Ortiz: no habrá una nueva crisis
Roberto González Amador, Humberto Ortiz Moreno y Armando Torres, corresponsal Ť México no enfrentará otra crisis financiera en lo que resta de la actual administración federal, aseguró ayer Guillermo Ortiz Martínez, secretario de Hacienda y Crédito Público, al presentar el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide), cuyo objetivo principal es elevar el ahorro interno para que el país alcance tasas de crecimiento superiores a cinco por ciento anual y se generen por lo menos un millón de empleos cada año.
En una ceremonia encabezada por el presidente Ernesto Zedillo, el secretario de Hacienda explicó que el Pronafide también busca fortalecer la capacidad del Estado para atender las demandas sociales y evitar más crisis, que han sido recurrentes en los últimos 20 años.
Guillermo Ortiz y Ernesto Zedillo, a su llegada para la
presentación del Programa Nacional de Financiamiento al
Desarrollo en Los Pinos. Foto: Francisco Olvera
El Pronafide, dijo, define el rumbo para el crecimiento económico de México en los próximos años. ``No tendremos una crisis financiera en el resto de esta administración y dejaremos condiciones económicas sólidas para el inicio de la siguiente'', afirmó.
Prevé inflación menor a diez por ciento para el año 2000
En la primera ocasión en que un gobierno anuncia metas macroeconómicas para un periodo mayor a un año, Guillermo Ortiz indicó que el Pronafide hará posible que hasta el año 2000 la economía del país crezca a una tasa de cinco por ciento en promedio, el doble de la tasa de crecimiento demográfico.
Según las proyecciones contenidas en el Pronafide, el producto interno bruto (PIB) aumentará este año 4.5 por ciento; se incrementará 4.8 por ciento en 1998; 5.2 por ciento en 1999 y 5.6 por ciento en el año 2000.
El mayor ritmo de crecimiento de la economía, agregó el funcionario, irá acompañado de una menor inflación hasta que, en el último año del actual gobierno, el crecimiento de los precios sea menor a diez por ciento.
Ortiz anticipó que las tasas inflacionarias disminuirán de 15 por ciento en 1997 a 12.5 por ciento en 1998; diez por ciento en 1999 y 7.5 por ciento en el 2000, pero aclaró que el reto ``es lograr una inflación baja que sea sostenible; es decir, no vamos a utilizar anclas artificiales para disminuir la inflación''.
La premisa básica del programa de financiamiento anunciado ayer por el secretario de Hacienda es elevar el ahorro interno con el fin de que la economía mexicana sólo recurra al financiamiento externo en forma complementaria.
Guillermo Ortiz indicó que el mayor ahorro interno hará posible que se cumpla el objetivo gubernamental de incrementar la inversión hasta que alcance 25 por ciento del PIB y generar así los recursos necesarios para alcanzar tasas de crecimiento superiores a cinco por ciento.
El funcionario detalló que la estrategia del Pronafide se basa en cuatro puntos:
Primero: Promover el ahorro del sector privado y fortalecerlo básicamente con el nuevo sistema de pensiones. También, dijo, se dará mayor atención al ahorro popular y el gobierno estimulará el ahorro y la inversión a partir de una reforma fiscal que se negociará próximamente con el sector privado.
Segundo: Consolidar el ahorro público, que actualmente es de alrededor de cuatro por ciento del PIB. El reto, explicó, es mantener los niveles actuales de ahorro, pero ello ``implica un esfuerzo muy importante, ya que de aquí al año 2000 se necesitarán alrededor de dos puntos adicionales del PIB para cubrir los costos asociados a los programas de seguridad social y de apoyo a deudores de la banca''. Por lo tanto, anticipó, será necesario fortalecer la recaudación y mantener una estricta disciplina de gasto público en la que se dará prioridad a la inversión y a los programas sociales.
Tercero: Aprovechar el ahorro externo --es decir, contratación de deuda-- como complemento y no como sustituto del ahorro interno.
Así, sumados los componentes del ahorro interno (ahorro privado de 18 por ciento y público de cuatro por ciento del PIB) habrá un ahorro interno total de 22 por ciento. Por lo tanto, para alcanzar la meta de 25 por ciento necesaria para un coeficiente de inversión de 25 por ciento del PIB, se necesitarán recursos del exterior equivalentes a cerca de tres por ciento del producto interno bruto.
Por ello, anticipó que para el 2000 se prevé un déficit en cuenta corriente de alrededor de tres puntos del PIB, ``que se financiará mayoritariamente por la inversión extranjera''.
Cuarto: Fortalecer y modernizar al sistema financiero. Esto, abundó, permitirá aumentar la eficiencia de la inversión, fortalecer a la pequeña y mediana empresas, apoyar a los productores del campo y financiar infraestructura y vivienda.
