La Jornada 21 de mayo de 1997

Se heredan deudas pero también obras: Espinosa

Elena Gallegos Ť El regente Oscar Espinosa Villarreal salió al paso de los señalamientos que han hecho los candidatos del PRD y del PAN al gobierno de la ciudad en el sentido de que su administración ha adquirido una descomunal deuda, al precisar que por ignorancia o por mala fe se ha difundido que el DDF se heredará con un débito inmanejable; que se ha hipotecado el futuro y que no se darán márgenes de maniobra. ``¡Eso es absolutamente falso!'', refutó.

Sostuvo entonces que su gestión adoptó una política financiera responsable y tomó, con oportunidad, las decisiones que debía tomar. En apoyo a lo señalado por el jefe del DDF, el presidente Ernesto Zedillo dijo que la urgencia y el enorme esfuerzo de inversión con el cual se están abordando los graves problemas de agua, transporte y vialidades, ``están plenamente justificados'', puesto que no es posible posponer soluciones al estar en juego la viabilidad del Valle de México.

Empréstitos para concluir tres programas de agua

En un acto que encabezó el mandatario y en el que el director de Conagua, Guillermo Guerrero Villalobos, anunció que con una inversión de 765 millones de dólares --provenientes de empréstitos del BID y del Fondo de Cooperación Económica de Ultramar de Japón-- se terminarán tres programas para garantizar el abasto de agua y su posterior tratamiento, Espinosa Villarreal dijo en alusión a las críticas que se le han hecho:

``Al hablar de deuda no se precisa que 85 centavos de cada peso corresponden a la construcción de proyectos hidráulicos y de la línea B del Metro que unirá Ciudad Azteca con Ecatepec y que transportará diariamente a 400 mil pasajeros. No se ha dicho tampoco lo que para las finanzas del gobierno de la ciudad significa el pago de capital más intereses del endeudamiento. Esto es, 8 centavos de cada peso del presupuesto que ejerce''.

Convino en que en este ambiente de informaciones dolosas o ignorantes, ``corresponde al gobierno, en ejercicio de su responsabilidad, a hacer las precisiones correspondientes'', y dijo: ``Se heredan créditos, pero fundamentalmente se heredan las grandes obras para facilitar la convivencia saludable de las futuras generaciones y se hereda una política financiera responsable para hacer frente a los compromisos. Por cierto, esas obras no las inaugurará la presente administración''.

La intervención del regente no estaba considerada en la agenda del recorrido que el Presidente hizo para supervisar las obras de tratamiento de residuos sólidos --la metrópoli arroja 11 mil 500 toneladas diariamente--, entubamiento del Gran Canal y construcción de la línea B.

Como remate a su respuesta el funcionario señaló: ``No se razona sobre el hecho de que los gobiernos tenemos dos alternativas para hacer estas grandes inversiones: esperar a ahorrar 20 o 35 años y entonces construirlas cuando ya nos ahoguen las aguas negras o nos desquicie el caos vial, o endeudarnos responsablemente para construir ahora y pagar en los próximos años con las obras en operación''.

Después de las palabras de regente y de las intervenciones de los gobernadores de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, quien volvió a mostrar su preocupación por los habitantes del Valle del Mezquital, quienes reciben las aguas negras de la ciudad, y del estado de México, César Camacho Quiroz, el presidente Zedillo insistió en hacer explícita su convicción de que sólo a través de acciones responsables de gobierno, que no vean únicamente por el interés de corto plazo, sino que vean por los mexicanos del mañana; es como se construirá un México mejor.

A lo largo de su discurso, Zedillo destacó especialmente las obras que se realizan para el tratamiento de aguas residuales. Dijo que en cuatro años se tendrá capacidad para reciclar el 100 por ciento de éstas, lo que constituirá un esfuezo sin precedentes en el mundo, ya que en la actualidad solamente se trata el 10 por ciento.

