Movimientos rurales, modelo para las masas urbanas
Stella Calloni/III Ť Cuando escuchamos la descripción de James Petras de lo que ha sido su paso por las zonas rurales e indígenas, aparecen como muy lejanas las teorizaciones tan comunes, y como él mismo lo dice, cada hecho escapa de los esquemas y vive por sí mismo. Aún así, parece difícil que esa fuerza que se ha desatado y anda tan lejos del mundo ciudadano pueda influenciar sobre éste, dinamizándolo de otra manera.
--Usted parece estar muy seguro de que este nuevo mundo en movimiento influirá con fuerza sobre las ciudades, donde también se mueve otra especie de lava. ¿No será utópica esta idea?
--No en absoluto. No es utópico pensar que van a ser un modelo para las grandes masas urbanas que están con mucha indignación, como lo he visto en Caracas, (Venezuela) en Bogotá (Colombia). Estuve en las favelas de Río de Janeiro, y allí existe una enorme admiración por el movimiento de los sin tierra. Los ven andar, caminar kilómetros, tomar fincas, los ven como gente que lucha y que gana, que tiene una gran capacidad para soportar golpes, masacres. Y ellos continúan. En Asunción (Paraguay) estuve caminando con dirigentes campesinos y vi como los saludaban por las calles, el respeto y la admiración con que los trataban. Esto es lo que yo llamo hegemonía, la capacidad de luchar, de hacer circular sus ideas hacia otras clases sociales.
--Algunos escépticos le podrían decir que es una visión excesivamente romántica o apasionada...
--Sólo basta con recordar que cuando los sin tierra terminaron su última movilización, 75 por ciento de los habitantes de Sao Paulo los apoyaba. Y también las ocupaciones, 95 por ciento estaba de acuerdo con la reforma agraria. ¿Quién pensaba hace pocos años que los campesinos iban a influir sobre los habitantes de la ciudad más cosmopolita e industrial de América Latina?
Esto también contradice a algunos analistas de mucho prestigio en el exterior, que aseguraban que el desarrollo del capitalismo había eliminado a los campesinos como factor político después de los sesenta. Confunden demografía con política. Yo creo que es un mal cálculo.
--Durante las dictaduras militares, uno de los sectores más golpeados y silenciados fueron los campesinos. Es posible que este periodo que, si bien, como usted señala, está también marcado por la represión y las matanzas, haya abierto o derribado puertas de alguna manera.
--Los sin tierra de Brasil comenzaron bajo la dictadura militar. En Paraguay crecieron clandestinamente, y fue uno de los sectores sociales más reprimidos, con una historia terrible. Ahora también son reprimidos, lo hemos visto, pero crecen y se multiplican. Yo creo que en México, por ejemplo, existe una gran dispersión. Lo he pensado muchas veces. Veo movilizaciones en distintas partes, pero son muy localizadas, no confluyen en una organización nacional. No se pueden improvisar explicaciones para estos fenómenos.
--Mientras se desarrolla esta fuerte movilización campesina, crece el conflicto social en las ciudades con las protestas de los desempleados, los trabajadores que rechazan las reformas laborales. Parece que hay muchos puntos en común con las demandas campesinas, rezagos iguales en las respuestas.
--Sí hay lazos. Es indudable. El movimiento campesino ha ido ganando su lugar, y el MST en Brasil creo que es mucho más definido y fuerte que la propia Central Unica de Trabajadores (CUT), o que el Partido de los Trabajadores (PT). Pero cada día se van aproximando más los problemas de cada sector. También en las ciudades deben aprender de ellos, de esas direcciones colectivas, de la ausencia de caudillos, de la humildad en que viven esos líderes del campo. Hay que ver lo que son sus sindicatos, a veces sólo postes apenas techados con lo que sea. Esto es importante. Esto también revertirá en una enseñanza para todos. Hay una fuerza, una honestidad, una actuación muy clara y muy digna.
--Alrededor de todo esto se ha ido creando la idea de que si una de estas nuevas fuerzas gana las elecciones en algún país, nada podrá hacerse. Es una percepción muy marcada que se deja deslizar desde el gran poder.
--Creo que eso de que nada se puede hacer es uno de los tantos fantasmas que se utilizan. Vuelvo al tema campesino porque es muy indicativo de lo que puede lograr este tipo de acciones. Los sin tierra en Brasil han formado 150 mil cooperativas. Esto multiplica sus fuerzas. Si pensáramos que nada se puede hacer, esto los hubiera paralizado. Cuando va a ganar alguien que temen que afecte al sistema amenazan con que se van a llevar las empresas o que los van a hundir en la desesperación al negarles toda ayuda, pero en la realidad eso no es posible.
``Los avances que hemos conocido en el último periodo, los que entienden bien las características del poder y su relación de clases, su capacidad de juegos, saben que esto no es así. Entonces, el concepto de globalización en bloque o de que es impenetrable es otro criterio falso. Hay una serie de acontecimientos que revelan cómo puede ser de imparable un movimiento fuerte, que no esté sujeto a los miedos o que se inmovilice por estos fantasmas que ha creado la publicidad.
``El fantasma de que no se puede hacer, que no dejaran hacer es falso. Cuba es un ejemplo de lo que se puede hacer cuando hay una decisión, y eso que es un país muy pequeño situado junto a la mayor potencia que, nada menos, se declara su mayor enemigo. Allí esta Cuba, y casi todas las naciones han comerciado con ese país, hasta Israel ha enviado misiones comerciales pese a las amenazas de Estados Unidos.
``En Africa estamos viendo mucho movimiento. Estamos viendo que se puede nadar contra la corriente y tener éxito. En esto es que yo he valorado la acción de los campesinos, tan olvidados y marginados siempre por todos, incluso por muchos políticos que se dicen progresistas. Ellos, desde la nada, están mostrando lo que se puede hacer''