A la zaga en las encuestas, el priísta aparece como retador del perredista
Ricardo Olayo Ť Al menos en el papel, Alfredo del Mazo luce como el retador para el debate de esta noche. Con desventaja en las encuestas y el desprestigio del partido al que representa, hoy acude al encuentro con el principal opositor del gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas.
Del Mazo se desligó del ex presidente Carlos Salinas de Gortari hace dos semanas, durante una reunión que sostuvo con estudiantes en la Universidad Iberoamericana, a pesar de que sirvió a su gobierno como embajador por varios años. En todos los foros Del Mazo ha declarado que su ``rescate político'' se lo debe al presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, que hizo posible su llegada al Infonavit.
Cansado de los cargos por designación, el año pasado, según cuentan algunos de sus colaboradores, definió con una frase su intención de contender por la jefatura del gobierno capitalino: ``No sólo vayamos por las fáciles'', en referencia a la elección, y decidió tomar parte en la contienda.
Resultó el triunfador de un proceso interno cuya singularidad fue que sólo él se reunió con el jerarca Fidel Velázquez. Recientemente, Del Mazo ha recibido también críticas de connotados cetemistas porque su campaña no responde a la expectativa de gobernar el DF.
Preparado
``Alfredo ha logrado la preparación para el debate a lo largo de su vida y no en cuatro días'', afirma su coordinador de campaña, Gerardo Ruiz Esparza, cuando se le pregunta por la asesoría especial que ha recibido Del Mazo.
``El hombre se ha preparado durante muchos años de vida profesional y política: fue director de un banco a los 28 años, funcionario público federal en Hacienda a los 34, y a los 37 años fue gobernador del estado de México, y luego a los 41 secretario de Estado. Ha traído una formación muy intensa que se consolida en una nueva candidatura'', subrayó Ruiz Esparza, quien en el repaso biográfico de Del Mazo omitió el pasaje que ha definido la suerte de su paisano mexiquense: la aspiración a ser presidente de la República en lugar de Carlos Salinas.
En la elección de 1988, el PRI perdió 39 de los 40 distritos electorales en disputa en la ciudad ante el emergente Frente Democrático Nacional (FDN), pero por las fórmulas electorales, gobernó el DF. Hoy, el riesgo de que la oposición gane los comicios es mayor y aunque Del Mazo ha declarado que el peso electoral del debate no es lo fundamental y se ha preparado de manera especial para presentarse con aplomo.
Larga trayectoria
El candidato del PRI es hijo de Alfredo del Mazo Vélez, quien fue gobernador y secretario de Estado, además de cercano colaborador del presidente Adolfo López Mateos.
Del Mazo se crió cercano a López Mateos, y en la mayor parte de sus discursos de campaña lo menciona como un gobernante ejemplar. De su supuesta liga con el Grupo Atlacomulco, él ha negado su pertenencia e incluso ha dicho que no conoce quiénes podrían integrar ese citado grupo. Para su equipo de campaña, una de las principales virtudes es el número de propuestas que ha formulado, entre otras la de seguridad pública y un planteamiento para dar cuerpo a un ambicioso programa de construcción de vivienda.
El abanderado priísta tiene 53 años de edad, es oriundo de Toluca y licenciado en Administración por la Universidad Nacional Autónoma de México. Compite en la primera elección para jefe de gobierno después de intentar varios golpes políticos, como la presentación de su declaración de bienes y de su familia, con la intención de forzar a que Cárdenas hiciera lo mismo; sin embargo, el esfuerzo parece que se diluyó.
Su campaña se ha concentrado en el impacto a los electores con su eslogan ``Gobierno con decisión'' y en la repetición de la frase ``Sí se puede'', cuando se le plantea un problema. Como parte de su estrategia se ha programado la participación de su familia en las actividades para tratar de captar al electorado femenino.