La Jornada 4 de mayo de 1997

TECUN UMAN, GUATEMALA, EMPORIO DE POLLEROS

Juan Balboa, corresponsal /I, Tecún Umán, Guatemala, 3 de mayo Ť En esta ciudad guatemalteca conocida como la Pequeña Tijuana, en donde la población flotante es igual que el número de residentes guatemaltecos, operan diariamente unos 500 polleros organizados en pequeñas mafias; sus tentáculos alcanzan los 50 míseros prostíbulos donde se refugian centenas de mujeres centroamericanas indocumentadas que intentan cumplir su sueño: llegar a Estados Unidos.

Los polleros, amos y señores de toda la actividad ilegal que se realiza en el río Suchiate, mantienen en permanente alerta a toda una población de 43 mil personas -- 50 por ciento de ellos no son considerados como residentes permanentes-- por su relación con bandas de asaltantes de indocumentados, algunos de ellos conocidos como los Salvatruchas, y su relación con los traficantes de drogas que han hecho de esta zona su principal corredor de enervantes hacia Estados Unidos, pero, sobre todo, su alto nivel para corromper a autoridades mexicanas.


Frente al consulado de Guatemala en Tapachula,
Chiapas.
Fotos: Frida Hartz

En las sucias y destruidas calles, las nacionalidades tienen un valor comercial, mismo que se incrementó a partir de la entrada en vigor de la nueva Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante de Estados Unidos.

Para que un guatemalteco logre el sueño americano, necesita entregar a los ``traficantes de humanos'' la cantidad de 2 mil 500 dólares; el hondureño deberá desembolsar 3 mil dólares. Dentro del mercado de Tecún Umán el Colombiano es el más cotizado, pues para lograr su ``pase hacia el cielo'', dicen los polleros Antonio López y Jorge González, deberá tener unos 6 mil dólares.

Paralelamente, a las orillas del río Suchiate se ha incrementado el mercado hormiga de artículos mexicanos que son transportados en las ya famosas barcas construidas con cámaras de camiones. Las autoridades municipales de Ciudad Hidalgo, Chiapas, y de la propia ciudad guatemalteca de Tecún Umán aseguran que no existen datos precisos del comercio ilegal que se realiza en el río, pero estiman que rebasa los 500 mil dólares mensuales. Principalmente es un comercio de México a Guatemala.

Harina de maíz subsidiada, cervezas mexicanas, jabones de todas las marcas, miles de paquetes papel higiénico, cajas de galletas, latas de todos tipos de alimentos, cientos de refrescos, ente otras decenas de artículos, son trasladados por el río Suchiate a Guatemala, sin que autoridad alguna ejerza control sobre ellos.

La nueva ley de EU causó alzas en el mercado de indocumentados

Antonio López es uno de los polleros mexicanos que operan en Tecún Umán. No vive en esta ciudad, donde habitan 40 mil personas, la mitad de ellas consideradas como población flotante, según el último censo del Instituto Nacional de Estadísticas de Guatemala.

Antonio es parte de las cinco mil personas que forman la población económicamente activa. Al igual que otros 100 de los 500 de sus compañeros polleros de Tecún Umán, trabaja cotidianamente en la segunda avenida, una de las tres donde se concentran los hoteles de los indocumentados.

Buen conversador, pero sobre todo conocedor de las rutas sin presencia de agentes de migración, Antonio tiene una filosofía que lleva a la práctica desde hace 20 años: ``cuando te contratan, la meta es el norte, no importa el dinero que tienes que dar a la migra''.

Habla de su trabajo de pollero como una profesión más: ``me gano la vida, porque no tengo trabajo ni tampoco fui a la escuela''. Se refiere también a las tarifas que cobra a cada indocumentado: ``depende la nacionalidad y el medio de transportación'', precisa a La Jornada. Saca de la bolsa de su pantalón un papel arrugado y señala con el índice los nombres de aquellos a quienes habrá de pasar ilegalmente.

``La nueva ley de inmigración de Estados Unidos ha elevado los precios que cobramos a todos aquellos que desean cumplir su sueño .

``Por ejemplo, antes de esta ley (aprobada el 27 de marzo pasado), pasar a un centroamericano valía entre mil quinientos y dos mil dólares. Ahora, con esta nueva situación que ha provocado la ley, un centroamericano cuesta por lo menos 2 mil 500.

``Los sudamericanos pagan un promedio de 5 mil; pero los colombianos son lo más cotizados. No pueden pasar sin antes tener 6 mil de los grandes. Los orientales llegan a pagar hasta 12 mil dólares. Son nuestras tarifas, respetadas por todos los polleros'', puntualiza.

Antonio López niega pertenecer a alguna red de polleros, pero reconoce que existen en Tecún Umán grupos organizados que ofrecen sus servicios lo mismo en Hon Kong, que en Jamaica o Guatelama.

La mayoría de los polleros o traficantes de humanos que operan en esta ciudad fronteriza guatemalteca realizan sus trabajos de forma pública. Todo este pueblo, que forma parte del departamento guatemalteco de San Marcos, uno de los menos afectado por la guerra de tres décadas en este país de América Central, se mueve a partir de la inversión de los indocumentados y, en menor medida, por el comercio hormiga.

Tecún Umán es un pueblo abandonado y sucio: calles rotas y a medio construir; llenas de polvo. La mayoría de las casas son miserables, primordialmente en aquellas colonias donde habitan las más de 20 mil personas que van de paso, quienes se mantienen en una vivienda mientras logran cruzar la frontera.

Es la Pequeña Tijuana, donde 200 mil personas intentan anualmente llegar a Estados Unidos. Son centroamericanos que burlan a las autoridades de migración e inician una travesía que se enfrenta a a bandas de asaltantes que operan en una frontera sur con sus puertas abiertas, poco vigilada.

La banda de los Salvatruchas

La Iglesia católica, las autoridades municipales de Tapachula y el Instituto Nacional de Migración reciben diariamente el reporte de una media docena de asaltos, agresiones, violaciones o, algunas veces, asesinatos de indocumentados centroamericanos. Se sabe que a las afueras de Tapachula, Huixtla y Pijijiapan operan bandas dedicadas a asaltar u hostigar a los indocumentados.

Un alto porcentaje de estos asaltos o agresiones en contra de los indocumentados centroamericanos es perpetrado por una banda conocida como los Salvatruchas. Según las autoridades migratorias, es la más violenta de las que operan en la frontera sur.

La de los Salvatruchas, dicen especialistas del Instituto Nacional de Migración en Tapachula, está integrada por los salvadoreños conocidos como Maras. De acuerdo con la información que las autoridades han logrado obtener de esta banda que opera en la frontera entre México y Guatemala, los Salvatruchas comenzaron en los suburbios de la ciudad estadunidense de Los Angeles, California. ``Ahí nacieron e hicieron un círculo de amigos; todos ellos indocumentados'', aseguran.

Se identifican por sus tatuajes; ``son personas salvajes'', informan los especialistas de migración, y para lograr respeto al interior, sus integrantes tienen que demostrar que son capaces de asesinar. Sus principales fechorías la realizan en las rutas rurales que han elegido los indocumentados para continuar su viaje a Estados Unidos, pero, sobre todo, operan en las centrales de ferrocarriles.

Es una de las cuatro bandas que se conocen con mayor organización , tanto que el lenguaje que utilizan se basa fundamentalmente en el alfabeto de los sordomudos. Las autoridades han implementado una operación especial en contra de ésta que consideran una de las agrupaciones de mayor peligrosidad en la frontera sur de México.