La Jornada 2 de mayo de 1997

Sindicatos independientes y organizaciones sociales marcharon sobre
Reforma y realizaron mitin gigantesco en la Plaza de la Constitución

Andrea Becerril Ť Aires de cambio soplaron ayer el Zócalo, que llenaron durante más de cuatro horas miles y miles de maestros, choferes de la ex Ruta 100, trabajadores de Pesca, universitarios, empleados federales y obreros de cientos de fábricas que dejaron muy clara su decisión de luchar para organizar el descontento general en contra de la actual política económica.

Los disidentes de siempre, los que se han atrevido en otras ocasiones a enfrentarse al sistema, agrupados en la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo, tomaron ayer las calles de la ciudad, refrendaron su decisión de avanzar hacia la unidad del movimiento sindical y convirtieron la celebración del Día del Trabajo en un acto de protestas y reclamos al régimen.

Muchos cambios se vieron ayer en el actuar y pensar del sindicalismo más radical, el de los independientes que compartieron de manera respetuosa el Zócalo con los llamados ``foristas'' y permitieron la lectura, ya en el mitin, de mensajes de partidos políticos.

Incluso recibieron con aplausos el breve discurso de Cuauhtémoc Cárdenas, en el que saludó ``cálidamente a esta manifestación de trabajadores independientes y democráticos'', cuya actitud contrasta ``con el comportamiento sumiso de los líderes, reunidos en otra parte no para luchar, sino para seguir claudicando''.

Ovacionaron también la intervención de Benito Mirón, el abogado que desempeñó un papel fundamental en la solución del conflicto de Ruta 100 y ahora contiende por una diputación federal por el PRD.

Ningún incidente en la gran movilización, que se inició cinco minutos antes de las nueve de la mañana en el Monumento a los Niños Héroes, en Chapultepec. En el trayecto por Paseo de la Reforma, los trabajadores quitaron la propaganda electoral de Alfredo del Mazo y Carlos Castillo Peraza y con rabia la patearon y arrastraron por todo el camino.

En la descubierta, tras la manta gigantesca de la Intersindical Primero de Mayo, encabezaban la marcha unos 3 mil integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ``como un reconocimiento y respaldo a la lucha de los maestros democráticos'', dijo el líder de los profesores oaxaqueños, Luis Fernando Canseco Girón.

Cerca del Angel de la Independencia Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador y otros dirigentes y militantes del Partido de la Revolución Democrática aguardaban para integrarse a la marcha. Se incorporaron casi tres horas después, cuando pasaba la retaguardia del contingente.

Más adelante, en Bucareli, unos 2 mil 500 maestros de Oaxaca continuaron la marcha-caravana que iniciaron hace 17 días en aquel estado. De inmediato les abrieron espacio para que se pusieran al frente con una enorme corona, en memoria de los profesores muertos en un percance automovilístico ocurrido un día antes.

Los integrantes del magisterio oaxaqueño estaban por completar 580 kilómetros recorrido a pie. Pese al cansancio, no cesaron de corear sus consignas: ``¡El maestro, luchando, también está enseñando'', y de llamar a la gente que miraba a sumarse a la protesta: ``¡Unete, pueblo, no somos del PRI, somos maestros luchando por ti!''

Llevaban también una especie de marioneta con la figura de un gusano, hecha de tela amarilla y manipulada por varios maestros, que serpenteaban y mostraban la efigie del Presidente de la República y varias leyendas alusivas a la corrupción, el hambre, la miseria, el sindicalismo charro y la educación obsoleta que padecen los mexicanos.

Los maestros oaxaqueños se quedaron en plantón cerca del Zócalo, fuera de las oficinas de la Secretaría de Educación Pública y del sindicato oficial, el SNTE, y anunciaron la posibilidad de un paro nacional para el día 8.

