Indagar ``a su mamacita'', pide Córdoba al informante del diario
Señora directora: En razón de que su periódico ha hecho amplia referencia a un artículo publicado en The Washington Post el pasado 11 de mayo y que me menciona, me permito enviarle copia de dos cartas que hice llegar, respectivamente, al director editorial de The Washington Post y al embajador de Estados Unidos en México. Mucho le agradecería considerar la publicación de dichas cartas en su diario.
José Córdoba
``Señor Leonard Downie, Jr., Editor ejecutivo de The Washington Post, Washington, DC, Estimado Señor:
En el artículo `Los Estados Unidos hurgan el papel de México en las drogas' (The Washington Post, 11 de mayo de 1997), se menciona que, de acuerdo con un investigador anónimo de la DEA, yo asistí a una reunión con el narcotraficante García Abrego, en la cual `se discutieron varios esquemas para utilizar empresas paraestatales mexicanas en el lavado de dinero y tráfico de drogas hacia los Estados Unidos''. Niego vehementente esta imputación ridícula. Ya que este artículo se publicó el Día de las Madres, le agradecería ser el amable conducto para hacer llegar al investigador anónimo la siguiente sugerencia: que averigüe si a la mencionada reunión también asistió su mamacita. Quisiera recordarle que no pertenece a la mejor tradición del periodismo norteamericano dar a conocer acusaciones anónimas, y lamento la decisión de The Washington Post de publicar basura. Asimismo, me permito anexarle copia de la carta que envié al embajador de los Estados Unidos en México. Espero que, en atención a la ética de su profesión, publique usted esta carta en su diario.
Atentamente, José Córdoba.''
``Embajador de los Estados Unidos en México, Presente,
Excelentísimo Señor Embajador: Hago referencia a las declaraciones atribuidas a un funcionario anónimo de la DEA (The Washington Post, 11 de mayo de 1997) que me imputa haber participado en una reunión con narcotraficantes, en la cual se discutieron `diversos esquemas para usar las empresas paraestatales de México en el lavado de dinero y el envío de drogas a los Estados Unidos'. A pesar de lo ridículo del cargo, quiero desmentir categóricamente mi presencia en una reunión de esa índole. Le reitero lo que tuve la oportunidad de expresarle en alguna ocasión: si cualquier autoridad competente de su gobierno considera que mi testimonio puede ser de utilidad en el marco de cualquier investigación que realice, estoy en la mejor disposición para atender cualquier petición en ese sentido. Asimismo, considero como una grave irresponsabilidad que funcionarios norteamericanos filtren infundios y calumnias a la prensa y creo oportuna una aclaración al respecto por parte de una fuente autorizada de su gobierno.
Le hago llegar un atento saludo, José Córdoba''.