La Jornada sábado 10 de mayo de 1997

Octavio Rodríguez Araujo
La estrategia del PAN

El PAN sabe que va a perder las elecciones para la jefatura de gobierno en el Distrito Federal; pero además su proyecto no se dirige a este cargo sino a ganar posiciones en el Congreso de la Unión y la ARDF, para lo cual cuenta con candidatos y la inconformidad conservadora de millones de mexicanos, más en los estados del país que en el DF.

Castillo Peraza, por su parte, sabe muy bien el papel de perdedor que está jugando, no se explica de otra manera que su partido lo haya propuesto para el gobierno de la capital del país, sabiendo desde antes que tiene en contra a la mayor parte de los medios de comunicación, con los que invariablemente se pelea desde que era presidente del PAN, en una época, la presente, en que las elecciones se ganan o se pierden principalmente en los medios.

La apuesta del PAN en el DF no es ganar, sino hacer perder al PRD y, concretamente, a Cuauhtémoc Cárdenas. La estrategia que está siguiendo es atacar al candidato del PRD y, al mismo tiempo, hacer aparecer a este partido, por la vía de sus supuestos simpatizantes (o simpatizantes que todavía no se dan cuenta de la trampa), como intolerante, agresivo, incivilizado, provocador y, por lo mismo, poco confiable. En otros términos, la intención es demostrar que el PRD --aunque en el camino se queme Castillo Peraza-- no es un partido confiable para gobernar.

De aquí la insistencia de Castillo Peraza de provocar el enojo de estudiantes en todas las escuelas y universidades en que se sabe que hay simpatías grandes por el PRD. El día en que los estudiantes no lo agredan, seguro que Castillo Peraza llevará a sus propios provocadores para que le avienten tomates y lo corran. La mejor reacción que ha logrado es que lo acusen de intolerante, y que quienes lo acusan de tal lo expulsen y le digan que no lo quieren más (en casos recientes, en la UNAM); es decir, que quienes lo acusan de intolerante sean más intolerantes que él. Este ha sido un triunfo del panista, primero en la Facultad de Ciencias Políticas y luego en la Facultad de Economía: los perredistas son intolerantes, esto es lo que ha logrado Castillo Peraza para la opinión pública.

¿Por qué el PAN estaría siguiendo esta estrategia perdedora en el DF? Por una sencilla razón: es el único partido, además de algunas facciones del PRI, que está de acuerdo con la política neoliberal del gobierno. Esto es, hay un acuerdo tácito --que se inició durante el salinato-- de apoyar la política neoliberal al costo que sea y, para lograr este propósito, tienen que limitar las posibilidades de ascenso del PRD y, por qué no, de otras facciones del PRI que tampoco coinciden con la política de Zedillo. En esta lógica, saben que si el PRD gana el DF será un triunfo que traerá otros triunfos más adelante; mientras que, si lo pierde, el sentimiento de derrota entre la oposición progresista del país podría ser difícil de remontar en el corto plazo (recuérdese 1991).

Pierdo, sí, pero me llevo entre las patas al PRD, parece ser el sentimiento y la convicción de Castillo Peraza en esta campaña. Como fue convicción de Fernández de Cevallos desaparecer después de su triunfo en el debate del 12 de mayo de 1994: disminuir su perfil de triunfador para que pudiera elevarse el de Zedillo. En ambos casos se trata de lo mismo: que no gane Cuauhtémoc Cárdenas.

Pareciera que estoy exagerando. Pero no es el caso. Los intereses económicos que están en juego son muy grandes e incluso estratégicos para Estados Unidos y su proyecto neoliberal para toda América Latina y el Caribe, Cuba incluida. Por lo que se tiene que impedir, a como dé lugar, que en un país de peso político indudable en América Latina, como es México, pierda el neoliberalismo. El ejemplo demostración sería inminente, sobre todo por la condición de pobreza creciente que sufre la región latinoamericana.