De la Fuente: los índices de control familiar encubren ``graves contrastes''
Angeles Cruz Ť Las tendencias de avance en los índices de planificación familiar deben verse con cautela y escepticismo, pues encubren ``enormes y gravísimos contrastes'' cuando se analizan a lo largo y ancho del país, sobre todo en las zonas marginadas, afirmó Juan Ramón de la Fuente, secretario de Salud.
Señaló que en la medida en que se encuentre un equilibrio entre la capacidad real de atención sanitaria y la demanda de la población de estos servicios, se podrán resolver de fondo muchos de los problemas políticos, sociales y económicos que hoy se enfrentan como país y que han sido causa de las principales turbulencias en los últimos años.
Rechazó las ``controversias estériles'' que se han suscitado sobre los mecanismos de planificación familiar. Dijo que México es líder en la materia y que seguirá colaborando con organismos internacionales, por lo que también descartó supuestas injerencias en las políticas nacionales de población.
Al participar en la conferencia Los nuevos aires de la salud reproductiva, efectuada en la Academia Nacional de Medicina, el funcionario aseguró que ``grupos oscuros'', que tienen como único ánimo confundir a la población, son los que encuentran en los mecanismos de cooperación internacional supuestas influencias de otros países.
Sin duda, dijo, esos grupos dan muestras de una rica fantasía, totalmente despegada de la realidad. Por ello, no podemos aceptar este tipo de infundios que sólo desinforman y confunden.
En su alocución frente a médicos, funcionarios y representantes de las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, De la Fuente destacó la necesidad de fortalecer la conciencia social para que hombres y mujeres asuman una responsabilidad compartida en las decisiones y las acciones, porque es ``muy injusto'' que la planificación familiar recaiga sólo en las mujeres.
Llamó a no sobreestimar los avances en esta materia, pues sería catastrófico. Se necesita reforzar el esfuerzo, la campaña y, sobre todo, los resultados del programa de planificación familiar, afirmó. Como ejemplo, mencionó las estadísticas del número de hijos por mujer, que hasta la fecha se ubica en 2.7. Este es un promedio necesario para tener el indicador general, pero encubre una dispersión inadmisible, sobre todo en comunidades que viven con los índices más altos de marginación y pobreza, explicó.
Dijo que el reto para garantizar servicios de salud a toda la población es enorme, pero es muy estimulante saber que tenemos un diagnóstico preciso y una convicción, compartida por millones de mexicanos, en cuanto a que necesitamos avanzar y profundizar en ese camino.
Por eso, reiteró, no hay necesidad de detenerse en controversias y polémicas estériles, que en nada ayudan y mucho confunden. La filosofía del programa de salud reproductiva del gobierno federal es muy clara, y no tiene espacios para ese tipo de situaciones.
La obligación asumida por el Poder Ejecutivo, ``a la cual no declinaremos nunca'', es ofrecer servicios de salud reproductiva completos, integrales, a todas las mujeres sin excepción, con información clara y con posibilidad real de que tengan acceso a esos servicios.
Señaló que hay un respeto total a la decisión individual que tomen las parejas, pero también hay un compromiso cabal para hacer llegar los servicios y la información clara y oportuna a todos los rincones del país.
Las discusiones artificiales no están en el ánimo de la sociedad mexicana ni de las mujeres. De hecho, cuando los programas llegan a las comunidades marginadas, indígenas o campesinas, hay una respuesta entusiasta y muy comprometida de las mujeres que conocen por primera vez la posibilidad que les ofrecen, y participan en ellos de una manera responsable
Por eso, ``que no se aduzcan factores culturales, tampoco valores tradicionales que supuestamente chocarían con los métodos modernos de salud reproductiva. En las comunidades indígenas, el único problema era que los servicios no habían llegado; cuando llegan, la repuesta de la comunidad es abrumante'', subrayó.
Antes, el funcionario había reconocido que el Estado solo no tiene la capacidad real de modificar de manera sistemática algunos indicadores; éste requiere la participación de toda la sociedad, dijo.
El programa de salud reproductiva involucra principalmente el cuidado de la salud de la mujer, pero en particular de la mujer campesina e indígena que vive en las zonas marginadas sin programas focalizados para su atención.
Comprende también a las adolescentes, de las cuales 500 mil se embarazan anualmente. Seguramente, muchos de esos estados de gravidez no fueron deseados y se traducen en abortos clandestinos que, a su vez, incrementan las estadísticas de morbilidad y mortalidad materna en nuestro país, opinó.
Por ello, el programa de salud reproductiva se incluyó en el paquete básico de servicios de salud, comentó, y dijo que el Programa de Ampliación de Cobertura cubre ya a casi cuatro millones de mexicanos en estas zonas pobres y marginadas.
Asimismo, De la Fuente mencionó que se ha aprovechado al máximo la descentralización de los servicios para que los estados destinen las transferencias directas de recursos a los programas de salud.