La Jornada 17 de mayo de 1997

Rechaza Mayor la injerencia del poder en los contenidos de medios masivos

Adriana Malvido y Andrés Ruiz, enviados, Puebla, Pue., 16 de mayo Ť Con un discurso a un tiempo esperanzador y realista, Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO, abrió hoy el Primer Encuentro de Editores y Directores de Periódicos de América Latina para una Cultura de Paz. Ante el gobernador de Puebla, Manuel Bartlett, hizo una apología de la libertad de expresión y de la libre circulación de las ideas en un mundo cruzado en este fin de siglo por la multiplicidad y diversidad de culturas, el avance vertiginoso de las nuevas tecnologías y los retos que éstas representan. Hizo profesión de un humanismo sin fronteras como único medio para preservar la vida.

Ante 54 directores y editores de medios latinoamericanos, planteó retos que, dijo, la imaginación con su fuerza creadora es capaz de enfrentar. ``¿Es posible todavía enderezar estos caminos tan torcidos que, en muchos aspectos nos plantean hoy, en este fin de siglo, desafíos extraordinarios?

``¿Es posible todavía que seamos capaces de realizar esta transformación social de hondo calado; de tomar estas medidas perentorias en relación con las disparidades sociales y con la desigualdad en la distribución de la riqueza?

``¿Es posible todavía que tengamos el coraje de adoptar las medidas que permitan que podamos entregar a nuestros hijos y a sus hijos, mirándoles a los ojos, un entorno no sólo natural sino cultural y ético?

``Reuniendo estas condiciones naturales, genéticas y culturales que hemos recibido, ¿es posible esta transformación?''.

``Esta es la pregunta que nos planteamos todos los días en el ejercicio de nuestra profesión, en esta construcción de paz, en esta gran transición, desde la razón de la fuerza a la fuerza de la razón, de la imposición de la opresión al diálogo, a la tolerancia, a la convivencia pacífica.

``No a la docilidad, al contrario, al mantenimiento de la rebelión, no violenta.

``¿Seremos capaces de realizar estas transformaciones, antes de que los que todavía esperan, ya dejen de hacerlo?''

Con estas interrogantes, Federico Mayor inauguró en esta ciudad el Primer Encuentro de Editores y Directores de Periódicos de América Latina para una Cultura de Paz.

Libre circulación de las ideas

Asimismo exhortó a los periodistas a revertir la tendencia en relación con la calidad de vida y a las disparidades ``absolutamente inadmisibles'' en la distribución de los bienes incluido el conocimiento porque, afirmó, los medios de comunicación por su capacidad para permear el tejido social y llegar a sus fibras más íntimas, pueden realizar esta tarea de persuasión mediante la palabra y colaborar en la labor de transformación profunda que hoy, dijo, es absolutamente indispensable.

Mayor destacó la labor educativa de los medios y su capacidad para lograr una democracia fuerte en la medida en que conciten la participación de todos los ciudadanos para hacerlos conscientes de su fuerza porque, se preguntó, ¿hasta qué punto es importante la comunicación para provocar una movilización general y una educación para todos y no para unos cuantos? Y esto, agregó, ``no se consigue más que por medio de la libre circulación de las ideas, por la palabra y la imagen''.

Afirmó que han tenido que transcurrir mas de 30 años, tres inciativas y tres estrategias para el desarrollo, para que se lograra finalmente en 1989 que por primer vez en los documentos de Naciones Unidas, se enfatizara en los elementos sociales del desarrollo. Y no fue sino hasta hace dos años cuando por fin se logró que la Asamblea General de la ONU señalara que la comunicación es un factor esencial para el desarrollo. Sin embargo, aún no figura la palabra cultura. ``Esperamos que figure en la declaración de fin de siglo''.

A lo largo de toda su intervención, Mayor destacó la importancia de la diversidad y multiplicidad creativa en la vida cotidiana que es la expresión suprema de la cultura. Y añadió que todo ser humano se comporta cada día en virtud de sus creencias heredadas, de sus hábitos y tradiciones; de lo que ha leído, pensado; de lo que recuerda, de lo que olvida, de lo que anhela, quiere y odia; en virtud de lo que sueña. Y por eso el recelo que sienten por la cultura las instancias del poder.

Llamó a los periodistas ``maestros sin aulas'' porque más que ejercer una profesión ejercen una misión no sólo para describir los acontecimientos sino para proponer soluciones, explicaciones y dotarnos a todos de elementos de pensamiento para la toma de decisiones que hoy es más importante que nunca. Hoy, que cada vez contamos, dijo, con menos certezas, con más interrogantes y esto que para algunos es negativo, es enormemente positivo para la libertad individual porque, aseveró, ``la soberanía personal depende, precisamente, de que vivimos en este filo exacto de las luces y de las sombras''.

Aunque señaló que el siglo que termina se ha beneficiado de un progreso científico extraordinario, ha sido paradójicamente ``un siglo de muerte y no de vida'' por los millones de personas que han muerto ``por causas que merecían ser vividas''.

La humanidad necesita de medios de comunicación capaces de ``extraer los intangibles para ponerlos como acción de gobierno, como acción de ciudadanía''. Citó a continuación una frase del profesor Lot, Premio Nobel de la Paz, quien dijo: ``Sólo quienes sean capaces de ver los invisibles, serán capaces de hacer los imposibles''.

Las nuevas tecnologías de la comunicación han multiplicado el poder de la prensa y son uno de los vectores de cambio socioeconómico decisivos para el siglo XXI. Las ``autopistas de la información'', aseguró, ofrecen posibilidades inéditas para el progreso del conocimiento y el avance de la cooperación intelectual, al tiempo que generan temor por la tendencia a la homogenización cultural porque puede implicar una serie de aspectos relativos a los contenidos y desplazar el vehículo de las culturas que es la lengua. Lo cual sería terrible porque ``tenemos que valernos de estos mecanismos para comunicarnos mejor y expresarnos en todas las lenguas y todos los pensamientos''.

