista Fernando Canales Clariond, cuya presencia causó gran expectación por las posturas negativas de la dirigencia nacional panista frente al condón. A diferencia de la candidata de la Coalición Democrática, Canales Clariond no llevó propuestas concretas de acción, y fue más cuestionado, en ocasiones con preguntas agresivas, sobre su posición frente al condón, la libertad individual y sexual, y sobre los derechos de homosexuales y lesbianas.
El candidato albiazul se comprometió a implementar la educación sexual en el sistema educativo estatal, con el objetivo de propiciar un uso responsable de la libertad ``para que con base en la educación que recibimos sepamos utilizar debidamente nuestro cuerpo y nuestra sexualidad''. Sobre el condón, Fernando Canales recomendó que se adquiriera por prescripción médica.
A favor del condón, el wonderbra y la minifalda
El 25 abril tocó el turno a Luis Eugenio Todd, ex secretario de Educación y Cultura del Estado y ahora candidato a la gubernatura por el Partido del Trabajo. En su exposición, el petista propuso la creación de un Instituto de Investigación y Tratamiento para personas con sida y, al igual que los demás candidatos, propuso reforzar las campañas de información y prevención del sida entre la ciudadanía, para terminar con el estigma hacia las personas portadoras del VIH. Además, se declaró partidario del condón, del brassier wonderbra y de la minifalda.
Privilegiar la acción concertada
Por su parte, Natividad González Parás candidato a gobernador por el PRI, después de exponer la situación epidemiológica del sida en Nuevo León, propuso, entre otras cosas, lanzar un programa preventivo de gran alcance con la participación de las organizaciones civiles, las instituciones educativas, los centros productivos y clubes deportivos del estado; obligar al personal médico y a los laboratorios a cumplir con lo señalado por la ley de salud en cuanto a la obligatoriedad de notificar todo caso de infección por el virus de la imunodeficiencia humana (VIH), y que las personas que resulten positivas a las pruebas de detección informen al médico de los contactos sexuales efectuados, en caso de que la infección haya sido por esa vía, o el sitio y la fecha de la transfusión sanguínea, en el caso de transmisión por esa vía, evitando en todo momento vulnerar el derecho a la confidencialidad y trato digno de las personas afectadas. En cuanto a la educación sexual de niños y jóvenes, González Parás se inclinó por buscar consensos sociales antes de tomar decisiones.
Las cartas están echadas, el compromiso está sellado, el candidato vencedor al gobierno de Nuevo León en las próximas elecciones enfrentará la vigilancia y el seguimiento de las organizaciones civiles del cumplimiento de sus propuestas y compromisos en el combate a la pandemia del sida.
Información proporcionada por el Movimiento Abrazo, Monterrey, N.L.
Reconocido como uno de los principales desafíos del sistema de salud pública en México, el combate al síndrome de inmuno deficiencia adquirida (sida) ha ocupado un lugar marginal en las propuestas y discursos públicos de los candidatos a legisladores federales y de los contendientes a la jefatura del Distrito Federal, a pesar de que en las plataformas políticas de cada partido el VIH/sida es mencionado como parte de la política hacia los jóvenes y las mujeres (PRI, PRD), como asunto de salud pública (PAN), o como reto de la nueva cultura de libertades sexuales (PRD).
El ángulo polémico y noticioso provino de un artículo periodístico en la revista Proceso del candidato panista a la jefatura capitalina. En sus ``Reflexiones condoecológicas'', Carlos Castillo Peraza la emprendió contra el uso del condón. Con un pretendido tono irónico y supuestos argumentos ambientalistas, el ex dirigente nacional de Acción Nacional consideró que los preservativos representan una amenaza para la ecología y para el sistema de drenaje de la ciudad, por ser de látex, material no biodegradable.
Justamente lo que no mencionó --el uso del condón como principal mecanismo de prevención contra enfermedades de transmisión sexual como el sida-- le acarreó a Castillo Peraza críticas y denuestos de otros columnistas periodísticos y de representantes de organismos civiles que sostuvieron con él una desangelada reunión el 23 de abril.
