Letra S, 7 de junio de 1997


El Distrito Federal es la entidad del país más afectada por el sida. El aspirante a gobernar la ciudad de México que resulte vencedor en las elecciones del 6 de julio, enfrentará al respecto una situación dominada por más de 15 mil casos estimados de sida. Y un número de portadores asintómaticos del VIH de por lo menos 50 mil personas.
Aunque la responsabilidad central en este rubro recae en el gobierno federal, el gobierno capitalino no está excento de ella.
La periodista Lilia Rubio se acercó a los tres principales contendientes para conocer sus propuestas y puntos de vista en torno al sida. Estas son las respuestas escritas a las preguntas planteadas.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Alfredo del Mazo González y Carlos Castillo Peraza proponen

Proteger la ciudad, prevenir el sida

Lilia Rubio

1.- ¿Cómo concibe usted al sida?
El problema del sida no es exclusivamente metropolitano, sino de índole mundial. Por lo tanto, las propuestas capitalinas en relación con el mismo, deben ser parte de una gran acción, de tal manera que si perdemos de vista que no es endémico --o solamente de este lugar-- sino pandémico, estamos haciendo esfuerzos costosos aislados, inútiles e ineficaces.

Sin embargo, debido a los atavismos que existen acerca de esta enfermedad, que incluso ha dado origen al calificativo de ``grupos de alto riesgo'' por haber sido, o al menos lo parece, de grupos de homosexuales y asociados a enfermedades de transmisión sexual. Tal vez lo fue así en un principio, pero la enfermedad ha rebasado estos grupos y es necesario darle atención a su problemática, sin prejuicios moralistas de que ``se frieguen por ser castigo de Dios'', u otras expresiones parecidas.

Para el PAN, esta enfermedad es un problema de salud pública y de derechos humanos principalmente. Dejamos los aspectos morales o culpables para otras instancias que no son las nuestras, aunque cada uno de nosotros tenga sus propias convicciones y éstas son respetadas.

Como autoridad asumiré mi responsabilidad que me corresponde, es decir, enfrentar los problemas de salud pública con métodos públicos y con un criterio lo más amplio posible de respeto a la dignidad de los sanos y de los enfermos.

La pandemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causante del sida es el problema de salud pública más grave y complejo no sólo del D.F. y de México sino una amenaza contra la humanidad. La problemática que acarrea el VIH/sida nos rebasa por sus dimensiones, así que todas las acciones contra el VIH/sida son de carácter urgentes y necesarias. Así, vemos en el sida no al mal encarnado, sino a una enfermedad que se puede prevenir con información para toda la sociedad, adecuada para cada grupo social al que va dirigida. Asimismo, para ofrecer servicios de calidad en la atención a los que ya tienen el síndrome se requiere de un esfuerzo formidable y coordinado de parte de las autoridades, la iniciativa privada y la sociedad civil organizada. La emergencia por conseguir los nuevos tratamientos para controlar el sida nos reclama a todos, gobierno y ciudadanos, el compromiso de brindar alternativas viables para hacer llegar las medicinas a las personas que no cuentan con ningún tipo de seguridad social.

De acuerdo con el Registro Nacional de Casos de sida, hasta el primero de enero del presente año existían 29,962 personas enfermas en todo el país, por lo que debemos actuar decididamente para darles la adecuada atención médica y psicológica, así como para prevenir la propagación de la enfermedad. Cada día, casi un millón de personas en todo el mundo se infectan con enfermedades de transmisión sexual. El VIH/sida es un problema social que sin duda alguna es motivo de preocupación para los mexicanos. Considero que el sida es, además de una terrible enfermedad mortal, un problema de información, por lo que la difusión de medidas preventivas y de las características propias del padecimiento, necesariamente deben llegar a la población.

