El modelo de Jonguitud vuelve por
sus fueros La fórmula del PRI para ganar es repetir
añejas prácticas, como nominar candidatos a caciques e integrantes del
magisterio
Estado donde la fórmula SNTE-caciques regionales se ha convertido, como en los tiempos de Carlos Jonguitud, en la base de movilización para el llamado ``proyecto transexenal'' que la clase política local le adjudica al mandatario Horacio Sánchez Unzueta.
SNTE-caciques regionales, fórmula política en la cual se apoya también el candidato Fernando Silva Nieto para salir al paso y enfrentar factores como el abandono de importantes empresarios que se pasaron al Partido Acción Nacional, la crisis en el campo y el divisionismo en la clase política del PRI que ha incubado el gobernador Sánchez Unzueta.
Desde que Jonguitud Barrios gobernó la entidad, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no había vuelto a tener tantas posiciones como hoy: para empezar, el PRI ubicó a mentores de esta organización como presidentes en 26 de los 58 comités municipales priístas del estado, proporción cercana a 50 por ciento del total de las dirigencias municipales priístas potosinas.
Luego nombró candidatos a alcaldes a 20 profesores afiliados al SNTE, cantidad que representa casi 40 por ciento de las 58 candidaturas de ese rango en la entidad.
Y finalmente colocó a maestros de la sección 26 del sindicato magisterial en tres de las 15 candidaturas a diputados locales y en dos de las siete a diputados federales. En total, 25 de las 80 candidaturas a cargos de elección popular que estarán en juego el 6 de julio. Casi una tercera parte para un solo gremio.
A los caciques regionales tampoco les fue mal, pues a pesar de que el tradicional control que han ejercido durante años se ha visto afectado tanto por la crisis del agro, como por el problema de las carteras vencidas y el surgimiento de organizaciones independientes, aún mantienen parte significativa de su poder e influencia.
Así, el llamado poder caciquil de San Luis logró colocar a su gente en una docena de candidaturas a ediles --20 por ciento del total--, y se llevó una de las siete candidaturas a diputados federales y cuatro de las 15 para diputados locales.
Con ello maestros y/o caciques son hoy, para el Revolucionario Institucional, la fórmula con la cual busca competir con posibilidades reales de triunfo en 37 de las 56 alcaldías del estado, en las que se concentra 60 por ciento del electorado potosino.
Como en los tiempos de Jonguitud, pues.
Además, maestros y/o caciques fueron designados por el PRI en lugares, regiones y candidaturas claves para la elección.
En la Huasteca potosina, donde se concentra 40 por ciento del electorado estatal, el partido oficial ubicó a ocho maestros como candidatos a alcaldes.
En Coxcatlán, Rogelio González Vidales; Matlapa, Benjamín Sagahón Medina; San Antonio, Eulalia Cantú Orta; San Martín Chalchicuautla, José Antonio Orta Lara; Tampamolón, José Santiago Amadaro; Tamuín, Enrique Cruz González; Tanlajas, Humberto Morán, y Xilitla, Federico Carranza.
En esta zona, además, compite por la alcaldía de Ciudad Valles, Gerardo Medellín, hermano del senador Manuel Medellín, uno de los caciques de la región.
Asimismo, disputa una diputación federal Antonio Esper, el más fuerte de los caciques de la Huasteca, y quien ya fue en dos ocasiones diputado federal y alcalde de Ciudad Valles.
Como aspirante a presidente municipal de Tampacan está un integrante de los Sánchez Sánchez, conocidos como ``los grandes emborrachadores de la región'' por controlar y distribuir el alcohol en las zonas campesinas e indígenas. La familia Sánchez ha dominado en los últimos 15 años ese municipio.
En la zona centro el Partido Revolucionario Institucional presenta a cuatro maestros como aspirantes a alcaldes: en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, conurbado a la capital y el que mayor número de votos aportó al partido en las pasadas elecciones luego de la ciudad capital, va Fidencio Tello Zavala; en Santa María del Río, María del Socorro Avalos; en Tierranueva, José Graciano Castillo, y en Ahualulco, Mariano González López.