Ante el escepticismo de los activistas presentes, Castillo Peraza les reprochó: ``si mis palabras no les convencen me da mucha pena. Yo he tratado de ser sincero, de ser franco, no estoy ocultando más de lo que pienso y creo''.
En la plataforma política de su partido tampoco se menciona al condón como instrumento preventivo fundamental. En el documento Democracia para un Buen Gobierno, aprobado por el Comité Directivo Regional del Distrito Federal el 12 de enero de 1997, se dice:
``Es patente el crecimiento de enfermedades cardiacas y diabetes --padecimientos asociados al medio urbano-- o el caso del sida, dado que se mantiene el registro de que la tercera parte de los casos acumulados de este padecimiento a nivel nacional se registran en el Distrito Federal.
``Es preciso reforzar las acciones preventivas y correctivas de las enfermedades de mayor incidencia en el Distrito Federal.''
PRD: Salud y prevención para todos
La plataforma política del PRD, titulada Por una Nueva Ciudad 1997-2000 es más clara que la del PAN al referirse al sida. El tema lo aborda en su apartado sobre ``Los Jóvenes'' y forma parte central de la propuesta de un Programa Integral de Salud Reproductiva.
De acuerdo con este documento, el programa tendrá como objetivos ``garantizar el bienestar físico, mental y social, así como el disfrute de una vida sexual y reproductiva saludable, satisfactoria y con libertad, asegurando el acceso de los jóvenes a la información y los servicios de salud en materia de planificación familiar, enfermedades de transmisión sexual, sida y el problema de los embarazos y la maternidad en adolescentes''.
El PRD también argumenta en torno al sida: ``Un grave problema que afecta al conjunto de la sociedad, pero en especial a los jóvenes, se refiere a la sexualidad y el sida. Uno de los triunfos de la gran ruptura cultural y generacional que significó 1968, y que hacemos nuestro y reivindicamos, es el disfrute de una sexualidad plena, más tolerante, más libre, lo cual ahora se ve socavado por dicha enfermedad. Sin embargo, el problema se recrudece con una cultura intolerante y moralista que es promovida por diversos sectores sociales y agrupaciones políticas.''
El candidato perredista Cuauhtémoc Cárdenas, quien encabeza las preferencias de los votantes capitalinos, en un desplegado del 11 de mayo, tras una reunión con organismos feministas, resaltó la importancia de proteger los derechos reproductivos de las mujeres e impulsar ``una política que garantice el derecho constitucional de la mujer y su pareja a decidir libremente el número y espaciamiento de los hijos, que provea los medios para hacer efectiva esta decisión, que asegure la información de enfermedades de transmisión sexual como el sida, que impulse permanente y sistemáticamente campañas de educación sexual en la juventud para prevenir los embarazos no deseados.''
PRI: Un plan global para el D.F.
Por su parte, la Plataforma Electoral para la Ciudad de México 1997-2000 del PRI es la menos explícita en el asunto del combate al sida como tema de salud pública. Al igual que el PRD, lo aborda dentro de su apartado de propuestas para los jóvenes. El equipo de campaña de Alfredo del Mazo propone en este sentido lo siguiente: ``Urge un plan de capacitación enérgico y global que cubra el Distrito Federal, dadas las estadísticas recientes de aumento de enfermos de sida. Se necesita enfrentar la realidad y establecer programas de capacitación acerca de las medidas de prevención y manejo adecuado sobre el verdadero riesgo del contagio y establecer instituciones especializadas sobre esta problemática.''
PAN: Modificar las leyes
De las tres plataformas analizadas del PAN, PRD, y PRI para controlar el sida: sólo Acción Nacional hace una propuesta explícita: ``Se propone legislar modificando la Ley General de Salud y la reglamentaria del artículo 130 constitucional, para intensificar los esfuerzos por controlar el sida y el dengue, asignando un presupuesto específico para ello y facilitándole a los organismos no gubernamentales (ONG) y asociaciones religiosas la atención a los enfermos.''