En el recorrido estuvo el alcalde perredista Valentín González Bautista, y como Zedillo le va al Necaxa y serán los Toros de Neza los que lo enfrenten, le comentó: ``Aquí va a ser el juego, ¿verdad?, y van contra mí Necaxa''. ``Sí'', le contestó Valentín. ``¿Trae feria? ¿Cuánto le ponemos'', jugó el Presidente.

A continuación, el discurso pronunciado por el regente Oscar Espinosa Villarreal:

Asistimos a un acto de enorme trascendencia para los habitantes del Valle de México: se trata de presentar los proyectos que permitirán garantizar por muchos años más la viabilidad hidráulica de un Valle que ya hoy es habitado por más de 17 millones de personas.

Como hemos podido apreciar por lo expuesto hace unos momentos por el ingeniero Guillermo Guerrero Villalobos, se presentan tres ambiciosos programas para garantizar plenamente el abasto oportuno y suficiente de agua potable, el adecuado desalojo de ésta una vez usada y de las aguas pluviales, así como su reintegración a la cuenca en condiciones que propicien su saneamiento.

El primero de estos tres programas se refiere, como se ha mencionado, a las obras que completarán el sistema actual de drenaje del Valle de México, garantizando así la evacuación de las aguas residuales y pluviales, limitando sustantivamente la posibilidad de grandes inundaciones catastróficas en varias zonas de la ciudad de México, inundaciones que de no hacerse las obras, veríamos en un lapso de tres o cuatro años más, ya que el acelerado crecimiento de la mancha urbana ha implicado un mayor y más rápido escurrimiento de las aguas pluviales, a lo que se suma también el hundimiento de la ciudad provocado principalmente por la sobreexplotación del acuífero. Estas dos circunstancias han hecho que los conductos actuales para el desalojo del agua utilizada en el Valle resulten ya insuficientes.

Este primer programa es de la mayor prioridad y requiere, como se comentó, de inversiones cercanas a los 4 mil millones de pesos financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo.

El segundo programa se refiere a la construcción de las más grandes plantas de tratamiento de agua que se hayan construido en un solo esfuerzo en la historia del mundo, para poder garantizar así el tratamiento de la totalidad de las aguas residuales que se generan en el Valle de México, con lo que, además de cumplir con lo dispuesto por la Ley de Aguas Nacionales, se podran utilizar las aguas excedentes en el riego de alta productividad en el estado de México y en el estado de Hidalgo. Este proyecto contará también con apoyo financiero, de recursos provenientes del Japón y de recursos fiscales.

Estamos hablando de acciones diseñadas de cara a los retos por venir, pensando no sólo en las actuales generaciones de este espacio singular, sino con la mirada puesta principalmente en varias de las futuras.

El tercer programa se relaciona con la cuarta etapa del Sistema Cutzamala y nos permitirá conducir al Valle 5 mil litros por segundo adicionales, con lo que se reducirá la explotación del acuífero, frenando sensiblemente la velocidad del hundimiento del suelo capitalino.

Este proyecto, aunado a la terminación del acueducto perimetral del Distrito Federal y a la del macrocircuito del estado de México, harán posible una distribución más equitativa y eficiente del agua potable entre toda la población. Ya no más carencias o mala calidad en el vital líquido para cientos de miles de familias de la Zona Metropolitana.

Vale la pena pensar en lo que representa para la salud de nuestros hijos y de su entorno ecológico que pasemos, al final de la administración del presidente Zedillo, a tratar la totalidad del agua que utilizamos, en vez de hacerlo sólo con uno de cada diez litros, como lo hacemos ahora.

En forma complementaria y con el mismo objetivo de lograr el balance hidrólogico del acuífero del Valle, se emprenderan acciones decisivas orientadas a disminuir el volumen de pérdidas en las redes de distribución y en las tomas de agua potable.

También con este propósito se ampliará el Padrón de Contribuyentes, teniendo en la mira alcanzar un pago justo del servicio, en relación directa con el volumen consumido, por lo que será preciso también tabajar en campañas de difusión, que desarrollen conciencia en los consumidores para que hagamos un uso más racional de este valioso recurso.