En la zona media sólo va Francisco Salvador Camargo, en el municipio de Rayón.
Y en el Altiplano hay maestros en siete candidaturas a presidentes municipales: en Matehuala, Raymundo García Olivares; Charcas, Agustín Hernández Moreno; Salinas de Hidalgo, Francisco Cisneros; Guadalcázar, Cirilo Méndez; Santo Domingo, Juan Carlos Luna Loera; Vanegas, Juan Gallegos Barrientos, y en Cedral, Juan Córdova Hernández.
De los caciques, hay candidatos del PRI en Salinas, donde los hermanos Páez Galván controlan la comercialización de granos y colocaron a Juan Carlos Luna Loera. Los Páez han sido señalados en Salinas como autores intelectuales del asesinato de un panista, ocurrido hace casi un mes.
De la fuerza del SNTE y de los maestros habla el secretario de Organización de este sindicato, el profesor Crisófono Cisneros, quien luego de informar que en el magiste- rio de San Luis hay 30 mil maestros agrupados en la sección 26 del SNTE, dice:
``En muchas comunidades la gente vota por quien vota el maestro. Si éste vota por alguien de la oposición, la mayoría de la gente de esa comunidad así lo hace. Si lo hace por alguien del PRI, pues la gente se va con el PRI''.
Por eso, concluye, es que ``quizá ahora hay tantos maestros como candidatos en el PRIÉ Desde Jonguitud no había habido tantos como ahora''.
No sólo el modelo jonguitudista parece haber vuelto con Silva Nieto.
De hecho, y luego de casi una década de ostracismo, el propio Jonguitud Barrios reapareció en la escena política de la entidad la semana pasada, cuando en un recorrido de campaña por Ciudad Valles se le vio al lado de Fernando Silva Nieto y de Beatriz Paredes Rangel.
``Yo invité a don CarlosÉ'', aseveró Silva Nieto cuando se le preguntó sobre el regreso del líder vitalicio a la escena política del priísmo local. ``El es un hombre experimentado que conoce el estado y que puede ayudar al partido'', explicó.
Una década después el modelo político ha vuelto a San Luis. Jonguitud también.
La recurrencia al SNTE y al sector caciquil no es casual. Tiene su razones en los problemas más significativos que hoy enfrenta el PRI: crisis en el campo, abandono de empresarios y división de la clase política priísta, así como en lo que aquí se ha denominado el ``proyecto transexenal del gobernador Horacio Sánchez Unzueta''.
Políticos de todos los partidos, desde priístas como Fabián Espinoza, Isaac Berrones de Democracia 2000 o bien el ex secretario general del PRI, Eduardo Izar Robles, le adjudican a Sánchez Unzueta la intención de perpetuarse en el poder estatal, de establecer ``un nuevo cacicazgo al estilo jonguitudista''.
Lo mismo piensan, y así lo han expresado públicamente, ex priístas como Roberto Yrízar, perredistas como Manuel Nava y Rosalío Tovar, y panistas como Alejandro Zapata Perogordo, candidato a la alcaldía de la capital, o bien el secretario general del PAN, Arturo Ramos Medellín.
Indicios: 1) La promoción y designación de Fernando Silva Nieto a la candidatura del estado. Proveniente del grupo de Manuel Camacho Solís, de quien fue secretario particular en el sexenio pasado, Silva Nieto fue ``rescatado'' y ``protegido'' por Sánchez Unzueta. En ese sentido, él sería el candidato priísta que más favores políticos le debería al gobernador, y quien por ello sería ``más manejable''.
2) La conformación de la lista de candidatos al Congreso local con 90 por ciento de priístas-horacicistas, y en donde el próximo líder del magisterio será Juan José Rodríguez Medina, ex secretario general de Gobierno y actual secretario general del PRI.
3) Peso decisivo de Sánchez Unzueta en la designación de los candidatos a presidentes municipales a través de Juan José Rodríguez, quien como virtual líder del PRI condujo el proceso interno de selección.
