-¿Es, usted, un hombre rico?
-No. Tengo patrimonio hecho durante 37 años de trabajo: el rancho Las Aguilas, con 260 hectáreas; tres casas, una en aquél, con ocho recámaras, donde vivo actualmente; otra en la colonia La Esperanza, con 425 metros cuadrados, y una más en la colonia Las Aguilas, en la ciudad de México, con terreno adjunto que está en venta, y mil 500 hectáreas de agostadero, donde pastan mil 50 cabezas de ganado.
``Como político -asegura- no le he robado un voto a nadie, y como productor no le he robado ni un peso a nadie. Tengo la conciencia tranquila. Yo empecé a trabajar en 1960, cuando era estudiante de derecho. Vivía en casa de asistencia y trabajaba en un juzgado. Entonces tenía 21 años.''
En entrevista con La Jornada, reconoce que sí hay pobreza en la entidad: ``Tenemos que seguir trabajando, ayudando a los campesinos. A la capital ha llegado mucha gente en busca de mejores condiciones de vida. Han formado colonias populares. De 100 que había en el periodo 1971-74, cuando fui presidente municipal de la ciudad de Durango, han pasado a más de 350.
El Ejecutivo estatal agrega que según reportes del INEGI, en el estado hay una
población de un millón 431 mil 748 habitantes. Se calcula que 550 mil se han concentrado en la capital, de los cuales 50 por ciento está en condiciones de pobreza extrema.
-¿Si hay grandes yacimientos de oro y plata, y enormes riquezas forestales y programas de ayuda al campo, a qué atribuye tanta pobreza?
-La pobreza bajó del campo a las urbes, porque no había programas, por falta de empleo y de caminos. En el periodo 1993-95 el problema era la construcción de caminos y ahora, la generación de empleos para combatir la pobreza es la prioridad.
-¿Qué nos dice de las acusaciones sobre desviación de recursos públicos para ampliar y mejorar el rancho Las Aguilas, de su propiedad?
-Bueno, uno siempre está sujeto a las críticas. Debemos entender que esto ocurre en una sociedad plural. Yo no voy a hablar mal del constructor Abdón Alanís González, quien hizo aquel señalamiento. Sólo le diré que está en la cárcel, pero no por la denuncia que por calumnias presenté, sino por fraude a bancos (Banamex y Banco Mexicano).
No ocultamos nada
A raíz de su declaración, explica, vino la Secodam: ``Me puse a sus órdenes y se le entregó toda la documentación requerida. Estamos atentos para entregar la información. No tenemos nada que ocultar, ni en lo personal ni mi gobierno''.
-¿Alanís era su amigo?
-El se arrimaba a todos los candidatos. Lo fue de Armando del Castillo, de José Ramírez Gamero -sus antecesores en la gubernatura-. En mi campaña electoral se arrimó y anduvo en el comité de financiamiento. Antes hizo algunos trabajos en Las Aguilas, que yo no ordené. El se ofreció y entonces yo le dije: `nada más me vas a decir cuánto es'.
``Cuando acabó la campaña, le dije que iba a concursar obras del gobierno, pero que antes quería saber cuánto le debía. Hicimos cuentas, le liquidé y firmó un documento de finiquito, y le dije: `ya no quiero que te presentes aquí. Tú vas a concursar obras. Si las ganas, te vamos a exigir que las hagas bien'''.
El gobernador agrega: ``Sí concursó y sí ganó. Hizo muchas obras al gobierno de Durango. Algunas no las realizó bien, y le exigí que cumpliera. Eso descompuso la relación y en las últimas le apreté más duro.
``Más tarde, la Contraloría del gobierno supervisó dos obras que no terminó bien y él pidió vencimiento anticipado del contrato. La Contraloría aceptó porque su empresa ya no podía hacerlas. Entonces se descompuso completamente la relación. Se fue de Durango y ya no nos volvimos a ver''.
-¿Alanís González dice que se utilizaron fondos públicos para pagarle?
-Nunca. Eso dice porque es un mentiroso. Es mitómano. Si fuera eso habría documentos al respecto. Nosotros tenemos todos los expedientes en orden, tanto de las cosas particulares como de las obras de gobierno.
``Jugué en la bolsa''
El gobernador presentó su declaración patrimonial ante la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso local y, al término del acto, afirmó no deber nada a nadie: ``Cuando antes de gobernador sí hubo hipotecas, pero cuando entré al gobierno no tuve ninguna''.
Abundó: ``Mis ahorros, durante los años 80, los jugué en la bolsa, cuando esto daba mucho dinero, y todo esto, la utilidad cada semana la retiraba y me venía a Durango, a mi rancho a invertirla. Así ocurría todos los fines de semana. Sólo una parte que no se pudo negociar se quedó y se perdió.
``Realmente -precisa- me fue muy bien, y eso fue base para todas las obras que a mí me ha tocado hacer. A mí no me gusta tener el dinero guardado, me gusta invertirlo; y ahorita mi cuenta está con saldos muy bajos. No tengo dinero en el extranjero. Todo lo que tengo está en Durango. Ahora lo que gano es para vestir, comer e invertir en el mantenimiento del rancho.''
Aseguró que durante 1996 la modificación de ``nuestro patrimonio'' incluyó un automóvil (que se sacó en una ``rifa que hace un tecnológico''), la permuta de 2 mil metros cuadrados en zona urbana por 70 hectáreas en zona rural, y la constitución de una sociedad de producción rural en la que participan su esposa Elvira, sus hijas gemelas, Elvira y Aline, y sus hijos Maximiliano, Alejandro y José de Jesús.
-¿Cuál es el valor comercial de Las Aguilas?
-Esa es una cuestión de peritos valuadores. Para mí, esa es una cuestión de afecto, de esfuerzo. No pienso venderlo jamás y nunca he pensado en el valor que tiene... Es el resultado de todo mi trabajo en 37 años.
Antes de concluir la entrevista, reitera: ``No soy un hombre rico... Lo que declaro es lo que tengo. No tengo más, pero no tenemos menos, y he dado instrucciones para que el encargado del Registro Público de la Propiedad permita conocer en detalle lo que digo, y si alguien quiere una constancia, que se la expidan gratuitamente''