Muchos medios de comunicación y analistas políticos siguen afirmando que ``ninguno de los candidatos a la jefatura de gobierno del Distrito Federal tiene propuesta''. Esta afirmación ignora u oculta la realidad. PAN, PRI y PRD tienen sus plataformas electorales para el DF que, al margen del obligado juicio de valor, son propuestas de acción para la capital. Los medios las conocen porque se difunden profusamente, sobre todo en los actos de campaña; sin embargo, prefieren divulgar los aspectos más sensacionalistas y, sobre todo, los ataques focalizados de algunos candidatos y el ambiente ``de lodazal'' que generan, en lugar de difundir ampliamente estas propuestas.
En este espacio, he criticado las propuestas del PAN y el PRI. En las semanas que vienen expondré las propuestas de Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del PRD, referidas a los problemas más agudos de la capital. Me baso en su documento de 95 páginas Una ciudad para todos. Otra forma de gobierno, presentado en febrero, cuando era precandidato de su partido. Estoy convencido de que constituyen un proyecto alternativo y de futuro, viable y adecuado a la realidad, para la ciudad; y de que Cárdenas es el candidato capacitado para aplicarlo, encabezar el cambio que requerimos y abrir el tránsito a la democracia urbana. Empecemos por sintetizar los grandes ejes políticos que están presentes y organizan todas las propuestas particulares.
La descentralización en todos los niveles y esferas de la vida social: la redistribución de la población y las actividades urbanas en ámbitos territoriales más adecuados; la participación ciudadana directa, de lo local a lo metropolitano; la reasignación de competencias para la gestión y los recursos para aplicar las políticas en los niveles más cercanos a la problemática misma y a la población; y la ubicación concreta en el territorio de planes, programas y acciones para hacer real la participación en su elaboración, aplicación y evaluación.
La democratización de toda la gestión política y económica, de la administración, planeación, cultura y vida cotidiana, mediante el impulso a la conclusión de la reforma política, cambios legales, una nueva forma de gobernar con y para la gente, y la creación de múltiples formas y espacios de participación ciudadana. Otra forma de gobernar basada en la superación del corporativismo, el clientelismo, el patrimonialismo, la discrecionalidad y la corrupción de la administración capitalina, para construir un gobierno republicano, sustentado en la ley, transparente, honrado y efectivo, que se anticipe a los problemas y los resuelva, evitando el conflicto social.
La construcción de un Estado con responsabilidad social, que asuma plenamente las funciones que le asigna la Constitución, se proponga acabar con todo tipo de marginación y reconstruya un pacto entre los diferentes actores sociales, las mayorías y minorías, que tenga como objetivo de su gestión el mejoramiento sostenido y permanente de las condiciones de vida de la población. Un gobierno para toda la gente.
La instrumentación de un patrón de crecimiento económico urbano alternativo, sostenido y sustentable, que se soporte en la economía popular y tenga como propósito el bienestar de toda la población, que preserve los recursos naturales y el medio ambiente para las generaciones futuras de capitalinos y mexicanos, es decir, un patrón de crecimiento con equidad distributiva y justicia social.
La responsabilidad compartida entre gobierno y sociedad, basada en la confianza mutua y el respeto a las autonomías, la participación ciudadana y la concertación de acciones, los espacios abiertos al diálogo y el cumplimiento de los acuerdos, el estímulo y apoyo a las acciones que busquen los objetivos comunes y la garantía de los derechos constitucionales, sociales y políticos de todos los ciudadanos.
La gobernabilidad sustentada en la democracia, la participación ciudadana, la transparencia y honradez irrestricta de la administración, la creación de espacios amplios de diálogo, el ir por delante de los problemas y la distribución equitativa de los costos y beneficios del crecimiento económico, como condición para un verdadero desarrollo social.
Para lograrlo, Cárdenas considera necesario que las fuerzas políticas y los actores sociales democráticos ganen la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y su jefatura de gobierno, y que la sociedad capitalina acompañe, sustente, vigile y participe responsablemente en las acciones de esta mayoría política y social.