De filiación priísta hasta hace unos años, parte significativa del empresariado potosino ha comenzado a alejarse del PRI y a participar políticamente al lado del PAN.
Origen de ello, y así lo han dicho en diversas ocasiones ante la prensa local, es su inconformidad con el proyecto de fomento industrial promovido por Sánchez Unzueta.
Proyecto que en su afán de hacer de San Luis Potosí el eje de distribución nacional y de encuentro comercial para el Tratado de Libre Comercio, ha dado amplias preferencias al capital extranjero por encima del empresariado local y a los priístas amigos del gobernador.
Ello, aunado a una política de especulación de la tierra, de la cual se han visto beneficiados políticos-empresarios priístas como las familias Torres Corzo, Valladares García, Sánchez Soler y Rangel Lozano.
Molestos porque han visto afectados sus intereses y no se les ha hecho partícipes de la cobija gubernamental, empresarios de la Coparmex, Canacintra, IPAC y Canaco comenzaron a manifestar públicamente sus críticas al PRI y a coquetear con los panistas a partir de 1995.
En un intento por calmarlos, Sánchez Unzueta entregó a los inconformes la Secretaría de Fomento Económico, en donde colocó a Ramón Zamanillo Pérez.
Sin embargo, un asunto judicial en el que se vio envuelto el empresario Carlos Lavín Hinojosa fue el pretexto para que los hombres de negocios decidieran la ruptura.
Luego de acusar a Sánchez Unzueta de aplicar la justicia con inequidad, Ramón Zamanillo renunció, y otros empresarios pertenecientes a las familias García Navarro, García Maldonado, Cabrera Cabrera, Gómez Madrazo, López Medina y Pizzuto Braham también rompieron con el mandatario y anunciaron su ingreso en el PAN.
Todos los que rompieron con el gobernador hoy integran el equipo de campaña del candidato panista a la gubernatura, Marcelo de los Santos Fraga, un próspero empresario que apenas hace siete meses se afilió a ese partido luego de ser por años el auditor de las finanzas del gobierno y quien avaló también durante varios años el acumulamiento de la deuda pública de la administración potosina, la cual asciende hoy a más de 500 millones de pesos.
La clara división de la iniciativa privada potosina, unos para el PAN y otros para el PRI, se ha dejado sentir en la competencia electoral y de manera significativa en los gastos de campaña, pues con sus recursos los empresarios neopanistas han dado a Acción Nacional un impulso del que incluso se ha quejado el candidato del PRI, Fernando Silva Nieto.
``Hay partidos que hoy gastan más y tienen mayor presencia en los medios electrónicos que nosotros'', según dijo el candidato priísta la semana pasada.
Pasada la tormenta democrática navista, el barco electoral de San Luis Potosí naufraga hoy sin rumbo definido y con la perspectiva de un voto diferenciado de la ciudadanía el próximo 6 de julio.
Encuestas, análisis de los propios partidos y resultados electorales han comenzado a perfilar desde ahora eventuales resultados, posibilidades y límites de los partidos en las contiendas.
En la lucha por el gobierno estatal las encuestas ubican como puntero
al PRI y a Fernando Silva Nieto, en un dura disputa con el único
partido que hoy está en posición de dar la pelea y la sorpresa por
este cargo: el PAN y su candidato Marcelo de los Santos. Para el PRD y
su candidato, Salvador Nava Calvillo, las posibilidades son más que
remotas.
De las 58 alcaldías en juego, el PRI presentó candidatos en todas; el
PAN en 56 y, ante la sorpresa de todos, el PRD en 51. Aquí las
perspectivas de AN son mejores, toda vez que marcha adelante en las
tres ciudades más importantes del estado: San Luis capital, Soledad de
Graciano Sánchez y Ciudad Valles, en las que se asienta 50 por ciento
del electorado potosino.
También tiene fuertes oportunidades en 12 municipios más: Matehuala,
Tamazunchale, Villa de Reyes, Villa Hidalgo, Villa Juárez, Cerritos,
Villa de Zaragoza y Tierra Nueva, entre otros. Tendencia que le haría
gobernar a más de 55 por ciento de la población estatal.