En la marcha, detrás de la CNTE, siguieron los afiliados al Sutaur, con el puño en alto, como lo han hecho en los últimas dos celebraciones del Primero de Mayo. Esta vez los trabajadores iban acompañados de Ricardo Barco, Gabino Camacho y Ernesto Avila, sus dirigentes liberados luego de cientos de movilizaciones durante el año y meses que se mantuvieron en la calle para exigir la excarcelación de los líderes y la apertura de Ruta 100.

Acompañados por otros trabajadores también miembros del Movimiento Proletario Independiente (MPI), portaban decenas de mantas, carteles y pancartas en las que exigían dar cumplimiento al acuerdo político firmado con las autoridades del Distrito Federal.

A las 10:35 horas la descubierta llegó a la Plaza de la Constitución por Madero y aún faltaban grupos de trabajadores por salir del Monumento a los Niños Héroes. En el Zócalo ya se efectuaba el desfile de los foristas y el nutrido grupo de los trabajadores del IMSS pasaba en ese momento frente a Catedral, donde instaló sus templetes.

En esta ocasión no hubo rechiflas ni calificativos de charros para las huestes de Hernández Juárez. Las organizaciones integrantes de la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo siguieron de frente sobre la plancha de concreto y doblaron para dirigirse a su propio templete, frente al edificio de la regencia, entre gritos de apoyo a la CNTE y al SUTAUR.

Detrás venían miles trabajadores más, dispuestos a conmemorar el aniversario de los Mártires de Chicago y a reclamar solución a sus demandas. Sindicatos universitarios de educación superior, la Cooperativa Pascual, músicos, trabajadores de la Secretaría de Pesca, integrantes de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, de los sindicatos de Casa de Moneda, de Costureras, del Sector Salud, Corrientes de Telefonistas, del apartado ``B''.

Más atrás, las organizaciones sociales y el contingente del Frente Popular Francisco Villa, que, dada la gran afluencia de organizaciones, debió rodear y entrar al Zócalo no por Madero, sino por 20 de Noviembre. Eran por lo menos 10 mil y portaban una manta de varios metros de alto, en la que plasmaron su demanda de liberar al dirigente Eli Homero Aguilar, y un logo con una leyenda: ``Viva Villa, cabrones''.

El mitin ya había comenzado con una larga lista de oradores y aún faltaban por llegar al Zócalo los miembros de El Barzón, de la UPREZ, organizaciones campesinas y estudiantiles y militantes del PRD y el PT.

Los moderadores comenzaron a leerse mensajes de solidaridad mutua. En uno de los textos, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) señala que la Ley Federal del Trabajo ``es letra muerta''. Con la Plaza de la Constitución repleta se iniciaron las intervenciones.

En nombre del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor), su secretario general, Miguel Vázquez Gutiérrez, planteó que los cambios económicos que la clase trabajadora demanda primero tendrán que ser políticos.

Gabino Camacho, el fundador del SUTAUR, acusó al gobierno capitalino de ``hacer tiempo'' para no cumplir el acuerdo político mientras cerca de 5 mil integrantes de ese sindicato siguen sin empleo. Roberto Tooms, dirigente del Sindicato de Pesca, habló de la ``dura batalla'' que aún libran en defensa del respeto al principio de libertad sindical.

La multitud aplaudió la intervención del dirigente del magisterio oaxaqueño, Luis Fernando Canseco; gritó un minuto de consignas en memoria de los profesores muertos la víspera y se sumó a la exigencia de esclarecer el caso de Gregorio Alfonso Alvarado, profesor guerrerense desaparecido, y la liberación de otros maestros detenidos por motivos políticos.

Pese al abuso en las intervenciones, la gente se quedó casi hasta el final, cuando Benito Mirón Lince, el abogado integrante del Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC-MLN) y ahora candidato externo a diputado federal por el PRD, dijo que juntos todos ``sí podemos cambiar este proyecto neoliberal Salinista-Zedillista que nos tiene sumidos en la peor miseria''.

Al final, Mirón Lince sostuvo que es fundamental que la Intersindical Primero de Mayo siga tendiendo puentes con los foristas.