Probable, que los cárteles estén forjando alianzas con oficiales de la ley en ambas naciones: diagnóstico conjunto
Roberto Garduño E. y Juan Manuel Venegas Ť Entre los gobiernos de Estados Unidos y México ``existe preocupación'' de que los líderes de los cárteles de la droga en el continente ``estén trabajando para forjar alianzas con los responsables del cumplimiento de la ley'' en ambas naciones.
Un tema especial que preocupa ``es el potencial de corrupción que representa el lavado de dinero'', por lo que la estrategia bilateral incluye también que las agencias estadunidenses proporcionen ``asistencia técnica y capacitación de personal sobre regulación bancaria a las agencias mexicanas para el cumplimiento de la ley''.
El Estudio-Diagnóstico Conjunto --elaborado por la Presidencia de la República de México y la Oficina Ejecutiva del Presidente de Estados Unidos-- sobre la producción, tráfico y consumo de drogas, expone que la ``gran riqueza y poder de los narcotraficantes amenaza con menguar la legitimidad y efectividad del cumplimiento de la ley en las naciones que tienen escasos o nulos programas efectivos para combatir el narcotráfico y el lavado de dinero''.
Ciento cincuenta páginas del documento que fue entregado el pasado martes a los mandatarios Ernesto Zedillo y William Clinton, revelan que la estrategia bilateral incluye proporcionar asistencia técnica y capacitación de personal a México también en el terreno de la regulación bancaria:
``Varias agencias de Estados Unidos están trabajando actualmente con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con el objetivo de expandir su capacidad tecnológica para enfrentar la amenaza del lavado de dinero. Por ejemplo, la Red Central de Información Financiera (Fincen) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha enviado a México a expertos en tecnología y reglamentación para discutir asuntos importantes de capacitación técnica.
``La Fincen también está brindando apoyo en el diseño de asistencia computarizada de base de datos para almacenar y analizar la información.
``Estados Unidos se está preparando para desarrollar y establecer, durante los próximos seis meses, un programa bien enfocado sobre capacitación y asistencia técnica dirigido al personal mexicano responsable del cumplimiento de la ley. Este programa dará capacitación a servidores públicos de la SHCP y de la Procuraduría General de la República (PGR)'', concretamente de la Unidad Especializada contra el Crimen Organizado, que tiene a su cargo las investigaciones relacionadas con el blanqueo de narcodólares.
Las oficinas presidenciales establecen que ``es imposible calcular'' la cantidad de dinero que de forma colectiva se lava en México y Estados Unidos, toda vez que el desarrollo técnico ha permitido la creación de métodos que impiden sean detectados los movimientos ilegales de los narcotraficantes y sus operadores.
Hasta hace unos años, las organizaciones criminales utilizaban procedimientos sencillos para ocultar y disfrazar el origen de los recursos ilícitos: depósitos o transferencias dentro del sistema financiero; encubrimiento, separando los ingresos de la fuente ilícita al poner en práctica transacciones para burlar las auditorías; y la integración, a través de la ubicación de los ingresos de origen ilícito dentro del circuito monetario, para reingresarlo al sistema financiero bajo la apariencia de ingresos lícitos.
Pero en los últimos años, explica el Estudio-Diagnóstico, las organizaciones criminales han creado alrededor del sistema financiero internacional una compleja organización bajo la intermediación del Internet o las tarjetas inteligentes:
``Transacciones de este tipo pueden ser instantáneas, anónimas, sin fronteras e imposibles de rastrear. Las organizaciones criminales pueden transferir así, alrededor del mundo, prácticamente, fondos ilimitados''.
Se informa a los presidentes Zedillo y Clinton que las técnicas más difundidas para el lavado de dinero en México y Estados Unidos son las siguientes:
Contrabando de dinero: esto significa sacar dinero de Estados Unidos por medio del contrabando, a fin de evadir los requisitos del Informe de Operaciones Monetarias y tiene un impacto considerable, ya que la transferencia de importantes cantidades de dinero de esa manera a lo largo de la frontera, continúa siendo un grave problema para México y Estados Unidos.
Técnicas utilizadas para mover dinero y favorecer el anonimato: los lavadores de dinero utilizan diferentes técnicas con el objetivo de mantener o favorecer su anonimato mientras internan o envían los fondos entre México y Estados Unidos, utilizando las instituciones financieras de ambos países, entre las que se encuentran las cuentas pagaderas por medio de cheques, giros bancarios extranjeros y las transferencias electrónicas internacionales.
Las primeras, por ejemplo, ``permiten a una persona fuera de Estados Unidos girar un cheque a su propio banco, pagadero mediante la cuenta de un banco corresponsal en Estados Unidos, siendo éste un mecanismo muy popular que permite a extranjeros tener una cuenta en dólares estadunidenses, que resulta particularmente atractiva para lavar dinero, especialmente si el banco no instrumenta una política rigurosa de conozca a su cliente''.
Los llamados giros bancarios extranjeros permiten la repatriación de dólares a Estados Unidos, sin cumplir con el requisito de reporte en la frontera, como es el caso de la internación de dinero o de instrumentos al portador.
Finalmente, las transferencias electrónicas internacionales son ``una importante herramienta en todas las etapas del proceso de lavado'', ya que permite a los operadores del narcotráfico depositar dinero en una institución financiera, en una jurisdicción que carece de los requisitos del reporte de operaciones relevantes, y la misma cantidad puede ser transferida instantáneamente a otra cuenta en cualquier parte del mundo, sin dejar rastro.
Las utilidades
El documento presentado a Zedillo y Clinton advierte que el lavado de dinero se ha convertido en una industria que ``genera utilidades constantes y también garantiza la continuidad de las mismas'', al grado que los narcotraficantes ``están siendo forzados a pagar cuotas cada vez más altas a los grupos encargados del blanqueo para manejar sus utilidades, debido a los exigentes esfuerzos alcanzados en el cumplimiento de la ley''.
Así por ejemplo, advierte el diagnóstico, ``lavar las ganancias de un kilogramo de cocaína trasladada a Los Angeles cuesta 5 mil dólares, aproximadamente.
``En Estados Unidos, la persona que trabaja como cobrador de dinero sucio gana aproximadamente el uno por ciento del total por cobrar y mantener el dinero en un escondite, y la persona responsable de transportar efectivo, el que corre el riesgo, gana de 1.5 a 2 por ciento del total.
Las utilidades crecen para los lavadores conforme más sofisticado es el tratamiento, por lo que una persona que permite que su nombre aparezca como portador de un instrumento legal o que efectúa una transferencia electrónica, tiene una paga del 6 por ciento del total... Así, los lavadores de dinero se llevan de 13 a 15 por ciento del dinero sucio que lavan para los narcotraficantes''.