Inventa Cuba sobre la marcha antídotos contra la crisis: Alarcón
Stella Calloni, enviada /III, La Habana, 19 de mayo Ť Caminando por estas calles hemos observado cierta distensión, y también la fatiga lógica de los esfuerzos de sobrevivencia. Menos cortes de luz, la incidencia de los llamados mercados campesinos, similares a un tianguis mexicano, con características caribeñas, que si bien son aún caros para la población en general, posibilitan un cambio en la vida cotidiana, un respiro.
Un bloqueo de 35 años es sólo similar a un largo bombardeo. Contrariamente a lo que se puede escuchar en la disidencia cubana, el debate interno pone al bloqueo por una parte, y por la otra se analizan las propias deficiencias o errores. En la realidad, sin embargo, muy pocos países pequeños podrían resistir un sitio casi medieval. Y menos aún una isla sobre- viviendo al borde de su declarado enemigo: la mayor potencia mundial.
Reconociendo las dificultades que hacen imposible tratar de comparar esta situación con los mejores momentos de la revolución, y admitiendo que sólo queda la posibilidad de compararlos con los años más duros, hace sólo dos o tres años, Ricardo Alarcón señala algunos de los nuevos elementos a analizar. ``En primer lugar sucedió que se expandieron las capas de la población que tienen acceso a todo, en segundo lugar hubo un reacomodo en la relación de las dos monedas. Se han ido extendiendo algunos beneficios a sectores de la economía como los azucareros, los trabajadores del níquel, de la pesca. Vamos observando cómo funciona todo en la práctica, que es una práctica de sobrevivencia. Y sobre la marcha, estamos inventando los antídotos. Es el socialismo posible.
``No nos engañamos, entendemos los cansancios, la acumulación de problemas que con el tiempo van erosionando a todos, es un lado negativo de este momento. Pero es cierto que lo positivo es el proceso de adaptación que sucede en todas las poblaciones, y la comparación con momentos mucho más graves donde se desorganizó la vida. Esa tragedia del principio donde todo pareció caer alrededor, eso está cambiando. La gente palpa ciertas mejorías, se ven reactivaciones, comparativamente hacia estos últimos años''. Esta es también la percepción de buena parte de los diplomáticos extranjeros.
Sin embargo, Alarcón es muy cuidadoso en crear ``ilusiones desmedidas''. Reconoce que la situación es difícil y compleja, y que dadas las circunstancias no se puede predecir aún el tiempo que perdurará, pero recuerda hace unos pocos años atrás, cuando se produjo aquel huracán con la desaparición de la Unión Soviética. Había un elemento que hoy tiende a desaparecer. ``Muy pocos apostaban a que Cuba podía resistir. Se sintió como un terremoto en toda la izquierda, desaparecieron partidos, se disolvieron países. Sólo basta con imaginar lo que esto significaba para Cuba, para la idea de un trabajador, un hombre humilde, cuando se caen todas aquellas premisas en las que había confiado su futuro, su esperanza de una vida más justa. No quiero decir que todo era más fácil para nosotros, pero había un nivel de estabilidad, de confianza.
``Estaba la Unión Soviética, los estados socialistas aliados, y de pronto desaparece todo, y si a eso agregamos que la estrategia de Estados Unidos fue apretar hasta la asfixia hubo un momento --diría yo no explícito-- que uno captaba de desesperanza, o la espera del final... Es muy importante desde el punto de vista sicológico y moral, que esos sectores han ido comprendiendo que era posible resistir. La propuesta que teníamos era difícil: tratar de sobrevivir, de seguir siendo lo que somos en un mundo totalmente distinto. Parecía un despropósito. El tiempo ha demostrado que no lo era. En un principio se repitió un poco aquellos primeros años de la Revolución. Hubo que buscar mercados y rápidamente, nuevos socios, a pesar de las prohibiciones. Se logró mucho en poco tiempo''.
Alarcón no duda de que al ver que Cuba encontraba caminos para resistir, los sectores más duros de Estados Unidos consideraron que debían aumentar la presión y la asfixia.
