Marco Rascón
Desesperados y ausentes

¿ Y las encuestas para diputados? ¿A qué se debe la ausencia de encuestas y el vacío a la disputa por el Congreso? ¿Por qué nadie pronostica la situación electoral en el resto del país?

Hace unos meses aún existía en los medios de información, entre la clase política, la idea de que la renovación de la Cámara de Diputados sería fundamental y estratégica; sin embargo, a menos de dos meses de la elección, ni en la propaganda de los partidos ni para los encuestadores ni en el ambiente electoral ni para los observadores, el voto por diputados y senadores tiene importancia.

Causa extrañeza que en las direcciones nacionales de PRD y PAN se le facilite la estrategia al PRI, dándole amplio margen para maniobrar el resultado electoral en diputados y senadores, pues hasta ahora no existen referencias sobre cómo se encuentra la estructura del voto nacional, lo cual permite que se realice sin presiones el trabajo de los fontaneros del PRI, PAN y PRD, que se dedican a los acuerdos para salvar al país de ``la ingobernabilidad''. Lo central: el PRI va por el 42 por ciento de la votación en el Congreso; es su preocupación principal, y ahora lucha por lograr el porcentaje necesario y aplicarse el candado de gobernabilidad. El terreno idóneo para una negociación cupular es relajando ahora las campañas para diputados, a fin de poder desligar la tensión de la elección en el Distrito Federal, de la elección de diputados. El único que está haciendo encuestas para medir la elección al Congreso es seguramente ``Chuayffet Company'' ante el vacío de los mismos observadores electorales, a los cuales la elección de las camáras no pareciera interesarles y menos para invertir recursos.

Aquí no hay error: ésta es la estrategia del PRI para resolver, con negociación, lo que no puede resolver ahora en las urnas, y pareciera que la estrategia opositora se las facilitara. ¿Qué pasaría ahora si no hubiese elección de gobernador en el DF? Seguramente toda la tensión nacional estaría centrada en la elección para diputados y la disputa por la mayoría en el Congreso. Sin embargo, en la propaganda de radio y Tv de todos los partidos, no hay referencia a la elección de diputados, pues está ausente y relegada. En los noticiarios de Televisa y Tv Azteca, la sección de ``campañas'' se refiere sólo a la campaña de los candidatos en el DF, la cual se transmite a todo el país como la única disputa, y centrada en aspectos secundarios y de forma.

Esta reflexión no tiene la intención de restarle importancia a la elección en el DF, pero sí de llamar la atención de que el PRI está utilizando la elección de la capital como cortina de humo, a fin de concentrar la tensión nacional en el DF y diluirla en lo referente a las implicaciones de una derrota priísta en el Congreso. Preguntaríamos al PRD y al PAN: ¿acaso la posibilidad de un triunfo en el DF no puede arrastrar al resto del país, gracias al servicio que están haciendo los medios de comunicación al haber convertido la elección capitalina en la principal referencia de la elección nacional? ¿Por qué los mismos partidos de oposición separan esta elección y no miden, con encuestas, la posibilidad de la derrota del PRI en todo el país? ¿Que acaso las causas de la crisis priísta sólo se han asimilado aquí y sólo influyen en el DF?

El PRD y el PAN le darían la vuelta a la estrategia priísta en favor de la democracia en el país, si establecieran un solo acuerdo conjunto de procedimiento ético: comprometerse a no ir a ninguna concertacesión con el priísmo, a fin de lograr que ese partido no gane en principio el 42 por ciento de la votación nacional y que nadie le ayude a establecer una nueva mayoría. Esto requerirá cohesión de las futuras fracciones, frente a la presión, cooptación, amenazas y el chantaje, que se aplicarían diputado por diputado y fracción por fracción, con base en la experiencia exitosa de Roque en la 56 Legislatura.

El peligro es que tanto en el PRD como en el PAN, hay grupos proclives (ya lo han hecho) a ayudar al PRI en los momentos decisivos. Un acuerdo ético contra la concertacesión le cerraría el paso a los ``operadores'', la nueva subclase creada por la clase política para no mancharse las manos directamente con la fontanería.

Con respecto al debate entre candidatos, gracias a la desesperación de Carlos Castillo Peraza la elección se define en favor del Partido de la Revolución Democrática. Castillo Peraza ha logrado resolver el voto útil de los indecisos a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, y además arrastra a su debacle a Fernando Canales Clariond en Nuevo León y a Marcelo de los Santos en San Luis Potosí. El PAN se equivocó rotundamente creyendo que la misma táctica golpeadora de 1994 le funcionaría en 1997, por una razón: el país cambió