La Jornada 5 de junio de 1997

El PRI dejó de ser alternativa; queda para museo, señala Julio Hernández

José Ureña Ť La presentación de Las horas contadas del PRI sirvió de foro a su autor, Julio Hernández López, para describir un partido que camina hacia la debacle y la catástrofe, acaso para reconstruirse en la oposición; a Mariano Palacios Alcocer para proponer que las elecciones sean ``la gran escuela para seguir haciendo cambios'' al interior, y a Jaime Martínez Veloz para llamar a evitar que se cumpla el destino advertido en el volumen.

``Gracias a gente como Julio, en estos años hemos aprendido que todo partido que permanece en el poder, sin importar su tendencia ideológica, se desgasta y tiende a usurpar las iniciativas sociales'', valoró el diputado tijuanense Martínez Veloz.

Hernández explicó su intención de presentar un recuento de la lucha interna en la que participó y que tuvo resonancia nacional. ``Aunque siga con las mismas siglas, ese partido queda para un museo'', anticipó.

Habló del partido que tuvo consenso bajo la divisa ``democracia y justicia social''; recordó que dos años atrás fue él quien señaló en el Consejo Político Nacional priísta a Carlos Salinas y José Córdoba Montoya como principales culpables de la crisis política, moral y económica de México.

Se trasladó a San Luis Potosí, su estado natal, donde presidía a ese partido, y detalló parte de sus enfrentamientos con María de los Angeles Moreno y el gobernador Horacio Sánchez Unzueta, quien se entrometía en asuntos internos. Esto lo llevó a una huelga de hambre de 18 días, misma que aborda en el libro.

El PRI, en cuyo seno dio ``la peor de las oposiciones'', la interior, ``no representa ya alternativa''. Esta convicción impulsó su renuncia a 26 años de militancia. Reconoció, empero, que ahí ``hay gente valiosa que sigue dando su lucha para reconvertir a ese partido con más compromiso social''.

Vaticinó que ésta oportunidad puede estar tras las elecciones del 6 de julio, tras la derrota. Desde la oposición puede ir a esa reforma para hacer del partido una ``instancia democrática nacionalista''.

Martínez Veloz dijo que el libro ``reseña los interiores de la política nacional'', por un Julio Hernández que ha metido ``con eficacia el dedo en las llagas purulentas del autoritarismo y la corrupción. Su ojo es el del público ávido de leer algún día la buena noticia del fin definitivo de la impunidad''.

Por ello, pidió reflexionar en que Julio Hernández ``es el oráculo de un destino que no debemos esperar a que se cumpla para que, completando la canción de José Alfredo (Jiménez), no tengamos que decir siempre caigo en los mismos errores''.

Ex gobernador, ex senador, ex embajador y ex dirigente sectorial del PRI, Mariano Palacios Alcocer marcó distancia personal respecto al contenido, y describió como ``de prisa'' las condiciones personales con que escribió Las horas contadas... el autor, político y periodista.

``Lamento que se nos vayan cuadros calificados del PRI'', terminó su intervención, pero Palacios Alcocer se declaró convencido de que ``el periodismo mexicano rescata uno de sus cuadros más calificados''.