A pesar de su posible sesgo confesional, Acción Nacional enmarca esta propuesta en el tema de la fabricación, distribución y venta de medicamentos. Para el PAN, debe propiciarse que las instituciones oficiales de salud tengan los 500 productos genéricos indicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como suficientes para atender ``más del 90 por ciento de los padecimientos a nivel mundial''. Dentro de esos 500 productos genéricos de la OMS no se encuentran los recientes medicamentos fabricados para combatir al VIH/sida. La plataforma legislativa del PRD critica frontalmente los recientes cambios legislativos sobre seguridad social integral, pública y solidaria ya que ``tienden a desmantelar el sistema de protección social más importante del país''. En consonancia con su plataforma capitalina, el PRD propone un Plan de Igualdad de Oportunidades para los Jóvenes que ``contemple un programa de salud especial para los jóvenes que prevenga los embarazos adolescentes y el síndrome de inmuno deficiencia adquirida, en la medida en que están entre las principales víctimas potenciales de enfermedades de transmisión sexual''.
La plataforma priista defiende los cambios realizados en la Ley del Seguro Social y las transformaciones del sector salud y no hace referencia explícita al sida. Esta mención se realiza en su apartado sobre políticas sectoriales para mujeres y jóvenes.
El PRI propone, en ambos casos, ``crear programas intensivos de orientación sobre salud femenina, el comportamiento sexual y la detección y control de enfermedades como son; la prevención del cáncer de la mujer (sic), las enfermedades crónico-degenerativas y el sida, entre otras''.
Como observamos, para los partidos políticos la lucha contra el VIH/sida forma parte de la agenda de salud pública, de política social y cultural orientada básicamente a jóvenes y mujeres. Esas son las palabras, faltan los hechos.
Periodista.
Evitar que se privatice la seguridad social, sensibilizar a los médicos sobre la epidemia del sida, crear tratamientos integrales para homosexuales que viven con VIH o con sida y comercializar los condones a un peso en estanquillos situados en cada esquina, fueron los principales planteamientos de Patria Jiménez, aspirante del PRD a diputada federal.
Entrevistada al finalizar un encuentro con miembros de la comunidad lésbica-gay, dijo que de llegar a la Cámara de Diputados buscará que se sancione cualquier forma de discriminación por sexo, orientación sexual, discapacidad o raíz étnica; así como la prohibición de tratamientos dirigidos a cambiar la orientación sexual, los cuales, consideró, violan los derechos humanos y la integridad de las personas.
Además, se comprometió a promover la seguridad social entre toda la población, el acceso a pruebas y tratamientos especializados a quienes viven con VIH/sida; demandó que la homosexualidad no sea utilizada como agravante en el delito de corrupción de menores, el cual, indicó, debe ser sancionado sin señalar la orientación sexual del agresor.
La primera candidata perredista a diputada de la comunidad lésbica-gay, sostuvo que es necesario evitar a toda costa la privatización de la seguridad social, con la finalidad de que toda la población tenga fácil acceso a los servicios de salud, especialmente quienes viven con VIH/sida, ya que los tratamientos son muy costosos.
Expuso que si bien el sida no respeta preferencias sexuales, los homosexuales varones son los más afectados, por lo cual propuso una mayor sensibilización de los cuerpos médicos al aplicar tratamientos integrales, ``porque si no hay reconocimiento de la homosexualidad no hay atención integral''.
Esto, aclaró, sin llegar a homosexualizar el sida, pero sí que haya una especialización en la atención a pacientes seropositivos.
Finalmente, Patria Jiménez se pronunció por consolidar toda una cultura del uso del condón al volverlo tan accesible como lo son los chicles, venderlos a un peso o a 1.50 y en estanquillos donde, además, podrían adquirirse otros productos sexuales como lubricantes y en localidades donde todavía existe dificultad para hayarlos.