Habló de las diferentes caras de las nuevas tecnologías digitales. Por un lado, su potencial de educación para la paz y la tolerancia y por otro, el convertirse en vehículo de mensajes de odio y exclusión, lo cual no depende de la índole misma de los aparatos, sino de los principios y valores de quienes los emplean.

Comunicar y educar sin exclusiones

Hizo hincapié en la necesidad de una comunicación y una educación para todos y no para unos cuantos, porque sin ellas, que permiten a los seres humanos el derecho a buscar la verdad y a exponerla, la libertad es pura retórica.

A pregunta expresa sobre la campaña en México para normar los contenidos en los medios de comunicación, sobre todo en lo referente a la violencia, el director de la UNESCO afirmó: ``Ninguna instancia de poder debe tener injerencia alguna en lo que corresponde a los periodistas y a los medios de comunicación. Ellos mismos son quienes deben establecer sus pautas deontológicas y sus códigos de conducta''.

La prensa es reflejo de la sociedad y no habrá información independiente y libre, ni democracia real sin lectores sagaces que decidan a partir de sus principios y valores, elegir los canales de información que mejor les parezca.

Destacó que la multiplicidad de puntos de vista es fundamental para asegurar la capacidad de construir el porvenir. Sin embargo, dijo, esa fuente de creatividad está hoy amenazada por la uniformidad que genera el vertiginoso desarrollo tecnológico de los dos últimos siglos. ``Este fenómeno muestra el haz y el envez de una civilización cada vez más brillante en lo accesorio y cada vez más pobre en lo esencial''.

Los seres humanos, añadió, afrontamos una gama de problemas fundamentales para la superivencia, no sólo de la civilización sino de la vida misma. Y enlistó cuestiones que difícilmente podrían reducirse a lo mercantil, como la guerra y la paz; los conflictos derivados del ejercicio de derechos legítimos por contrapuestos; los problemas éticos que plantea la aplicación --al ser humano-- de las nuevas tecnologías, la protección del medio ambiente y la diversidad biológica; la tensión entre las culturas tradicionales y las feurzas de la modernidad; el consumo de drogas o el trafico de armamentos. Resulta descabellado pensar que las fuerzas delmercado puedan ofrecer respuestas a estos interrogantes. Las respuestas están no solo en el desarrollo y político sino que la paz y la justicia duraderas que anhelamos pasan por la solidaridad intelectual y moral porque, agregó, no puede haber edsarrollo económico sin ciudadanos con destrezas y habilidades, con conocimientos y capacidad para transformar la ciencia básica en ciencia aplicada y todo esto necesita de la difusión, transferencia, del conocimiento que son dimensiones distintas de la extrictamente económica. Y citó refiriendose al pasado lo poco que ha quedado de los fenicios dedicados fundamentalmente al comercio y lo mucho que nos han legado los griegos porque , señaló, se ocuparon ed las esencias y no solo ed las transacciones comerciales.

Habló de que en nuestra sociedad crece el número de los saciados y los indiferentes precisamente cuando más perentoria resulta la exigencia de participación y solidaridad para enfrentar las tendencias negativas que nos amenazan. Una de ellas, apuntó, quizá la más visible, por su caracter público y cotidiano, es la concentración de los medios de comunicación en unas cuantas entidades comerciales.

``Sometida a consideraciones extrictamente mercantiles, esta prensa core el riesgo de convertirse en vehículo del `pensmaiento débil' -ese que se niega a plantearse seriamente los interrogantes fundamentales de nuestra vida y nuestro tiempo, que nunca es radical porque prefiere andarse por las ramas, y que es, en última instancia, precursora del `pensamiento único'''.

Mayor comentó que si antes le precupaba el silencio de los acallados, ahora le alarma más el silencio de quienes callan sin estar amordazaddos porque pudiendo expreare prefieren callar ante lo que ocurre. Y lo que ocurre es que se invierte en armamentos y dispositivos de destrucción, los recursos que deberían destinarse a la paz, la educación, la asistencia médica y el desarrollo de infraestructura enlos países más pobres; que se infringe el decoro y los derechos humanos cuando se aplican medidas que amenazan nuestro futuro común.

Según dijo son 900 mil millones de dolares los que se invirtieorn en armamento solo el año pasado. En ese sentido agregó qu een tan solo una década, por no dedicar recursos a la prevención de los conflictos, las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU han pasado de 10 mil a 85 mil soldados, y el costo de las operaciones se ha multiplicado por 10. De haber actuado a tiempo, atacando la violencia en sus raicez -la miseria, la marginación, la ignorancia, la injustica- quizá no hubieramos tenido que lamentar el despilfarro de vidas y hum,anas y de recursos materiales que estas guerras han provocado.

Durante su conferencia magistral Mayor expresó sus esperanzas: que se aprube en la próxima conferencia general una declaración sobre el genoma humano comoel derecho exclusivo e individual de cad persona y a que nadie tiene derecho a su modificación, el genoma humani. dijo, debe ser considerado patrimonio de la humanidad. La otra es la proclamación sobre la protección de las generaciones venideras que, aseguró, será la mejor manera de garantizar el legado de conservación del medio ambiente, de la sociedad y de la ética.

Irreversibilidad, globalidad y complejidad son las tres grandes dimensiones que debemos tener permanentemente en cuenta para adoptar medidas a tiempo y para saber que hay una interacción a escala internacional que hace que el mundo sea hoy uno o ninguno.