2.- ¿Qué medidas preventivas promoverá su gobierno contra la pandemia?
Existe la necesidad, básicamente de educación y de información, acerca de la enfermedad. Pero el gobierno capitalino no incide en la política educativa de la entidad, pues sus facultades están mermadas. Solamente se pueden construir y darle mantenimiento a las escuelas por parte del D.F. Los programas y contenidos dependen de la Secretaría de Educación Pública (Sep), siendo ésta, una entidad de excepción.

Sin embargo, se implementarán campañas masivas utilizando los recursos medios a los que se tenga acceso para incidir en la prevención y educación.

Pero esto no me detendrá, pues de manera generalizada abriremos la discusión y sobre todo la participación de la sociedad civil en sus organizaciones naturales, los cuerpos intermedios y las organizaciones no gubernamentales (ONG), para actuar en la prevención. Incluso, con una partida presupuestal en salud, para la prevención y tratamiento, e incluso investigación de la enfermedad. Ayudaremos a quien quiera ayudar en la profilaxis de la enfermedad.

Sin lugar a dudas, también existen otras enfermedades que deben ser atendidas, tales como las gastrointestinales que son más mortíferas que el propio sida. Ante las demás enfermedades, no podremos ser excluyentes.

Impulsaremos campañas educativas con información básica sobre VIH/sida al público en general y a poblaciones específicas. A partir del grupo al que va dirigido el mensaje, se dará el enfoque y el lenguaje más adecuado. Así mismo, se difundirán todas las medidas de prevención, desde la abstinencia, la monogamia y la fidelidad para los grupos que les funcionen estas opciones, hasta el uso del condón en las relaciones sexuales y todas las técnicas que conlleva el sexo más seguro para impedir el intercambio de fluidos vitales (sangre, semen, líquido preeyaculatorio y fluidos vaginales).

Debido a la acelerada propagación del sida en los últimos años, es indispensable llevar a cabo acciones específicas dirigidas a los grupos con mayor probabilidad de adquirir la infección, así como a la población en general.

De llegar a la jefatura de gobierno, el primer paso sería llevar a cabo una intensa campaña de educación para la salud y la promoción de la participación ciudadana. Ambas con el objetivo de formar conciencia y autorresponsabilidad entre los individuos, familias y grupos sociales.

Es necesario atacar el problema de raíz, por lo que una población bien informada es la principal arma contra el sida. Los medios de comunicación, las escuelas, los centros de salud y las organizaciones no gubernamentales (ONG), juegan un papel fundamental en el combate a la enfermedad por la labor de difusión que pueden llevar a cabo. Mi compromiso es frenar el avance de la enfermedad mediante la apertura informativa.

3.- ¿Cree necesario aplicar pruebas masivas de detección del virus que causa el sida como medida preventiva entre los grupos más afectados, como las trabajadoras sexuales, los migrantes y los homosexuales?
Además de su costo, su aplicación involuntaria atenta contra los derechos humanos; sin embargo, todos aquellos que de manera voluntaria decidan realizarlo, serán aceptados, sin importar condición alguna. Asimismo, para otorgar los resultados, se dará ayuda psicológica para disminuir, incluso ``los pozos preocupados''.

Por otra parte, diagnósticos como el ELISA son caros, lentos y con un margen de seguridad al que le falta confiabilidad. Promoveremos, con protocolos de investigación, métodos más rápidos y eficaces de detección temprana.

Definitivamente no, porque a nadie se le puede obligar a hacerse la prueba. Además, el término de ``grupos de alto riesgo'' favorece la discriminación que persiste contra las personas que viven con VIH/sida, porque señala a grupos socialmente vulnerables y atacados, como la comunidad lésbica-gay y las personas dedicadas al sexoservicio. En nuestro país todavía se asocia erróneamente homosexualidad, sida y muerte.

Por otro lado, amplios sectores se sienten fuera de peligro por no pertenecer a supuestos ``grupos de alto riesgo''. No se puede afirmar que exista este tipo de grupos, ya que es una pandemia que está afectando a toda la sociedad: amas de casa, profesionistas, hombres, mujeres y niños. Nosotros partimos de que el VIH/sida nos compete a todos, que el verdadero grupo en riesgo lo forman quienes no tienen información sobre el sida.

