Asume Blair el gobierno británico; sin precedente, la mayoría laborista
Afp, Ansa, Ap, Dpa y Reuter, Londres, 2 de mayo Ť El líder del Partido Laborista británico, Tony Blair, asumió hoy como primer ministro tras la aplastante victoria de su formación en los comicios de ayer contra el Partido Conservador, que permaneció 18 años en el poder. El ahora ex primer ministro conservador, John Major, renunció a la presidencia de su partido.
Según los resultados definitivos de las elecciones del jueves, los laboristas obtuvieron 43.17 por ciento de los votos y 419 escaños en el Parlamento, con lo que lograron la mayoría más grande de su historia, al ganar 148 circunscripciones más que en las elecciones pasadas. Los conservadores, en cambio, consiguieron 30.60 por ciento de los votos y 165 escaños, lo que significó una pérdida de 171 bancas parlamentarias del número que tuvieron en la administración ahora disuelta.
El Partido Demócrata Liberal obtuvo 16.71 por ciento de los votos y aumentó su número de escaños de 20 a 46. El partido Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés, que en la anterior administración no logró representación parlamentaria, obtuvo dos escaños, que serán ocupados por sus dos principales líderes: Gerry Adams y Martin McGuiness.
Blair ingresó hoy a la residencia del primer ministro, en el número 10 de la calle Downing, entre vítores de miles de sus simpatizantes poco después de que fueron retiradas de la casa las pertenencias de Major, quien esta mañana presentó su renuncia a la reina Isabel II.
Horas después, Blair ya había nombrado a los primeros integrantes de su gabinete, cuya composición corresponde a la que tuvo el "gabinete fantasma" que los laboristas conformaron durante la campaña. Gordon Brown fue designado ministro de Economía; el escocés Robin Cook es el nuevo canciller británico, y John Prescott, número dos del Partido Laborista, ocupará el cargo de viceprimer ministro.
Jack Straw, quien se caracterizó por endurecer la postura laborista contra la criminalidad, es el nuevo ministro del Interior; David Blunkett será el primer ministro invidente de la historia británica, al ocupar la cartera de Educación y Empleo. También se designó a Margaret Beckett ministra de Comercio e Industria.
El jefe del Congreso de Sindicatos británicos, John Monks, manifestó su beneplácito por la victoria laborista, y su esperanza de que Blair "tratará a los sindicatos con justicia y reconocerá que el péndulo ha ido demasiado lejos en años recientes", en referencia a las políticas conservadoras que restaron poder a las organizaciones trabajadoras.
Combatirá Thatcher a Blair si destruye su legado
La ex primera ministra Margaret Thatcher, antecesora de Major quien permaneció 11 años al frente del gobierno, felicitó a Blair por su triunfo, aunque señaló que "no se sabe mucho de su política", pues su campaña fue "muy hábil para enmascarar los detalles con palabras y frases suaves".
La dama de Hierro advirtió que atacará a Blair si éste amenaza con destruir las reformas neoliberales que ella impuso durante la pasada década y a las que se debe, según ella, la actual estabilidad económica del país.
Sobre la derrota de su partido, Thatcher aseguró que es inusual que un gobierno que logró fortalecer la economía resulte perdedor en las elecciones. "Creo que nunca sucedió esto; un gobierno que hizo tanto por su país; lo reconstruimos después del desastre laborista y resulta derrotado", comentó.
Horas antes, Major dio el banderazo de inicio en la carrera por la sucesión al liderazgo conservador al afirmar ante sus correligionarios que consideraba "apropiado que los tories tengan un nuevo líder que asegure la dirección del partido en la oposición en los próximos años". El ex primer ministro instó también a los "sobrevivientes del partido en el parlamento" a poner fin a sus divisiones y unirse para la lucha que les espera. "Tenemos un largo camino por delante: cinco o diez años, antes de poder conquistar de nuevo el poder".
El secretario saliente del Tesoro, Keneth Clarke, presentó su candidatura horas después de que renunció Major; lo mismo hizo el ministro del Interior saliente, Michael Howard, uno de los pocos miembros del gabinete conservador en conservar su escaño. Ninguno de los más obvios sucesores de Major en la jefatura del partido, como el ex ministro de Defensa Michael Portillo o el ex canciller Malcolm Rifkind, pueden aspirar al cargo por haber perdido su asiento en el Parlamento.
A pesar de que ayer algunos conservadores exigieron la renuncia de Major por considerarlo responsable de la derrota en las urnas de los tories , el secretario general del partido, Brian Mawhinney, quien también conservó su escaño se abstuvo de acusar a Major: "Si cada uno en el partido hubiese luchado como él y si muchos no hubieran dificultado las cosas dentro de nuestras filas partidarias, estaríamos mejor de lo que estamos", comentó.
Bill Clinton felicitó hoy telefónicamente a Blair por su victoria, y se informó también que la secretaria de Estado estadunidense Madeleine Albright telefoneó a Robin Cook, el nuevo canciller inglés para asegurar la continuidad en las relaciones bilaterales. Trascendió que Clinton trató de comunicarse también con Major, pero "no pudo localizarlo".
Dirigentes políticos de Hong Kong, enclave que será trasferido de gran Bretaña a China el 30 de junio próximo no reaccionaron al resultado de los comicios.
El presidente de la Comisión Ejecutiva Europea, Jacques Santer, pidió a Blair llevar a Gran Bretaña a ocupar el "papel de guía" que le corresponde dentro de la organización, mientras el jefe del gobierno alemán, Helmut Kohl, aseveró que la victoria laborista demostró que los británicos no desean "polémicas antieuropeas".
Por su parte, el ministro de Asuntos Europeos de Francia, Michel Barnier, dijo a la oposición socialista francesa que si los laboristas ganaron las elecciones fue gracias a que abandonaron "preceptos fuera de moda" sobre el control estatal de la economía.