Marlene Santos A., enviada, Guadalajara, Jal., 1o. de junio Ť El día empezó entre inmejorables augurios. Miles, millones de almas movieron montañas con su fe. Era fe ciega, fe chiva. El mariachi llamó a la diosa Victoria con las coplas de Volver, volver: ``Y volver, volver, voooolver, quiero volver a ser campeón...''.Por allá los chavos banda intentaba ser hinchas al grito de ``oeee, oeee, oeee, oeee, oeee'', y de pronto todos unían sus voces para rugir: ``¡Chivas-Chivas, Súper Chivas!''.

A las once horas el estadio Jalisco era una total fiesta tapatía, donde las mantas revelaron los puntos de origen de quienes confluyeron aquí fervorosos para presenciar la coronación del Rebaño Sagrado. Mantas de Cuautitlán Izcalli, de Durango, de Torreón, de Tijuana, de California, del Distrito Federal, con todo y su Carmen Salinas, quien llevó porra completa.

Por ahí Raúl Borja, Juan José Leaño y Alejandro Orvañanos, posando para la foto. Claro, presentes en calidad de directivos de la FMF, porque sus equipos dieron malas notas en esta campaña. Todos merodeando en torno a los trofeos. Hasta el alcalde panista, César Coll --seguidor necaxista--, estuvo ahí para festejar.

La locura estalló tras el primer gol de Chivas y ya no hubo freno. La ola giraba frenética en el óvalo. Un remolino de emociones donde las banderas de color afrancesado ondearon sin cesar y tras el silbatazo final el festejo de la tribuna se desbordó hacia la cancha, apenas dio tiempo para la entrega de galardones: copas y medallas.

El público saltó la malla protectora y la marea humana se convirtió en monstruo amenazante que puso en jaque a los campeones, que ya no tuvieron tranquilidad. Escenas fugaces: Alberto Coyote corre llevando en alto el trofeo; Camilo Romero besa la copa; los fotógrafos se atropellan en su afán de imprimir las imágenes. La mayoría de los jugadores, entre jalones, prefirió abrirse paso hacia los vestidores.

El mejor camión del cuerpo de bomberos fue dispuesto y adornado con carteles de ``Chivas Campeón'', subieron los jugadores y lentamente enfiló hacia la glorieta de La Minerva. Tuca Ferreti se había retrasado en entrevistas con la prensa y temerariamente se trepó al vehículo en marcha. En el trayecto los ``héroes'' fueron aventando playeras y balones. Pero ni ahí estuvieron a salvo porque varios aficionados subieron para verlos de cerca.

Las Chivas estuvieron sólo 20 minutos en la famosa plaza e igual tiempo le bastó a algún audaz fanático para hacerse de la medalla de Missael Espinoza, quien lamentó la pérdida. Aunque después se consoló en el festejo privado, en las instalaciones del Club Guadalajara, donde los integrantes del plantel y sus familiares tuvieron una comida.

El festejo público, después de 10 largos años de ayuno, continuó por todos los rumbos de la Perla Tapatía. Las procesiones a pie y en vehículos duraron horas.

Resultados del festejo

Al filo de las 22 horas la Procuraduría General de Justicia del estado informó que el niño Ricardo Ramírez Delgado fue asesinado por Leonardo Frayle Sntillán, quien se dio a la fuga. El menor, de 13 años de edad, se divertía arrojando agua a automovilistas en compañía de un par de amigos. El desquiciado individuo se molestó tanto que fue a su casa por un revólver y baleó al infante. Los lamentables hechos ocurrieron en la colonia Agua Blanca, municipio de Zapopan. Hasta anoche había 14 detenidos y 50 heridos.


Marlene Santos A., enviada, Guadalajara, Jal., 1o. de junio Ť ¡Chivas y ya!

Con apabullante marcador de 6-1, el Rebaño Sagrado se convirtió en el flamante campeón del Torneo de Verano al vencer en el duelo final al Toros Neza, equipo gitano que se desfondó tras una serie de errores defensivos y tácticos, mientras que el chiverío hizo gala de excelente condición física y fue contundente como nunca ante el marco rival.

En el primer tiempo ambos conjuntos se enfrascaron en un duelo cerrado, con ligero dominio de los colorados, quienes parecían más concentrados que el equipo local y crearon constante peligro en torno del marco defendido por Martín Zúñiga, pero la acertada actuación de Camilo Romero bloqueó en un par de ocasiones los avances astados. Los jugadores del Guadalajara se veían presionados y con esporádicos arribos al área rival.

Pero ayer la fortuna sólo fue de Chivas, porque justo cuando más presionaba el Toros Neza el volante López Meneses se dislocó la clavícula del hombro derecho. Aunque se resistió al cambio, salió llorando cuando fue relevado por Germán Arangio. Enrique Meza, técnico de los bureles, hizo ajustes que menguaron el empuje de sus pupilos. Guadalajara equilibró el cotejo con veloces descolgadas de Ignacio Vázquez y un remate de Claudio Suárez.

Con la reanudación del segundo tiempo se abrió la gloria para el Rebaño Sagrado.< Meza cambió el esquema de juego y envió al frente a Mohamed, junto con Arangio. Sacó a Briseño e ingresó a Miguel Murillo, pero aún no terminaban de ubicarse sus hombres cuando Chivas inició la goliza, contundente y sin piedad, para lucirse como nunca en el pletórico estadio Jalisco.

Herrera se durmió esperando la marcación de una falta, Coyote encontró una avenida y envió un disparo; Gustavo Nápoles sólo tuvo que darle un toquecito para incrustar el esférico e instalar el 1-0 al 50'. Los astados todavía no asimilaban el impacto cuando Herrera cometió un error garrafal al jugar el balón con alto riesgo frente a su propia meta. Hasta ahí llegó ambicioso el Tilón Chávez, quien con una limpia barrida lo despojó y concretó el 2-0. Larios nada pudo hacer.

Al 55', en otra gran llegada de las inspiradas Chivas, Tilón sacó un centro que Larios mandó a tiro de esquina con apuros. El equipo local cobró y Nápoles remató con la cabeza para el 3-0. Toros Neza agonizaba y se defendía con erráticos pelotazos, mientras que la fiesta en el estadio era ensordecedora con gritos, porras, cantos y olas.

El 4-0 cayó al 62', después de que Nápoles se quitó a dos rivales y dejó un cómodo balón para Manuel Martínez, quien mediante un zurdazo suave firmó el tanto. Era ya una franca coladera la zaga mexiquense, pero Tuca quería redondear la faena y sacó a Vázquez para ingresar al dinámico Felipe de Jesús, quien contrastaba con las figuras pesadas de Mohamed, Murillo y Memo Vázquez. El quinto gol fue un bello trazo de Ramón Ramírez a Nápoles, quien con la cabeza volvió a anidar la pelota en la meta de Larios.

Y cuando ya el barco nezatlense estaba hundido, Germán Arangio les dio el de la honrilla a los Toros con un disparo de media vuelta para vencer a Zúñiga, pero Guadalajara se mostró insaciable y Nápoles hizo el sexto, de nuevo a pase de Ramón Ramírez.

El silbante Arturo Brizio expulsó a Claudio Suárez por un fuerte codazo sobre Federico Lussenhoff, y a Humberto González por faulear a Robles.