Esta enfermedad no es exclusiva de los grupos de alto riesgo. Las precauciones para evitar la transmisión del virus son las mismas para todos. Debemos, entonces, estar conscientes de que cualquier persona puede enfermarse. Someterse a la prueba de detección del sida es una decisión personal, voluntaria y privada. Lo que sí me parece conveniente es facilitar y acercar la información a la población en general y, por supuesto, trabajar especialmente con relación a los grupos que usted menciona, pero siempre respetando la libertad individual.

En cuanto a los llamados sexoservidores, ellos tienen métodos de control en acuerdo con la Secretaría de Salud (Ssa) y otros organismos. La supervisión y extensión de estas medidas de control sería una labor que llevaría a cabo mi gobierno.

4.- ¿Promoverá su gobierno el uso del condón para prevenir enfermedades de transmisión sexual y el sida entre los jóvenes?
No se impedirá a los organismos, que por su propia naturaleza, prefieran hacer esta labor. No corresponde al gobierno ni la promoción ni la disuasión. Se debe dar la información para que, de manera personal, cada una de las personas adopten sus propias decisiones.

Tratar a todos los sanos y enfermos por igual es un grave problema. El estar enfermo de sida no lo hace execrable para la sociedad, pero tampoco el estar sano. No propiciaré el rencor hacia los sanos ni el desprecio a los enfermos.

Sí, porque el número de casos de VIH/sida en México son, en su mayoría, por transmisión sexual y el uso correcto del condón es la medida preventiva más eficaz. Es importante que los jóvenes se protejan con el condón y otras prácticas de sexo seguro. Pero no hay que olvidar que también las personas no tan jóvenes son vulnerables al virus.


El preservativo es uno de los métodos más efectivos para prevenir la transmisión sexual del virus. Por lo tanto, creo que las ONG y las instituciones del sector salud a las que les corresponde, deben intensificar las campañas de información sobre su uso. Informar a los capitalinos sobre la práctica del sexo seguro para proteger su salud y la de su pareja, es una de las tareas que ejecutaría mi gobierno. Es preocupante el índice de casos que hay en el D.F. De 8,897 casos que se han registrado --según datos del Conasida--, 8,059 hombres y 838 mujeres padecen la enfermedad. Insisto, debemos concientizar a la población sobre la gravedad del problema. Es lamentable que tan sólo en el último trimestre del año pasado, se notificaran 28 casos nuevos de sida en niños.

5.- ¿Cree que dentro de los hospitales debería haber un centro de atención especial para enfermos de sida?
En los hospitales con amplias instalaciones es posible dedicar un pabellón de enfermos de sida; sin embargo, su mantenimiento y la falta de personal médico que decida voluntariamente atenderlo, hoy por hoy lo hacen inviable en cada institución. Además, existen nosocomios con especialidades médicas.

Pero por otro lado, hacer hospitales exclusivamente para sidosos, como única opción, se puede traducir en segregación, marginación y una fuerte tentación de iatrogenia. No me parece apropiado hacer hospitales exclusivamente para sidosos. Deberán tener acceso a otras medicinas, pues no todos mueren finalmente, del sarcoma de Kaposi, o del linfoma tipo Burkitt.

Sería ideal que en cada hospital existiera un área de especialización para atender oportuna y correctamente a las personas afectadas por el virus. Mientras se crea esta área, todo el personal de salud debe estar capacitado en el nivel que le corresponde sobre el VIH/sida, para que atienda sin discriminación a las personas afectadas y puedan canalizar a los pacientes a los servicios especializados ya existentes.

Cada hospital, cada centro de salud, tiene diferentes necesidades para brindar la atención adecuada a los enfermos de sida. Habría que escuchar los requerimientos particulares de las instituciones para que ellas mismas determinen lo qué es mejor para sus pacientes.



