La Jornada 4 de junio de 1997

Los movimientos campesinos en AL, una izquierda muy positiva: Petras

Stella Calloni/ II Ť La fuerte movilización campesina en América Latina trajo un aire renovador que pone en evidencia cualquier tipo de opción ambivalente y obligaría a los políticos del futuro a ser más consecuentes, analiza el sociólogo estadunidense James Petras, al ser consultado sobre probables diferencias futuras entre los proyectos campesinos y los de la llamada centroizquierda.

``Con este nuevo fenómeno que sucede en muchas partes donde la centroizquierda busca pactar sobre lo que llama modernización, se habla de una burguesía dinámica que hace frente a la burguesía financiera, como si los capitales fueran muy diferenciados. Uno ve que sólo dentro de los pequeños y medianos industriales están molestos por la política de apertura que los arruina. Pero en sus relaciones de trabajo aprovechan las leyes la- borales. Y esto los muestra también ambivalentes. Yo pregunto ¿dónde está esa burguesía dinámica, progresista? Sobre esto la gente del movimiento campesino no se confunde. Su vida es tan dura como diáfana.

``Veo empresarios y funcionarios que invierten en la bolsa y no tienen intención alguna de formar un bloque para desafiar las reglas de la inversión y ayudar al crecimiento de un sector popular. Se aferran a una gobernabilidad ficticia, cuando la ingobernabilidad resulta hasta buena porque cuestiona el poder. El cambio con definiciones claras es una forma de crear tensiones, de avivar fuegos.

``En tanto, no se escucha a los dirigentes campesinos hablar de gobernabilidad. Pero esos sectores de clase media a los que pertenecen muchos de los ex comandantes guerrilleros en la región han dado una voltereta política de acomodamiento al neoliberalismo. No me sorprende. Sólo regresan a su situación original. Es mas fácil decidir por una política burguesa mientras los campesinos vuelven a sus hogares en el campo. Muchos de aquellos combatientes se han conformado en grupos de seguridad, delincuentes, marginados, desarraigados. Y esto también les señala la tragedia de su realidad.

``Creo que el movimiento campesino es un nuevo camino, una nueva izquierda muy positiva. No tienen ahora clases medias radicalizadas que llegan y a veces los confunden incluso honestamente. Es mucho más sano esto que está pasando, tiene más futuro porque es de fondo, es a partir de la realidad.

--Su recorrido por las zonas rurales parece haberlo llevado a otro camino de análisis, y seguramente podrá establecer diferencias entre cada proceso y movimiento...

--Mi experiencia en Brasil fue muy especial. Estuve en los campamentos de los sin tierra. Hacer allí los mismos cursos de posgrado que hago en la universidad o hablar sobre globalización fue muy enriquecedor. Se entendía y se discutía todo. Fue para mí muy enriquecedor y muy conmovedor. Con nuestros pies hundidos en el lodo o en lugares de gran dureza hablábamos de estos temas como la globalización, y escuché sus puntos de vista y mostraban una gran sabiduría, una sabiduría sencilla, pero profunda y real. Admiré su capacidad de actuar a pesar de las amenazas, todos unidos, en la miseria, pero muy fuertes por la solidaridad que se daban.

``Ni las masacres los detienen porque están seguros de su objetivo, de su lucha y de su generosidad. Incluso podemos decir que la resistencia a Estados Unidos viene del campo. Hay que observar lo que sucede en cada caso. También tienen cuestionamientos y rechazos a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Les dicen que pueden participar entre organizaciones, pero son muy cuidadosos de tener en sus manos la dirección de su propia lucha.

--En otro extremo de esta situación podríamos colocar el caso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que usted cita en sus últimos trabajos como un fenómeno muy especial que hay que observar sin esquemas.

--Sí. Es muy importante lo que sucede en Colombia. Ese es también un largo proceso de lucha armada en este caso. Es algo muy excepcional. La guerrilla más antigua que subsiste, desde los años 48-50. Ellos provenían del Partido Comunista Colombiano (PCC), que era definidamente prosoviético. Pero el movimiento fue muy colombiano, y sus orígenes estaban en el campo, en las montañas, en el mundo campesino. Esa formación los salvó. Recuerdo cuando muchos se integraron a la Unión Patriótica, que actuaba públicamente. Entonces comenzaron los asesinatos masivos de dirigentes que habían salido de la clandestinidad.

``Recuerdo que el padre del comandante Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo, uno de los más antiguos líderes guerrilleros, dijo en un reportaje que él mismo había pedido a su hijo que no bajara de la montaña, porque nunca se podía confiar en esa burguesía. Yo creo que las FARC tuvieron la sabiduría para poder superar la crisis del socialismo, y aunque sus enemigos tratan de hacerla ver como una narcoguerrilla todos sabemos que son combatientes políticos, y que son víctimas de los narcotraficantes que tienen amigos en el poder mundial. Ahora las FARC están creciendo. Tienen entre 18 y 20 mil hombres en armas, y cada día se les unen miles de campesinos, familias que han sido arrancadas de sus tierras. El 80 por ciento de sus integrantes son de origen campesino.

--¿Cual fue su experiencia en Bolivia?

--Este es otro país olvidado, pero estuve con los cocaleros, que no son narcotraficantes, porque la coca como la conocieron los campesinos era una planta, y es medicinal. Los campesinos bolivianos llevan sus luchas mucho más allá, es una lucha antimperialista, antiDEA, porque saben lo que trae esto detrás. Luchan también por la soberanía y esto lo tienen muy claro, muy definido. Como los otros movimientos, no tienen dudas, no son absorbidos por las luces de un falso modernismo.

``Ellos estaban muy atentos a los debates que se planteaban y hacían aportes muy ricos. Muchos de ellos eran ex mineros que habían perdido sus trabajos, y fueron allí a plantar la coca. Es increíble, pero ponían a sus cooperativas los nombres de sus viejas minas, nombres que tienen un recuerdo muy vivo para los latinoamericanos, como Siglo XX y Catavi. Vi allí todo lo que trato de explicar de estos movimientos tan renovadores.

``De las discusiones de alto nivel con la Federación Campesina en Cochabamba recuerdo la imagen de una mujer joven que alimentaba a su niño pequeño mientras hablaba como una líder. Ellos ganaron varias alcaldías en El Chapare y están creando su propio proyecto político. Han sufrido masacres y son víctimas de una gran injusticia. Acusarlos a ellos de las miserias del narcotráfico es justificar la represión.

Tan importante fue conocer esto como a la Federación Campesina de Paraguay. Vi gente muy joven. La mayoría de estos campesinos no provienen de la izquierda, sino que han surgido a partir de su propia situación, con fuertes influencias del comunitarismo indígena.