El PRI, a su vez, tiene perspectivas de alcanzar triunfos en 35 o 40
municipios, aunque la mayoría de ellos son de menor importancia
numérica electoral y peso económico y político. Dura disputa mantiene
con AN en la región media, y busca recuperar terreno en municipios
como Ciudad Valles, donde incluso ha recurrido a la presencia del ex
cacique Jonguitud Barrios.
En el PRD, un estudio de su dirigencia estatal señala que tienen
``fuertes posibilidades en 12 municipios: Matehuala, con el ex priísta
Roberto Yrízar; Villa de la Paz, Matlapa, Alaquines, Tamazopo,
Tanlajas, Tampamolón, Cárdenas, Venados, Cerro de San Pedro, Tamuín y
Axtla''.
El Nava Partido Político presentó sólo 16 aspirantes y centra sus
posibilidades de triunfo en la coalición con el Frente Ciudadano
Salvador Nava Martínez de la Huasteca, que le abre posibilidades en
cuatro alcaldías, donde sus candidatos son líderes indígenas o de
productores.
De las 15 diputaciones locales uninominales, la pelea es
fundamentalmente entre priístas y panistas, con ligera ventaja del
PRI. Esta situación se repite en la contienda por las siete
diputaciones federales, donde la pelea entre PAN y PRI es muy
cerrada. (Oscar Camacho)
Entre la clase política del PRI las cosas no van bien. Hay molestia
con el gobernador, a quien los priístas reprochan el haber incrustado
en muchos puestos de la administración a integrantes del movimiento
navista que derrocó a Fausto Zapata, así como haber maniobrado para
``perpetuar'' su proyecto de gobierno con la designación de Silva
Nieto.
Las diferencias de Sánchez Unzueta con sus correligionarios no son
pocas: se peleó con el grupo de Julio Hernández, con el de Ramiro
Robledo y el de Carlos Jiménez Macías, también con el de Fabián
Espinoza y el de Oscar Vera Fabregat.
En corto, en reuniones con su gente, políticos como Ramiro Robledo y
Jiménez Macías se quejan de haber sido relegados en la contienda por
la candidatura del PRI a la gubernatura. Y con su marginación, la de
su gente, la de su grupo político.
Los priístas relegados explican la razón: ``Sánchez Unzueta optó por
el político que cree que puede garantizarle la continuidad de su
proyecto. Así presentó a Silva Nieto ante los ojos del Presidente y
del secretario de Gobernación. A pesar de la filiación camachista de
Silva Nieto, era la opción local para ganar las elecciones''.
Disciplinados, muchos de los inconformes decidieron mantenerse en el
PRI, pero con la convicción de no cooperar en la campaña. Por ello es
notorio que la clase política priísta no aparezca para nada en
mítines, reuniones o en los actos de campaña de Silva Nieto.
Pero además, hay incluso quienes, como Fabián Espinoza, han hecho
sentir su inconformidad mediante acciones concretas: en días pasados
dio a conocer públicamente que poseía pruebas sobre el desvío de
recursos que, dijo, ha hecho el gobernador en favor de grupos y
personajes navistas.
Y no sólo lo acusó públicamente, sino que entregó a un notario los
documentos que, asegura, prueban esos desvíos. Luego retó al
mandatario para que acudan ante el notario con el fin de abrir
públicamente el ``sobre de la ignominia''.
Sánchez Unzueta no aceptó el desafío e incluso se niega a hablar del
caso.
Otros priístas, en cambio, optaron por abandonar el partido
oficial.
Como el ingeniero Roberto Yrízar, desplazado de la contienda por la
candidatura a la presidencia municipal de Matehuala y hoy fuerte
aspirante a ese cargo en las filas del Partido de la Revolución
Democrática, al que incluso ya se afilió.
Y lo mismo que Yrízar hicieron los priístas que hoy compiten como
candidatos del PRD a las alcaldías de Alaquines, Tamasopo y Tamuín.