``Así fueron apareciendo las leyes Torricelli y otras medidas hasta llegar a la Helms-Burton. Pensaron que si no lograban cortar los crecientes vínculos comerciales de Cuba la revolución se salvaba. Inventan esta cosa diabólica para regresar al colonialismo. Hay que leerla párrafo por párrafo y se hace casi increíble en estos tiempos. Y este tiempo que hemos ganado con tanto sacrificio, tan dolorosamente, también se empata ahora con la decepción de muchos pueblos del mundo ante la nueva realidad casi impensable que están viviendo, desempleo, pobreza, retrocesos. Y entonces sólo queda la verdad, y no los espejismos''
Visión superficial de la revolución
Preguntamos cuáles son los peligros de esta marcha forzada de sobrevivencia de una revolución en estas condiciones, y también sobre otro entorno que se desmoronó, y que es el de algunos sectores de izquierda que abandonaron su apuesta en favor de la sobrevivencia de Cuba.
``Creo --dice Alarcón-- que muchos de esos sectores tenían una visión muy superficial de la revolución cubana, un estereotipo. Cuba-Unión Soviética. Si esta caía, Cuba debía seguir ese rumbo. Meca- nismos mentales de una dependencia que llevaba a desconocer factores raigales de nuestra revolución que también muchos de nosotros habíamos perdido . Y esto explica la sobrevivencia''
Pero también es inevitable comparar con los mejores tiempos de la revolución. Los actuales ``snobismos, fenómenos que son chocantes y dolorosos, el llamado jineterismo, que es un remedo, aunque lejano, de la prostitución rampante que encontramos al comenzar la revolución. Es un factor grave si comparamos ésto con lo de hace diez años, pero en términos de fenómenos, es de bastante poca envergadura, aunque muy doloroso, y esto es aún manejable. Está muy claro que no son sistemáticos, no están asociados al sistema como tal. Son coyunturales. Pero duelen, lastiman.
``Y también hay que decir que el nivel de insatisfacción o crítica que hay entre los cubanos no es, como algunos pretenden afuera, una línea entre los que están con la revolución y los que están en contra. Hubo muchas reacciones de gente que no entendía las medidas del capitalismo que hubo que aplicar, e incluso hoy no las asimilan, y por ejemplo, dicen que el turismo como lógica trae la prostitución y la corrupción y otros fenómenos de este tipo. Esto produjo debates, aportes que ayudaron a entender lo que nos está sucediendo, que el socialismo que tenemos hoy es el socialismo posible, el que se puede tener en esta situación.
``Y entonces se comprende también que vale la pena salvarlo, y que la estrategia para salvarlo y enriquecerlo y mejorarlo es la posible también, con todos y sus dolores. Y esto lleva a comprender que esta es la base para luchar contra esos elementos negativos que estamos viendo. Por ejemplo, al principio no se entendía la reorganización tributaria y eso llevó mucho tiempo de reuniones, y debates. Por generaciones, el cubano asoció ingreso con salario, pero ahora demostramos la necesidad de impuestos sobre todo en aquellos ingresos que no provienen de salarios, como los de quienes alquilan casas o cuartos. Ahora se entiende. Y es lógico que se necesitara tiempo para comprender''.
Alarcón estima que ha sido `` la desmesura que se advierte en leyes como la Helms-Burton, la que creó esta reacción de autodefensa''.
Menciona uno de los tantos casos que ponen en guardia a la población. Hay una familia de hacendados, los Castaño Gutiérrez, que reclaman desde la ciénaga de Zapata hasta el centro del Escambray, desde la ciudad de Cienfuegos hasta la ciudad de Santa Clara.
``Les han preguntado qué harían con los miles que viven allí que han hecho su vida en 35 años, Y dicen que eso es muy sencillo que esa gente salde la deuda (de 35 años) que tiene con ellos y luego paguen alquiler. Eso lo dicen ellos, no nosotros, y ha sido esa desmesura, esa alienación o soberbia, la ambición sin límites en el discurso de esta gente de Miami, lo que muestra el futuro que nos puede esperar, y determina esta cohesión nacional más allá de la misma revolución pese a las dificultades''.