La Jornada 25 de mayo de 1997

Llama Norberto Rivera a rechazar la ``mentalidad anticonceptiva''

Claudia Herrera Beltrán Ť El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, se unió ayer a las fuertes críticas que el Vaticano ha lanzado en México en los últimos días contra el aborto y el uso de anticonceptivos para controlar la natalidad. El jerarca religioso llamó a unas dos mil personas que apenas cupieron en el salón principal de un hotel capitalino, a seguir el modelo sexual que propone la Iglesia católica y a rechazar la ``mentalidad anticonceptiva''.

Rivera Carrera estuvo acompañado por el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el cardenal Alfonso López Trujillo, quien criticó el aborto. Señaló que el año pasado se practicaron 50 millones de abortos en el mundo y se gastaron 13 mil millones de dólares en el control, por medio de anticonceptivos.

Durante la conferencia Aborto y clonación, ¿qué nos depara el futuro?, que se realizó en el hotel Camino Real, Rivera Carrera leyó un texto en el que analizó los problemas de la clonación, el aborto y la anticoncepción. Cuestionó que la ciencia sea utilizada para reducir a una ``simple técnica'' la vida humana, y que la mentalidad a la que llamó ``anti-vida'' ocasione el aborto y la reducción de la paternidad responsable a un simple control de natalidad por el uso de anticonceptivos artificiales.

Ante un público que en su mayoría estaba integrado por jóvenes seguidores de Pro-Vida y de la Unión Iberoamericana de Asociaciones de Familia y Padres de Alumnos (Uniada), el jerarca religioso defendió las tesis de la Iglesia católica en torno al aborto.

Señaló que la disminución en el número de hijos no garantiza que éstos reciban una mejor educación intelectual, dentro de los valores y en la dimensión espiritual que promueve el culto católico.

Más enérgicos fueron los planteamientos que hizo el representante del Vaticano, Alfonso López Trujillo, quien señaló que el aborto ha provocado la mayor cantidad de muertes que se conozca en la historia, y arremetió contra los países ricos que, según el prelado, imponen a las naciones pobres el control de la natalidad por medio de los anticonceptivos y el aborto.

Calificó a los promotores de la anticoncepción de ser ``una mayoría de egoístas e ignorantes que han resuelto no penalizar el aborto o presentarlo como un derecho de las mujeres''.

El cardenal López Trujillo, quien en días pasados estuvo presente en un congreso que se llevó a cabo en Monterrey, Nuevo León, y en el cual los participantes concluyeron oponerse a las ``políticas antinatalistas'', se manifestó porque el aborto no se practique en México.

``Los contraceptivos son una nueva forma de colonización, pero ideológica, de países que temen que un mundo de pobres tome el liderazgo del mundo'', advirtió el jerarca religioso.

Enseguida se refirió a Africa, como ejemplo de un continente que respeta la vida. Señaló que en esa región incluso se hacen ceremonias para celebrar el nacimiento de un nuevo hijo, y a los padres no les importa que crezca la familia.

Atentos se encontraban los asistentes que pagaron entre 30 y 50 pesos cada uno para estar presentes en este acto donde, además de las palabras de ambos jerarcas religiosos, López Trujillo ofreció el testimonio de un médico estadunidense que supuestamente practicó miles de abortos, y de una joven que estuvo cerca de no nacer porque su madre decidió practicarse un aborto.

Para el representante del Vaticano, la esterilidad representa una vergüenza y ha provocado que muchos seres humanos no puedan asistir al ``banquete'' de la vida.

Preferible dar en adopción a un hijo antes que abortar: Rivera

Sobre el mismo tema, Rivera Carrera dijo que es mejor que una mujer violada conciba a su hijo y lo entregue en adopción, que recurrir al aborto, porque se deja impune al agresor y dañada a la mujer.

Pidió que se respete el derecho que tienen los padres de decidir el número de hijos que quieran tener, de utilizar métodos naturales para controlar el tamaño de su familia y de rechazar la mentalidad anticonceptiva.

Posteriormente ambos jefes religiosos concelebraron en la Basílica de Guadalupe una misa por la sanación de los enfermos, durante la cual López Trujillo reiteró sus tesis contra el aborto, ante casi ocho mil feligreses que llenaron en toda su capacidad el templo católico.