6.- ¿Habrá suficientes recursos para la atención y medicamentos de enfermos de sida en hospitales?
No se trata de privatizar la salud ni sus instituciones. Es rectoría del Estado y su responsabilidad. Sin embargo, la afluencia de recursos puede allegarse de muchas maneras. Unas, por parte de impuestos, de origen fiscal; pero otra gran parte, de las aportaciones que la sociedad puede allegar al problema.

Con un poco de ingeniería financiera, a través de múltiples organismos, tales como fideicomisos, fundaciones, exenciones y estímulos fiscales podremos abordar con inteligencia y creatividad.

Podremos potenciar a las instituciones altruistas y filantrópicas para que tomen su parte en la solución. Efectivamente, a las ONG preocupadas por la atención y prevención del sida deben dárseles el trato de asociaciones no lucrativas y por ende, ser sujetas de que sus aportaciones sean deducibles de impuestos y ellas mismas, de un régimen fiscal preferente.

Quiero agregar que con el recientemente publicitado Programa de Fortalecimiento de la Prevención y Control del VIH/sida y otras enfermedades de transmisión sexual 1997-2000, los organismos involucrados, principalmente Conasida, se dedican básicamente a utilizar su presupuesto a informar, con la publicación de 25 mil guías para la atención a los pacientes. Poca curación y mucha administración.

Por otra parte, es criminal que si ya están los nuevos medicamentos, no sean utilizados masivamente debido a su falta de publicación y retraso en el Diario Oficial de la Federación.

Los recursos para el sector salud son, y han sido, insuficientes, en particular para la atención y tratamiento de las personas con VIH/sida. Sin embargo, no debieran escatimarse los recursos para hacer valer el derecho a la vida de las personas afectadas.

En caso de llegar al Gobierno del D.F., no serán criterios financieros los que determinen las políticas de salud, sino que serán criterios sociales los que obligarán a nuestro gobierno a cumplir con su responsabilidad ante y para la sociedad.

El sida es un padecimiento sujeto a vigilancia epidemiológica obligatoria en México a partir de 1986. Es una enfermedad mortal que nos preocupa a todos los mexicanos. No solamente habrá suficiente dinero, sino que estudiaré la forma de incrementar un porcentaje del presupuesto del gobierno del D.F. en beneficio tanto de las personas que portan este mal como de las campañas preventivas y de las instituciones metropolitanas responsables de la investigación y control de la enfermedad.


1994: los compromisos del candidato Ernesto Zedillo

``Me comprometo a sumarme a la creación de programas intensivos de educación sobre salud femenina, de educación sexual y de detección y control del sida, en zonas particularmente de alta incidencia.''
Abril 13. Reunión con las mujeres priístas. Auditorio ``Plutarco Elías Calles'' del IPN. México, D.F.

``La responsabilidad del Estado, por un lado, es seguir alentando, proporcionando esta información a toda la sociedad; porque a veces decimos: que no oigan los niños, que no oigan los jóvenes. No, a lo mejor los que tienen que oírlo, son ellos, porque es un grupo de alto riesgo''
Junio 27. ``La fuerza de la mujer con Zedillo''. Centro Asturiano, D.F.

``¿Qué estamos esperando para empezar un gran programa de educación sexual? ¿Qué esperamos para actuar ya si sabemos que la solución de este tipo de problemas pasa necesariamente por la educación?
``Esta desinformación y esta falta de educación sexual ha incidido también en la propagación de sida, enfermedad que para muchos ha impreso un tinte apocalíptico al fin de siglo que estamos viviendo. Baste mencionar que según especialistas, para el año 2000 --que está cerca-- cada habitante de esta ciudad de México conocerá personalmente a un enfermo de sida, y que resulta alarmante la forma en que aumenta el grupo en las amas de casa, contagiadas en la mayoría de los casos por un ejercicio irresponsable de la sexualidad por parte de sus compañeros.''
Junio 12. Reunión ``Mujeres en acción con Zedillo, por México''. Auditorio Nacional, México, D.F.

