La realización de debates entre los candidatos a la gubernatura del Distrito Federal, aunque no son los primeros ejemplos de esta práctica democrática en nuestro país, no dejan de ser novedosos y tendrán sin duda trascendencia para los actores políticos que participen en ellos y serán, por añadidura, oportunidades clave para esclarecer los programas y las plataformas de los partidos y para afinar el criterio de los electores.
Si bien todo indica que el primer debate se llevará a cabo el próximo 25 de mayo entre Cuauhtémoc Cárdenas y Alfredo del Mazo, candidatos del PRD y del PRI, respectivamente, cabe esperar y demandar la realización de encuentros posteriores a los que asistan los mismos u otros aspirantes al gobierno capitalino.
Por ello, la polémica suscitada en torno a si han de llevarse a cabo entre dos, tres o más candidatos al gobierno del Distrito Federal, no debe convertirse en un obstáculo para la realización de los debates. Más importante que esta cuestión de forma es que los encuentros se realicen con reglas claras y equitativas y sean moderados por personalidades neutrales.
Más allá del formato, el número o el orden de los participantes, la importancia de estos encuentros radica en que son muestras de una actitud política positiva y de una mayor apertura democrática en nuestro país, y en que, en ellos, los candidatos tendrán la posibilidad de cotejar sus propuestas de cara a los electores y elevar el nivel de las campañas, en un momento en que en la competencia política ha habido, en perjuicio del electorado y de la claridad de sus opciones, ataques personales entre los aspirantes.
En este contexto, cabe esperar que los candidatos y sus partidos, independientemente de si participan o no en los encuentros, mantengan una actitud congruente con las expectativas que los habitantes del Distrito Federal tienen de sus campañas: que sean civilizadas y que se orienten a presentar ideas políticas propositivas. Por ello, afirmaciones como las realizadas por fuentes panistas en el sentido de que Carlos Castillo Peraza asistiría al lugar del debate entre Cárdenas y Del Mazo con intenciones de participar en él a como dé lugar, no favorecen el proceso electoral en el DF ni al candidato panista mismo, pues tal circunstancia representaría una actitud poco constructiva y perturbadora de la civilidad.
La elección de un gobernador del Distrito Federal, además de ser la primera en la historia contemporánea de México, tendrá un fuerte impacto en la recomposición política de todo el país. Por ello, resulta doblemente significativo que las campañas en la capital de la República ofrezcan al electorado respuestas y programas concretos y actitudes tolerantes y respetuosas. Los aspirantes al gobierno de la ciudad deberían considerar que será con base en sus propuestas, y no en las descalificaciones y ataques personales, que la ciudadanía evaluará su credibilidad y su estatura política.