El 1o. de mayo en un año electoral es una invitación obligada a averiguar qué se piensa de la clase obrera en los partidos políticos contendientes.
Prácticamente desaparecidos de la arena política, víctimas seguras de la política económica, y objetos prioritarios del control oficial, los obreros aparecen en las plataformas electorales de los partidos políticos como números o estadísticas, escondidos detrás del subtítulo ``desempleo'' y --si les fue bien-- detrás del que anuncia los ``salarios'' y su estrepitosa caída en los últimos años.
Los trabajadores son, para casi todos los partidos, un dato de política económica generalmente relacionado con problemas importantes como la inseguridad y el comercio ambulante, en el caso del Distrito Federal. En la mayor parte de las plataformas elaboradas por los partidos para las elecciones de 1997, la existencia de la clase obrera hay que adivinarla.
A pesar de los millones de votos que las centrales obreras comprometen para el PRI, en la plataforma electoral de este partido hay que buscar a los trabajadores entre los renglones dedicados al ``crecimiento económico para la creación de empleos suficientes, que ofrezcan mejores oportunidades de vida digna a los capitalinos''. No se explican las bases ni los objetivos de la política económica seguida por el gobierno, ni se mencionan las causas del desempleo, y aunque se señala que este último puede originar delincuencia por la miseria y la marginación, sólo se proponen remedios policiacos para enfrentar el problema de la inseguridad pública. Los trabajadores desaparecieron de la plataforma electoral del partido del gobierno; el sector obrero, el movimiento obrero organizado, esto es, el pilar fundamental del PRI, ni siquiera es mencionado.
De manera semejante, en la plataforma capitalina del PAN y, para sorpresa de muchos, en la del PT, a los trabajadores hay que buscarlos entre las estadísticas del INEGI incluidas en el apartado de ``economía, salarios y empleo''; o entre las ``condiciones para un desarrollo económico sustentable y justo'', en el documento del PAN.
El PDM, cuya plataforma dice estar inspirada en principios como el que establece que ``el trabajo humano tiene primacía sobre el capital'', desarrolla esta posición en el capítulo sobre ``políticas de empleo y derecho al trabajo''. El Partido Cardenista también dedica un apartado explícito al ``trabajo'', pero sin explicación ni antecedente, en éste se encuentra una lista de demandas desarticuladas, intemporales y desubicadas. Cabe recordar que después de la lucha ``por un gobierno de los trabajadores'', este PC ahora plantea que ``los patriotas'' asciendan al gobierno. En la plataforma para el DF del Partido Verde, la referencia más cercana a los trabajadores se encuentra en la parte de su programa económico que trata de los posibles efectos nocivos del Tratado de Libre Comercio, vinculados con el cierre de empresas, el desempleo y la emigración.
De los participantes en la contienda electoral se puede decir que solamente el PPS y el PRD se refieren explícitamente a diversos aspectos de los trabajadores mexicanos. Escondido tras el título ``salario y empleo'', el PPS aborda el tema de los trabajadores, partiendo de las políticas de ajuste económico y de las privatizaciones impuestas por los últimos tres gobiernos y ``dictadas por el imperialismo yanqui''. Al parecer, el PPS es el único partido que afirma guiarse ``por la convicción de servir a los intereses de la clase obrera'', aunque esta declaración no esté firmemente respaldada por las soluciones que para cada caso propone en su plataforma electoral.
El PPS, al igual que el PRD, señala que los derechos de los trabajadores no se han respetado por la intervención del gobierno en la vida interna de los sindicatos. Sólo el PRD reserva un espacio de su plataforma electoral para explicar ``la situación de los trabajadores'', destacando la disminución de derechos como el de huelga y de contratación colectiva amenazados por la nueva cultura laboral, e indicando que la libertad sindical es negada por la cláusula de exclusión y por el corporativismo vinculado al PRI.
En el proceso electoral de 1997, aun para los partidos que no han olvidado del todo la importancia de la clase obrera, en los documentos comentados los trabajadores ocupan un lugar como cualquier otro problema urbano.