``Vamos a fortalecer los programas de detección voluntaria del virus y a emprender campañas que hagan conscientes a la ciudadanía sobre la importancia de detectarlo cuando se es portador.
``Hacer llegar la información a todos los sectores de la sociedad es fundamental para contar con un programa efectivo en contra del sida. Para ello propongo un programa de difusión en los medios de comunicación masiva, así como una campaña más directa y de cara a la ciudadanía.
``El sida es un problema de interés social. Por ello, se deben destinar recursos para su atención a través de partidas presupuestales muy bien definidas.
``Los jóvenes deben aprender sobre el virus y su prevención en las escuelas de manera continua. Subestimar el riesgo de una vida promiscua o desprotegida es un gran peligro que enfrentan nuestros jóvenes.''
50 preguntas a los candidatos. Federico Reyes Heroles. FCE. 1994.


Los saldos de la epidemia en el D.F.

Con una población de 8'483,623 habitantes (según el censo de 1995), el D.F. es la entidad del país que concentra el mayor número de casos de sida. Hasta el primero de abril de 1997, se tienen registradas 9,065 personas afectadas por ese mal, la mayoría (poco más de la mitad), ya fallecieron. Esa cifra representa el 30 por ciento del total nacional de casos (30,970). Lo que significa la tasa de incidencia más alta del país: 87 casos por cada 100 mil habitantes, muy por encima de la media nacional que es de 36 casos.

Sin embargo, la cantidad registrada de casos de sida no es exacta, porque no todos los casos se reportan (aunque es obligatorio hacerlo), y además existe un retraso en la notificación. Las mismas autoridades de Salud suman a la cifra documentada de casos un 35 por ciento más para acercarse a la cifra real. Con este procedimiento tendríamos una cifra mayor a los doce mil casos de sida en el D.F.

Hay otra cifra que se desconoce y que es mucho mayor a la cifra anterior: la de las personas que portan el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y no lo saben, porque no presentan sintomatología alguna. Los exámenes para detectar la presencia del VIH en el organismo son voluntarios, a nadie se le puede obligar a practicarse una prueba de detección. Por lo mismo, es difícil saber el número real de personas infectadas por el VIH que aún no desarrollan el sida. Para tener una idea, las autoridades de Salud calculan que por cada caso de sida hay por lo menos cuatro personas portadoras asintomáticas del VIH. El cálculo anterior nos daría una cifra cercana a 50 mil personas VIH positivas tan sólo en el D.F.

El grupo de la población capitalina más afectado por el sida es el de los varones en plena capacidad productiva: de 20 a 40 años de edad. El virus que causa el sida se transmite sobre todo por relaciones sexuales desprotegidas. De los más de 9 mil casos registrados en el D.F., 44 por ciento son hombres que tienen sexo con otros hombres (se asuman o no como homosexuales o bisexuales); 13.6 por ciento son de hombres y mujeres heterosexuales; el 6.4 por ciento representa a las personas (hombres, mujeres y niños) infectadas por vía sanguínea; y tan sólo un 0.7 por ciento a los bebés infectados por vía perinatal. Aunque hay un porcentaje elevado de casos, 35.4 por ciento, en los que se desconoce la vía de infección.

El D.F. concentra la mayor oferta de servicios de salud. Para atender la demanda de atención médica de la población abierta, cuenta con 344 clínicas de salud y 55 hospitales. La población derechohabiente cuenta con 363 unidades médicas de consulta externa y 62 hospitales pertenecientes a las diversas instituciones de seguridad social que forman parte del Sistema Nacional de Salud.

A pesar de concentrar la tercera parte de los casos de sida del país, el D.F. no cuenta con un organismo propio, como en las demás entidades, encargado del control de la epidemia. A falta de este organismo, el área responsable es, dentro del proceso de reforma y descentralización del sector salud, la de Servicios Médicos del Departamento del Distrito Federal.

Cifras epidemiológicas proporcionadas por Conasida/Ssa.