Mañana reaparece Ojarasca, en La Jornada
Renato Ravelo Ť El movimiento indígena ha avanzado, el debate sobre los derechos indígenas ha entrado a otra dimensión, los asuntos étnicos se han colocado en el centro de la discusión nacional y en el mundo se gesta la idea de una ``civilización popular, alternativa''. Ojarasca, revista de asuntos indígenas: periodísticos, fotográficos, literarios, políticos, reaparece y así ven sus editores la situación actual.
El equipo que trabaja desde hace ocho años y que hace alrededor de un año vio desaparecer el proyecto de revista, ahora se coordina en esa apuesta que ``siempre ha creído en lo literario como un método'', para desarrollar un suplemento que saldrá un lunes de cada mes, a partir de mañana, como encarte de este diario. Hablan Hermann Bellinghausen, Ramón Vera y Eugenio Bermejillo.
Primero, dos años, fuimos México Indígena, explica Bellinghausen: ``que no era una revista del Instituto Nacional Indigenista, como muchos creían, sino independientes, luego regresamos el título al INI. Nació entonces el proyecto Ojarasca, que ha evolucionado como ha evolucionado la sociedad mexicana''.
Por ejemplo, el debate de la autonomía y los derechos indígenas, agrega, ``era una discusión constante en las páginas. Una cosa lamentable es que las posiciones en contra de estas propuestas, que en el pasado lograron en la revista una expresión por lo menos más coherente, en el debate de los años pasados fue de una pobreza increíble, porque sólo hablaban desde el poder. Uno de los presupuestos con el que sale este primer número es que el debate sobre los derechos indígenas está ganado''.
Al pedírsele una visión crítica sobre el enfoque antropológico de Ojarasca, Bellinghausen señala: ``tal vez en algún momento cierta animosidad en relación al pensamiento etnológico, antropológico, sin dejar de reconocer que fue clave en esta nueva valoración cultural y política del indígena. Creemos, sin embargo, que en estos años los antropólogos perdieron el monopolio de la cuestión indígena. Es interesante ver cómo algunos de los intelectuales y dirigentes indígenas más brillantes en la segunda mitad del siglo XX fueron antropólogos, con lo que se inició la crisis de la antropología''.
Acerca de ``civilización popular'' acota: ``en este momento de la globalización, donde todo parece unificarse en un código de lenguajes que viene mucho de Estados Unidos y Europa, se ve también una globalización de otro tipo, que en realidad es una globalización alternativa de todas las culturas originarias, tradicionales, que a su manera se modernizan. Civilizaciones previas que han sobrevivido en distintas partes del mundo han encontrado puentes para acercarse, como es el caso de los pueblos indígenas mexicanos en los últimos años''.
Ramón Vera opina: ``vivimos la civilización popular como una serie de saberes que hay en todas partes, en todas las pequeñas comunidades, que no son reconocidos por esta civilización dominante que está muy globalizada. Hay un repunte en estos saberes y estos tienen que ver entre sí. Hay propuestas generales comunitarias, de solidaridad, que tiene su vida a partir de la vida cotidiana de largo plazo de los pueblos indígenas, campesinos, pero también en los barrios, la autogestión, por ejemplo''.
Eugenio Bermejillo advierte que no es de ninguna manera una noción académica. ``Civilización popular'', dice, ``son dos palabras que hacen click, no es una neta; es un enunciado. Es mucho más que un concepto de una cultura, es una matriz civilizatoria que no sólo se reconoce en las culturas nativas, tradicionales, sino incluso en muchos sectores de los que se consideran en la cultura nacional''.
Este enfoque no es nuevo para Ojarasca, explica Hermann: ``ya anteriormente hemos abordado temas urbanos, aunque relacionados con lo indígena y, ciertamente, cuando hablábamos de otros lugares del mundo era cuando recuperábamos otras visiones urbanas. Se encuentran en estos ocho años de trabajo dos vertientes que ahora trataremos de conciliar: cuando hablábamos de México era la cuestión indígena y cuando nos poníamos más globales (Cuba, Yugoslavia, etcétera) se rompían esas barreras''.