Insta el jefe de la Casa Blanca a ``abrazar la sabiduría de Juárez''
David Aponte y Roberto González Amador Ť La batalla contra las drogas no debe dividir a los pueblos de México y Estados Unidos. Por el contrario, las naciones tienen que unirse para evitar los riesgos y el precio que tendrían que pagar ambas sociedades, dijo ayer el presidente estadunidense Bill Clinton.
``Tenemos que luchar y no apuntarnos con los dedos, sino estrechar las manos'', sobre todo para buscar un mejor futuro para las nuevas generaciones, argumentó.
Ante empresarios, académicos, intelectuales, diplomáticos y miembros de los gabinetes presidenciales, dijo que ``las drogas no son un problema de México ni de Estados Unidos, son un problema común'', y aceptó: ``La enorme demanda de drogas en territorio estadunidense tiene que ser frenada''.
Las esposas de los presidentes de México y Estados Unidos,
acompañadas de funcionarios y empresarios de ambos países.
Foto: Pedro Valtierra
Durante su intervención en el Auditorio Nacional, en la Conferencia sobre el Presente y el Futuro de las Relaciones México-Estados Unidos, recordó las palabras del Benemérito de las Américas: ``Hoy reafirmo ante el pueblo de México: abrazamos la sabiduría de (Benito) Juárez; démonos una asociación pacífica y prós- pera, llena de respeto y dignidad''.
Los más de ocho mil asistentes interrumpieron en cinco ocasiones el discurso del mandatario estadunidense, mismo que giró en los temas de lucha contra el tráfico de estupefacientes, migración, democracia y Tratado de Libre Comercio.
Clinton comenzó con un cliché: ``Hace casi 22 años, mi esposa y yo venimos de luna de miel. México se ganó nuestros corazones. Ahora, como entonces, me encanta México'', remató en español. Los aplausos no se hicieron esperar.
Después entró de lleno en los temas. Primero por la democracia, ``la cual ha barrido todos los países de América, excepto uno'', comenzó sin señalar por su nombre a Cuba. El cambio ha llegado a todo el hemisferio y en México se encuentra con mayor esperanza, expresó.
``Felicito al pueblo mexicano por llevar reformas políticas audaces que en julio tendrán lugar en las elecciones más competitivas de la historia'', comentó.
Clinton propició las palmas de los asistentes, de los empresarios que tuvieron que caminar por Paseo de la Reforma; de los hombres del dinero que fueron obligados a pasar por los arcos de detección de metales y que mostraron el contenido de sus bolsillos a los agentes del Servicio Secreto y a los miembros del Estado Mayor Presidencial.
En el centro del auditorio, el mandatario continuó con el tema del comercio, los resultados del TLC, la recuperación de la economía mexicana, la Iniciativa de las Américas, la posibilidad de que el Congreso de Estados Unidos apruebe la vía rápida para las negociaciones con los países del hemisferio, en concordancia con la iniciativa referida.
``Nuestra asociación en pos de la prosperidad, de la democracia y la libertad, y nuestra asociación contra la droga, el crimen organizado y el deterioro ambiental, son fundamentales para el futuro de los pueblos estadunidense y mexicano. Para tener éxito, la asociación debe arraigarse en el espíritu de respeto mutuo. El gran líder mexicano, Benito Juárez, cuya estatua se encuentra muy cerca de la Casa Blanca, en Washington, dijo: ``El respeto al derecho ajeno es la paz''.
Clinton abordó el asunto del tráfico de drogas, el flagelo que mata a 14 mil estadunidenses y cuesta casi 70 mil millones de dólares en crímenes, pensiones, trabajos perdidos, cuerpos mutilados y vidas arruinadas en Estados Unidos todos los años, y un consumo de 50 por ciento a nivel internacional.
``México y Estados Unidos deben derrotar juntos a los cárteles de la droga, los cuales amenazan a las sociedades, corrompen a los oficiales de la ley, toman negocios legítimos y llevan la violencia a la calle'', indicó.
``El futuro de nuestros niños depende de los esfuerzos conjuntos y depende más sobre nuestra determinación para continuar la lucha. No debemos permitir que nuestros niños queden desamparados. Nuestra alianza contra las drogas es uno de los muchos elementos de cooperación para el próximo siglo'', expuso.
Del fenómeno migratorio, el mandatario visitante destacó las aportaciones de la comunidad mexicana en Estados Unidos, e insistió en que su gobierno tiene la obligación de aplicar las leyes migratorias con respeto a la dignidad de los derechos de los migrantes.
``El año pasado, 160 mil mexicanos inmigraron legalmente a Estados Unidos y llevaron consigo su talento, su energía y sus aspiraciones. Respetaron la ley, y nosotros debemos asegurarnos que el sistema los trate con justicia y les ofrezca la oportunidad de cumplir con sus sueños y sus esperanzas'', agregó.
Bill Clinton culminó su intervención con un llamado a aprovechar las promesas que presenta el futuro para México y Estados Unidos, en un marco de amistad y respeto. Así cerró la última etapa de su visita a la ciudad de México.