Los objetivos expuestos en el curto punto, agregó, se lograrán a través de una más adecuada y oportuna regulación y supervisión del sistema financiero, y mediante el impulso y la reorientación de la banca de desarrollo.
En otro capítulo del Pronafide, el funcionario dice que el gobierno está comprometido en lograr un balance del sector público cercano al equilibrio previsto para el año 2000. Los resultados de las finanzas públicas considerados en el programa, añadió, incluyen un gasto real creciente en infraestructura productiva, en educación y capacitación, en salud, en vivienda y en reforzar acciones destinadas a combatir la pobreza.
``El Pronafide se constituye como un instrumento fundamental para otorgar viabilidad financiera a la política social del gobierno'', agregó.
Guillermo Ortiz insistió en que las metas y objetivos del Pronafide no parten de cero. El programa, dijo, se construye sobre los esfuerzos ya realizados. ``Sabemos bien hacia dónde vamos, considerando lo que se ha hecho. Es claro que lo que falta se puede hacer. Es más, diría que ya hemos recorrido más de la mitad del camino''.
No tiene objetivos electorales, dicen funcionarios y legisladores
Funcionarios de la Secretaría de Hacienda, empresarios y legisladores rechazaron que el Pronafide tenga objetivos electorales; argumentaron que su presentación se había postergado por la emergencia económica, que dificultó todo ejercicio de planeación, y señalaron que su éxito dependerá de la continuidad del modelo económico.
``Era obligación del gobierno federal presentarlo y dar señal clara de que hay certidumbre sobre el rumbo económico que va a seguir el país'', subrayó el subsecretario Martín Werner tras el acto en que el presidente Ernesto Zedillo dio a conocer la estrategia anticrisis.
Sin embargo, Antonio del Valle, líder de los banqueros, advirtió que si la oposición llega al gobierno podría cambiar la política económica, en detrimento de las proyecciones del Pronafide.
Juzgó que el programa es ``demasiado conservador'' y garantizó que el sistema bancario tiene liquidez y está listo para apoyar el crecimiento nacional. Admitió que las altas tasas de interés y su volatilidad, debido a la inflación, provocaron reticencias para acceder al crédito, pero aseguró que si hay buenos proyectos habrá préstamos seguros.
El analista Jonathan Heath y Jorge Marín Santillán, dirigente de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), coincidieron en que nadie puede garantizar que no sobrevenga otra crisis financiera en lo que falta del sexenio. Eduardo Bours y Héctor Larios, presidentes entrante y saliente del Consejo Coordinador Empresarial, y José Alfredo Santos, de la Canaco, señalaron que ahora falta explicar cómo se lograrán las metas planteadas.
Los subsecretarios de Hacienda Tomás Ruiz y Martín Werner destacaron la reforma fiscal y anticiparon cambios que mejorarán la recaudación, que no graven más a los contribuyentes cumplidos y que permitan disminuir la carga tributaria.
Anunciaron que en septiembre la propuesta entrará a la Cámara de Diputados. Ruiz explicó que cualquier desequilibrio del ahorro público y privado puede poner en riesgo las metas del Pronafide. Por ende, insistió, las modificaciones en materia fiscal no pueden perjudicar los objetivos de captación de impuestos. Consideró imperativo mantener una recaudación sana para solventar gastos como los que implican los programas de ayuda a deudores y el sistema de seguridad social. No se prevé aumentar la carga tributaria, sino combatir la evasión, aseguró el funcionario.
El diputado Francisco Suárez Dávila y el senador Rodolfo Becerril Straffon, presidentes de las comisiones legislativas de Hacienda y de Comercio, respectivamente, elogiaron el Pronafide. Según el primero, el programa ``pone un tope hacia el final de la administración de Zedillo, para no sobrepasar un déficit en cuenta corriente mayor a tres por ciento del PIB'', lo que es ``una regla de oro en la economía chilena''.
En México, agregó Suárez, el error de 1994 fue que se acumuló un déficit de hasta ocho por ciento del PIB. ``Es un candado que el país no había aprendido a lo largo de su historia''. Recordó que en 1994 se utilizaron anclas artificiales para reducir la inflación, pero ahora descenso será gradual y sustentable.
A juicio de representantes de los sectores industrial, comercial y financiero de Nuevo León, las metas del programa presentado ayer no son viables a corto plazo mientras la reactivación no se refleje en la microeconomía.
Othón Ruiz Montemayor, director general del Grupo Financiero Banorte, y Juan Pérez Góngora, dirigente de la Canaco de Monterrey, se pronunciaron por aplicar programas específicos que reactiven la economía interna y ajustes ``con sentido social''. Ruiz recomendó al Banco de México mantener el equilibrio de la política monetaria ante eventuales presiones devaluatorias. A su vez, el dirigente de los comerciantes dijo que es urgente atender el mercado doméstico, pues las ventas han caído más de 30 por ciento.