Tecamacharco, 16 de mayo de 1997
Al subcomandante insurgente Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, Montañas del Sureste Mexicano, Chiapas.
Estimado subcomandante: Unos diez años antes de la caída de México-Tenochtitlán, hacia 1511 más o menos, el rey Moctezuma Xocoyotzin, ``el joven'' (hijo de Moctezuma Ilhuicamina), sufrió una serie de alucinaciones que, en palabras de Nezahualpilli (hijo de Nezahualcóyotl), lo instaron a creer que se avecinaban ``grandes calamidades y desventuras'' en todas las tierras y señoríos dominados por la coalición político-militar del valle del Anáhuac.
Obsesionado por las profecías que auguraban el retorno de Quetzalcóatl, Moctezuma II vio, en repetidas veces, una lumbre que nacía en el oriente y viajaba por el cielo hasta esfumarse en el cenit; así como un cometa que al cruzar por el espacio se dividía en tres partes; así como un pájaro cenizo que en la cabeza llevaba un espejo, en el cual se reflejaban miles de personas que venían corriendo; así como una mujer de blanco que gritaba: ``¡Ay, hijos míos, ya llega nuestra partida!, ¿a dónde los llevaré?'' Pero, además de aterrarse con estas imágenes insoportables que lo asaltaban durante la vigilia, y de soñar por las noches con el templo de Huitzilopoxtli devorado por las llamas, con el templo de Xiuhtecuhtli (``el dios viejo'') destruido por un rayo, y con un cántaro de agua que se colmaba de burbujas, el atormentado Moctezuma II se levantaba al día siguiente para padecer, de nuevo, las frecuentes apariciones de un hombre bicéfalo que se desvanecía en el aire cuando los soldados del monarca, contagiados por el espanto, le cerraban el paso y decían que estaban a punto de atraparlo.
Tomando estos ocho presagios de Moctezuma II como punto de partida, la joven historiadora Elisa Lipkau y su madre, la coreógrafa Graciela Henríquez, crearon un espectáculo terrible y maravilloso, suma de excesos llevada al extremo de sus límites, que las noches del viernes, el sábado y el domingo del pasado fin de semana ocupó las ruinas del Templo Mayor, la calle de Licenciado Verdad, las capillas y el patio del ex convento de Santa Teresa, las azo-teas de los edificios vecinos y las siluetas de la Catedral Metropolitana y del Palacio Nacional, para reconstruir en tres tiempos simultáneos las pesadillas del penúltimo emperador azteca.
Bajo la dirección colegiada de Lipkau y Henríquez, gracias al esfuerzo de 40 tramoyistas cibernéticos (usted sabe, expertos en consolas de música, video, fotografía y luces), con la participación especial de las y los alumnos del tercer año de la Escuela Nacional de Danza Folklórica y grandes figuras de la danza contemporánea en México -hablo del maestro Luis Zermeño (Hernán Cortés), de Silvia Unzueta (doña Marina), de Rodrigo Angoitia (Moctezuma Atemporal), de Serafín Aponte (Moctezuma II), de Víctor Reyes (El pájaro cenizo), de José Paradisi (Pedro de Alvarado), de Sandra Ponce (La mujer de blanco), de Alejandro Ruiz (Quetzalcóatl), y de los extraordinarios músicos y bailarines concheros del grupo Nok Niuk-, el delirio autodenominado Presagios incluyó la actuación virtual de usted, subcomandante, y de las tropas y bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación, que fueron proyectadas, en ciertos momentos, sobre la megapantalla de video en que se convirtió la fachada del museo del Templo Mayor.
Así, por segunda vez desde el 12 de octubre del año pasado, cuando la comandante Ramona llegó al Zócalo al frente del Congreso Nacional Indígena, el EZLN volvió a romper el cerco para regresar, invicto, al corazón más antiguo de la ciudad de México-Tenochtitlán (aunque éste, subcomandante, no era ni mucho menos el objetivo de Presagios: una obra del arte, pensada desde el arte y desde la historia, que me ha movido a tratar de comunicarle las siguientes reflexiones).
Pocas semanas antes del estreno de Presagios, el grupo de rock mexicano Café Tacuba se desplazó tocando y cantando por varios países de América Latina -Venezuela y Bolivia, entre otros-, y durante sus exitosos conciertos, ante públicos formados por miles de jóvenes, los músicos hablaron acerca del EZLN, del ``mandar obedeciendo'', del ``para todos, todo, para nosotros nada'', y contaron su reciente visita a la selva Lacandona y relataron, incluso, un encuentro privado que sostuvieron con usted.
Pocas semanas antes de la gira de Café Tacuba por el borde superior del Cono Sur, en Buenos Aires, diversos autores y grupos de rock de México y de Argentina lanzaron un disco (en este caso compacto, o sea, de reproducción óptica, no sé si me explico) para apoyar la lucha de los indígenas rebeldes del EZLN y reunir fondos para las comunidades insurgentes. Pocas semanas antes de la aparición de este disco en el mercado argentino (que pronto saldrá a la venta en Francia, merced al patrocinio de la fundación France Liberté, de Danielle Mitterrand), cientos de jóvenes europeos de reunieron en Praga y acordaron juntar un millón de dólares para construir cinco Aguascalientes en cinco puntos de la península ibérica y efectuar, en julio, el segundo Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo.
