La Jornada 10 de mayo de 1997

Hasta detractores confirman que la política económica es correcta: Zedillo

Roberto Garduño E., enviado, Monclova, Coah., 9 de mayo Ť Con asumir los lineamientos de la actual política económica, que en 1995 solventó la crisis, los mexicanos ``no nos equivocamos; estuvimos en lo correcto'', expuso el presidente Ernesto Zedillo. En el enclave maquilador del centro de la entidad norteña, frente a obreras, obreros y patrones, celebró que hasta sus detractores confirmen que la estrategia de su gobierno fue y es la que resolverá los problemas estructurales del país.

``Para mí es muy importante volver a decir: continuaremos con esta política económica, porque nos dio la posibilidad y la realidad de vencer la emergencia económica. Esta política es la que nos está dando la recuperación y nos va a dar el crecimiento sostenido para los próximos años''.

Aludió, sin dar nombres, a los sectores que rechazaron las medidas de recuperación que anunció su gobierno y refutó que sus oponentes no recurran a la honestidad intelectual para informar a la sociedad. ¿Qué hubiera sucedido a la fecha de ponerse en marcha sus propuestas?, preguntó.

``Yo también celebro que aquellos que hace dos años fueron extremadamente críticos respecto a la política económica, pues hoy prefieran hablar de otros temas, hoy prefieran no recordar, sea a ellos mismos o al resto del pueblo de México, cuáles fueron las propuestas que ellos hicieron, ni mucho menos están intentando hacer un ejercicio de honestidad intelectual en el cual se diga qué hubiese pasado con México si hubiéramos seguido, no este camino, sino el camino que ellos propusieron, y es incluso alentador escuchar a algunos de esos críticos, que comienzan a decir, finalmente, que esta es la política que debemos seguir ahora y en los próximos años para alcanzar las metas que nos han propuesto los mexicanos''.

Buen humor y un incidente

Diferentes tonos cobró la estancia presidencial de ocho horas en tierras de Coahuila. Desde el manifiesto buen humor de Ernesto Zedillo, hasta la escena de violencia en la que una anciana de 69 años fue alejada a empujones por el mayor Alfonso Cancino de la cercanía del mandatario, todo porque la mujer intentó pedir ayuda para la construcción de una casa hogar para niños huérfanos con parálisis cerebral. La razón de la mujer quedó reducida en lágrimas de impotencia detrás de una valla metálica.

En Ramos Arizpe, el Presidente visitó el monumental complejo automotriz de la General Motors, donde cada año se ensamblan 200 mil vehículos, que en su mayoría se exportan, y grandes galerones donde trabajan 6 mil mujeres y hombres. Ahí, el mensaje redundó en que nuestro país se está convirtiendo en una de las potencias exportadoras de autos, además de que ya ocupa el primer sitio como constructor de motores. En las plantas de estampado --pintura-- adujo que México quiere triunfar con una economía en crecimiento dinámico y sostenido, para atacar los rezagos y la inequidad social.

``Tener un plan para triunfar significa hacer un gran esfuerzo para que no haya mexicanos y mexicanas que se queden sin educación, que se queden sin servicios de salud, que no tengan oportunidades de adquirir una vivienda digna. Triunfar significa tener una vida política estable basada en el ejercicio pleno de la democracia''.

Después de conocer los procesos tecnológicos de ensamblaje de automóviles, la comitiva se dirigió a la colonia suburbana Satélite Sur, donde conocería las acciones de coordinación del sector salud en Coahuila. Antes, al recorrer la Macroferia de la salud, Zedillo llegó al puesto de información sobre los métodos de planificación familiar:

--Juan Ramón, deja esos preservativos --bromeó el mandatario con su secretario de Salud, quien observaba unos condones.

--Mejor se los doy a Juanito --respondió el funcionario entre risas, se los extendió a un reportero que no supo qué decir y señaló el sistema de vasectomía sin bisturí.

--No tengas miedo Juan, podrás regresar a tus actividades... periodísticas en cuestión de días --dijo con buen humor el Presidente.

Entre saludos a los pacientes, enfermeras y médicos que acudieron a la reunión, se dirigió al estrado. Cuando iba a comenzar su alocución, una mujer de 69 años, doña Guadalupe Ibarra, lo interrumpió: ``señor Presidente, déjeme hablar; tengo algo que decirle''. El le dijo que lo esperara, que la atendería cuando terminara su turno.

La alocución del Presidente giró en torno a que el crecimiento económico en el país no sería suficiente si no responde a las necesidades de la población:

``Queremos una economía dinámica, una economía que aumente, que se multiplique; pero no queremos cualquier tipo de crecimiento económico; lo que queremos es un crecimiento económico con un claro sentido de responsabilidad social, un crecimiento que tenga corazón y rostro humanos, que sea concebido no como un fin último, sino como el medio para lograr otros fines más importantes''.

Terminó la reunión y la señora Ibarra no pudo alcanzar al Presidente. Un enorme escolta del Estado Mayor Presidencial llamado Alfonso Cancino se lo impidió. De nada sirvieron los empujones de la mujer, ni esa voz suplicante: ``conmigo usted no va ha poder, yo sólo quiero hablar con el Presidente de una casa hogar...''

Las actividades prosiguieron: en Saltillo se inauguró la empresa tecnológica Ericsson, de origen sueco, ejemplo por sus técnicas de punta para elaborar la fibra óptica que harán más fluidas las telecomunicaciones.

En Monclova, donde culminaría más tarde la visita de trabajo, el mandatario resaltó que en el país se requieren políticas sociales ``más ambiciosas'', que combatan con eficacia la pobreza y promuevan una mayor igualdad entre los mexicanos.