Para llegar a este momento fue preciso elaborar grandes proyectos a nivel metropolitano, siempre en estrecha coordinación con la Comisión Nacional del Agua, con los gobiernos de los estados de México y de Hidalgo, así como con nuestras autoridades hacendarias.

Con esta mística, el Departamento del Distrito Federal participó en la construcción de estos tres magnos programas, cuyas acciones hoy se ponen en marcha.

Este esfuerzo interinstitucional deja testimonio del Nuevo Federalismo que usted, señor Presidente, ha impulsado decididamente y que los involucrados en la problemática metropolitana hemos tratado de interpretar con fidelidad.

Estas grandes obras de dranaje --lo decía yo-- nos permitirán garantizar la viabilidad hidráulica que la población metropolitana demanda y merece para poder tener un futuro cierto en este Valle de México.

Ahora bien, hablar de estas obras tan importantes, tan necesarias y tan urgentes para la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y del estado de México, obliga, desde luego, a hablar también de su financiamiento, especialmente cuando por ignorancia o por mala fe se ha pretendido desorientar a la opinión pública. Efectivamente, se ha difundido que el gobierno de la ciudad heredará una deuda inmanejable; se ha dicho que se ha hipotecado el futuro sin márgenes de maniobra para futuras generaciones. Esos y otros señalamientos son absolutamente falsos.

En primer lugar, al hablar de la deuda no se ha precisado que 85 centavos de cada peso de deuda corresponderán a la construcción de estos proyectos, y de toda la Línea ``B'' --la línea metropolitana que unirá a Ciudad Azteca en Ecatepec con Buenavista, para transportar a 400 mil pasajeros todos los días-- y en estos proyectos, los del agua, ambos fundamentales para que esta ciudad funcione.

Pensemos nada más por un momento en lo que significarían las inundaciones --por cierto, cuyos primeros signos ya vimos hace un año muy cerca de aquí-- si no se construyeran las nuevas obras del drenaje para esta ciudad.

Imaginemos lo que significaría que sigamos enviando a la cuenca, al Valle, nueve de cada 10 litros, exactamente de la forma en la que éstos salen del drenaje de nuestras casas.

Consideremos lo que sucedería con casi 500 mil personas que diariamente tendrán que transportarse de Ecatepec al centro de la ciudad y al resto, al quedar integrados a la red del Metro, si no tuvieran este valioso sistema para su transporte.

Nada de esto se comenta, desde luego, cuando se habla del crédito contratado para construir estas obras.

En segundo lugar, tampoco se razona sobre el hecho de que los gobiernos tenemos sólo dos alternativas para hacer estas grandes inversiones: esperar a ahorrar 20 o 25 años y entonces construirlas, cuando ya nos ahoguen las aguas negras o nos desquicie el caos vial, o bien endeudarnos responsablemente para construir ahora y pagar en los próximos años con las obras en operación.

En tercer término, tampoco se menciona lo que para las finanzas del gobierno significa contratar y hacer frente a esa deuda. No se dice nunca, tampoco, que el pago de capital más intereses de ese endeudamiento representa tan sólo menos de 8 centavos de cada peso del presupuesto de ingresos de la ciudad, cifra, por cierto, muy por debajo del promedio de las finanzas de cualquier estado de la República.

Y, desde luego, en cuarto lugar, tampoco se dice que el gobierno ha tomado las decisiones responsables, muy lejanas del populismo para que sean precisamente los ingresos de estos proyectos ya en operación, la base fundamental para cubrir los créditos que hoy se contratan.

En este ambiente de informaciones dolosas o ignorantes, en el mejor de los casos, corresponde al gobierno, en ejercicio de la responsabilidad a que está obligado, a hacer las precisiones correspondientes.

Se heredan créditos, sí, pero fundamentalmente se heredan las grandes obras que, por cierto, no inaugurará la actual administración del Distrito Federal, para facilitar la convivencia saludable de las futuras generaciones, y se hereda también una política financiera responsable para hacer frente a los compromisos futuros. Así nos lo ha instruido usted, señor Presidente, así lo estamos tratando de cumplir.

Muchas gracias