Y ahora, al final de esta cadena de ``pocas semanas antes'' del estreno de Presagios, el ayuntamiento de Venecia da a conocer que el Festival Internacional de los Pueblos, que se celebra cada año en el Xochimilco italiano, estará dedicado, en su versión 1997, a Chiapas.
Paso a reflexionar (aprovechando el ostracismo del tonto del pueblo que, preso en la Cárcel Pública de Tecamacharco, se ha hundido en profunda depresión, porque era él, y no yo, quien había sido escogido originalmente por la maestra Graciela Henríquez para representar a la Iglesia como el fraile mendicante de Presagios).
Usted recordará que, en mayo de 1994, la Organización de Naciones Unidas avisó que México estaba en peligro de ``desintegración violenta''. Hoy, tres años más tarde, pese al malestar de tantas voces oficiales que rechazaron el diagnóstico, amplias regiones del país se encuentran militarizadas, y mientras los escándalos de la nueva casta dirigente invaden los espacios noticiosos de la prensa y la televisión, las grandes ciudades son víctimas del terror que imparten el hambre, la policía y la delincuencia.
Quiero decir con esto que, en 1994, nadie tomó en serio la advertencia de la ONU y el proceso de devastación continúa impetuosamente hacia el caos. En febrero del año pasado, el ``gobierno'' de Ernesto Zedillo firmó los Acuerdos de San Andrés, que responden al convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Diez meses más tarde, y sin el menor empacho, el ``gobierno'' desconoció los acuerdos porque si no respeta ya a la ONU, le importa un rábano aún más pequeño lo que prescriba la OIT.
Vienen tales datos a colación porque anteayer, jueves, Día del Maestro, la UNESCO informó que México es todavía parte del grupo de los nueve ``colosos del analfabetismo''. Sin embargo, Zedillo dijo que la educación es ``el mejor destino del dinero'', y mientras, miles de profesores que llevan años y años demandando aumento de sueldo del cien por ciento, y libros gratuitos para los estudiantes de secundaria, eran salvajemente apaleados por los granaderos, tal como días antes habían sido apaleados quienes protestaban, con toda razón, contra la visita de Clinton.
Después del terremoto de 1985, desde los años finales del sexenio de Miguel de la Madrid -cuando Alfredo del Mazo aspiraba a consumar el desmantelamiento del país, que a la postre le tocó llevar a cabo a Salinas-, los mexicanos hemos sufrido las progresivas consecuencias del proceso de ``reducción'' del Estado, hasta vernos con el agua al cuello en la situación de hoy. Todos los ruegos, todas las luchas, todas las protestas pacíficas o violentas han sido insuficientes para obligar a las ``autoridades'' a imponer la justicia y resguardar la libertad
Lo sobrecogedor del tema es que este desastre inocultable, que sigue pareciéndonos único y exclusivo de este país, en realidad es el mismo que viven tantos pueblos de Europa que comparten la absurda esperanza de los zapatistas, y tantos pueblos de América, de Africa y de Asia que si acaso han oído hablar del EZLN son incapaces de traducir sus siglas
¿Cuál es la característica común? Que en todas partes, igual que en México, los gobiernos se han transformado en ``gobiernos'', y la suma de fuerzas políticas y morales que se expresaban en la máxima autoridad de la ONU, hoy están vacías de contenido. El papel que antaño jugaba la ONU hoy lo desempeñan el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, porque si en cada país la fuerza del Estado ha sido sustituida por la fuerza del Mercado, a nivel planetario ha ocurrido lo mismo con las instituciones de la Tierra.
Por lo demás, en torno de los ``gobiernos'' y de los ``sistemas políticos'' colapsados por la globalización del capital especulativo, están los partidos: únicos instrumentos de las sociedades pre y posmodernas que poseen licencia para intervenir en los certámenes -llamados ``elecciones'' o ``procesos democráticos''- en los cuales concursan los expertos de la política bajo el nombre de ``candidatos'' para disputarse el manejo administrativo del poder.
¿Y qué es el poder en estos tiempos? Según lo que recuerdo haber discutido con el tonto del pueblo, el poder es la facultad que otorgan el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para seguir aplicando la misma política. Ejemplos notables de esto son los casos de Francois Mitterrand y de Felipe González.
Hoy, en México, de los tres candidatos principales que competirán el próximo 6 de julio por el gobierno del Distrito Federal, ninguno pretende apartarse de estos objetivos. La gran diferencia entre Cuauhtémoc Cárdenas y sus adversarios, es que se ha esmerado en subrayar que pondrá suma atención en la forma de hacer las cosas, porque sabe que nadie en el mundo, en estos momentos, puede plantearse con realismo otra política. Ni siquiera el EZLN que por eso, también con realismo, ha renunciado de antemano a la lucha por el poder.
Ante la desaparición de los Estados nacionales y de las instituciones que los representaban, ante el sometimiento (voluntario o involuntario) de los partidos secuestrados por la fuerza y la lógica del ``pensamiento único'', no debe extrañarle, subcomandante, que un ejército de analfabetas que se rebeló empuñando sobre todo las armas del arte sea hoy referencia ineludible de tantos hombres y mujeres en puntos antípodas del planeta, que luchan desde el arte, y desde la historia, para crear nuevos equilibrios en el mundo.
PD: El periódico Reforma anunció, en fecha reciente, que el Congreso del Trabajo no tardará muchas semanas más en responder a la carta que usted envió el primero de mayo a Fidel Velázquez. Parece que el ``jerarca'' se las está dictando.