La Jornada 10 de mayo de 1997

MARCHA EN APOYO A ENFERMOS DE SIDA

Angeles Cruz Ť Rostros cubiertos, anónimos, en una caminata nocturna para recordar a los que ya se fueron. Veladoras, ropa blanca y un silencio que grita de impotencia ante la muerte segura, ineludible para los que todavía están aquí.

Al frente, burlona, amenazante y coqueta, la muerte blandiendo su guadaña se abre paso y, sin perdonar, sentencia: ``la ignorancia corroe y mata''.


La procesión silente sobre Paseo de la Reforma.
Foto: Francisco Olvera

Es la Décima caminata nocturna silenciosa en memoria de las personas fallecidas por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) que se llevó a cabo anoche y que también buscó promover la solidaridad de la comunidad con quienes viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)/sida.

El silencio sirvió para protestar por la violación cotidiana de los derechos humanos de los enfermos, así como para llamar al gobierno y a la sociedad civil a asumir una responsabilidad compartida que garantice el derecho a la salud sin discriminación.

Cientos de personas que a pesar de la lluvia caminaron del Angel de la Independencia al Zócalo, hombres, mujeres, niños de todas las edades y sexos, porque el VIH/sida no distingue y tampoco perdona la indiferencia, la ignorancia ni la insolvencia económica.

Acceso a medicamentos, a los análisis clínicos que permitan un adecuado seguimiento de la evolución de la enfermedad, así como la realización de verdaderas campañas preventivas para evitar que más gente siga infectándose; eso demandaron las aproximadamente dos mil personas que ayer caminaron en silencio.

Durante casi dos horas, familiares, amigos y enfermos ocuparon las calles, cerraron las vialidades; como pocas veces ayer quisieron mostrarse, gritar que existen.

Son muchos, pero nada comparado con el tamaño de las manifestaciones que en ciudades como Nueva York abarcan la gran explanada de Central Park. ``Allá sí hay conciencia, hay solidaridad...'', reconoce con pena uno de los caminantes nocturnos.

El sueño sigue vigente: que mientras no haya una vacuna que acabe con el mal, un enfermo de sida pueda ser tratado con respeto y dignidad; que nunca más una persona tenga que esconder su rostro por temor a la discriminación o a que lo corran de su empleo; que mientras para ellos lo único seguro y casi inmediato sea la muerte, reciban la comprensión y apoyo de la sociedad en su conjunto.

Ayer las actividades empezaron a las 14 horas con un tianguis informativo cultural en el Angel de la Independencia. Durante toda la tarde los organismos no gubernamentales que realizan trabajo de apoyo a las personas que viven con VIH/sida distribuyeron información, condones, realizaron encuestas y resolvieron dudas de la gente que por ahí pasaba.

En tanto, miembros del Frente Nacional de Personas Afectadas por VIH/sida (Frenpavih) realizaron un plantón silencioso frente a la Secretaría de Salud. Entregaron al titular de la dependencia, Juan Ramón de la Fuente, un pliego petitorio de 15 puntos. Estuvieron ahí unas dos horas y más tarde se incorporaron a la caminata nocturna silenciosa, que en la retaguardia fue apoyada por Superbarrio y Superanimal, entre otros.