Pablo Gómez
Manifestaciones
Caos vial, es la versión de las televisoras y la radio, además de algunos diarios, sobre las manifestaciones que se llevan a cabo en la ciudad de México. Parecen no importar los motivos de quienes protestan o solicitan algo a la autoridad, como tampoco el argumento de ésta para negar las solicitudes y reivindicaciones.
Televisión Azteca ha editorializado al respecto, al igual que lo ha hecho en otras ocasiones Televisa. El argumento principal es la interrupción del tránsito, con el consiguiente perjuicio a los automovilistas e, incluso, a quienes viajan en autobús.
El problema no es sencillo y tiene que ver con la forma en que se gobierna en México actualmente. Así, por ejemplo, el Presidente afirma que la educación es una prioridad de su gobierno, pero muchos profesores lo desmienten, no solamente quienes protestan o solicitan aumento de sueldo, sino también quienes no se manifiestan pero lamentan cada quincena los números impresos en sus cheques, ya sean trabajadores de educación elemental, media o superior.
Las manifestaciones magisteriales en la ciudad han sido recursos extremos de los profesores de varios estados, quienes han tenido que viajar a la capital para ser escuchados. El tema educativo no forma parte de una gran discusión nacional, como no lo es tampoco la estructura y prioridades del presupuesto de egresos de la Federación.
Por otro lado, las garantías de petición y de reunión no pueden limitarse arbitrariamente. La prohibición de las manifestaciones sería una forma de aplastar la Constitución, aunque podrían prohibirse los plantones que no tuvieran como propósito llevar a cabo una reunión sino solamente impedir que otros transiten libremente. Pero las marchas y los mítines no pueden ser consideradas como formas de impedir el ejercicio de derechos de otros.
Exigir a las autoridades que se impidan las manifestaciones --como lo hace en su editorial Tv Azteca--, sin mencionar los preceptos legislativos que darían legitimidad y legalidad a tal decisión, no es más que una manera de exacerbar los ánimos y promover falsas soluciones autoritarias.
No corresponde a los medios de comunicación --mucho menos a los concesionados que usan el espacio aéreo que es de todos-- incitar al gobierno a la violación de las garantías constitucionales y convocar públicamente a la represión.
Hace algunos años, las manifestaciones estaban prohibidas de facto en la ciudad de México, sin la menor base legal y sólo con la aplicación del garrote y, a veces, de las armas de fuego. Los derechos de reunión y petición fueron reivindicados a un precio muy alto de calles ensangrentadas y cárceles llenas de prisioneros políticos. Volver a eso sería aberrante.
La airada protesta de Tv Azteca se complementa con su política informativa de poner énfasis en los problemas de tránsito que provocan las manifestaciones y, al mismo tiempo, soslayar el contenido de las peticiones de los manifestantes. ¿Acaso Tv Azteca ha tratado de analizar alguna vez el inmenso problema educativo de México, por mencionar sólo ése? La televisión manipuladora ha hecho estragos en el país y, ahora, la otra cadena se suma sin recato y con prepotencia a injuriar a la Constitución, es decir, a las garantías en ésta consagradas.
Además del editorial de Tv Azteca, el señor Sergio Sarmiento, funcionario de la misma televisora, afirma sin el menor elemento de juicio --como es su costumbre--, que el movimiento magisterial es producto de una lucha interna en el SNTE y que los profesores de la Coordinadora Nacional ``atacan a la sociedad''.
Tal vez crea Tv Azteca que el gobierno simpatiza con su condena al ejercicio de derechos comprendidos en la Carta Magna, pero posiblemente se equivoca. Si las manifestaciones son reprimidas, el problema será mayor y la represión generará confrontaciones de consecuencias impredecibles. Eso lo sabe cualquiera. En cambio, los candidatos Del Mazo y Castillo Peraza simpatizan con las condenas de Tv Azteca, pues ya las han hecho en algunas ocasiones recientes.
Procesar las peticiones y negociar a tiempo es un método político por excelencia, pero a eso no hace referencia Tv Azteca, a quien al parecer no le importa analizar las posibles consecuencias de sus propuestas.
La comunicación es una alta responsabilidad social, por lo que no debe convertirse en un instrumento para jugar con fuego.