Una investigación que se inició en este diario, ha merecido reacciones que pretenden recolocar al Instituto Federal Electoral (IFE) en el centro de la disputa haciéndolo aparecer como una institución de dudosa confiabilidad, y convirtiéndolo de esa manera no en el árbitro de la contienda sino en un actor más. Tal despropósito me parece que puede obedecer a cualquiera de tres razones.
La primera es que los procesos de reformas electorales sean una suerte de droga fuerte que genera adicción y ello impida ver a los consumidores las nuevas circunstancias. Desde luego que el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) puede llegar a ser más preciso y evitar de esa manera las interpretaciones que tanto han tensado algunas de las decisiones del Consejo General del IFE; también el diseño institucional del IFE podría evitar fricciones entre el cuerpo colegiado y el área ejecutiva del Instituto, sin embargo tengo la sospecha que tras el propósito de revisar las bases del IFE lo que hay es una nueva tentativa de sentar a los actores a inventarlo todo de nuevo.
La segunda razón, de la mano con la primera, es cierto vicio nacional que desprecia con una insospechada facilidad cualquier logro; así, cualquier proceso de acumulación de activos, institucionales y humanos, queda cotidianamente expuesto a las ocurrentes iluminaciones de cruzados y refundadores. Tal es el caso. Pareciera, según algunas versiones circulantes, que el IFE es una cueva de ladrones que no ha hecho otra cosa que elecciones escandalosamente fraudulentas en su historia. El tono con que se refiere a la vieja estructura sugiere que ésta ha producido una cadena de vergüenzas nacionales.
La tercera razón, acaso menos inercial que las otras, parece sugerir una cura en salud de cara, no al proceso electoral, sino a los resultados del mismo. Aquí hay abiertamente mala leche. Según esa lógica, si la votación produce un escenario transicional ello legitimará a quienes a pesar de las viejas estructuras pudieron producir comicios confiables; en sentido contrario, si los electores eligen que la mayoría actual permanezca, ello se deberá a la existencia de estructuras perversas. De nuevo estamos ante la insana confusión y amalgama de procedimientos y resultados.
Me parece que el proceso de construcción del IFE ha tenido como propósito central brindar certidumbre a todos los actores de que procedimentalmente se hace lo correcto, y esto debiera querer decir que la institución es capaz de soportar cualquier resultado de la contienda. Y el sentido es precisamente separar la inflación de expectativas de los actores, proceso por lo demás dinámico, de la lógica institucional que debiera normar al IFE. Amalgamarlos bajo el argumento de la transición y la necesidad de darle creatividad a la interpretación de normas no es otra cosa sino renunciar a ocupar el papel de árbitro, hacer caso omiso del esfuerzo político que ha supuesto la creación de instituciones y asumir un protagonismo que está lejos de la necesidad de normalización que reclama la vida política del país.
Recolocar al IFE en el centro de la contienda puede ser uno de los retrocesos más costosos que tenga el proceso electoral por venir. Nada peor que reiniciar el debate sobre reformas electorales una vez concluido el proceso del 6 de julio, y no porque no haya rubros que revisar, sino porque el dramatismo empeñado sugiere que lo que hay que hacer es refundar instituciones, con toda la dilapidación de activos que esto implica. Ojalá la madurez que cotidianamente se reclama a los actores de la contienda, se extienda a entender que lo mejor que nos puede pasar es contar con autoridades confiables y maduras. Hay que serenar los ánimos para ubicar en su justa dimensión los perfeccionamientos por venir. De otra suerte el saldo anunciado es que habrá un radicalmente nuevo IFE antes del 2000.
Eso no sólo sería un desperdicio institucional y humano, sino también la triste constatación de que seguimos siendo incapaces de producir reglas y procedimientos cuya eficacia esté por encima de los resultados electorales.