GB: acepta Major el triunfo laborista
Afp, Ap, Ansa, Dpa, Efe y Reuter, Londres, 2 de mayo Ť El primer ministro conservador, John Major, reconoció esta madrugada la derrota de su partido en las elecciones generales británicas, tras 18 años en el poder, al anunciarse que el Partido Laborista, de Tony Blair, ganó hasta ahora 342 distritos, de los 659 representados en la Cámara de los Comunes, contra 57 de los tories y 24 del Partido Demócrata Liberal.
Según las autoridades electorales, la participación fue de 70 por ciento de los más de 44 millones 203 mil electores convocados a sufragar. Durante meses, los sondeos dieron a los laboristas como favoritos para ganar en las elecciones.
``Está claro ahora que el Partido Laborista ha obtenido un enorme éxito esta noche'', declaró Major, y afirmó que había telefoneado a Blair para felicitarlo por su victoria e indicó que el laborista tomará el poder en una situación económica ``extremadamente buena'' y dijo esperar que ``mantenga su interés en todos los británicos''. Major presentará en unas horas su renuncia a la reina Isabel II.
A pesar de que en las primeras horas del viernes, varios de los principales ministros del gabinete de Major ya habían perdido sus escaños, el primer ministro fue relegido con holgura por quinta vez en la circunscripción de Huntington.
El primero de los ministros en perder su escaño fue el secretario para Escocia, Michael Forsyth, quien fue derrotado por la candidata laborista Anne McGuire, seguido por el ministro británico de Defensa, Michael Portillo, quien perdió su escaño por la representación de Enfiel y Southgate, así como el canciller Malcolm Rifkind y el titular de Comercio e Industria, Ian Lang, y el ministro de Presupuesto, William Waldegrave, en el distrito de Bristol.
Pocas horas después de haberse cerrado las casillas se informó que Blair fue relegido en la circunscripción de Sedgefield con 71. 16 por ciento de los votos, contra 17.76 de su rival conservadora Elizabeth Pitman.
En su discurso de agradecimiento, Blair dio a entender que estaba preparado para asumir el cargo de primer ministro. ``Somos un gran país. El pueblo británico es un gran pueblo. Es un gran honor servirlo y representarlo'', dijo, y afirmó que no defraudará al electorado británico.
Blair se declaró además ``orgulloso'' de los cambios que ha experimentado su partido hacia lo que él llama ``nuevo laborismo'', que puso a su formación en posición de ``dar al país la visión y renovación que necesita'', así como eliminar divisiones políticas que prevalecieron durante los 18 años de gobierno conservador.
El cómputo final se conocerá hasta la tarde del viernes, pero según una proyección de la BCC, los laboristas obtendrán 47 por ciento del total de los votos contra 29 por ciento de los tories, los demócratas liberales obtendrán 18 por ciento y 20 por ciento más de los votos quedará dividido entre otros partidos. Así, los laboristas podrán tener un total de 424 escaños, lo que les da un amplio margen sobre la mayoría mínima de 330, e implicaría que ganaron 153 sobre el número de escaños que tenían en la última administración de Major.
Durante la campaña los laboristas abandonaron sus ideas de izquierda más radicales para convertirse en un ``partido de centro'', lo que les valió comparaciones con las tácticas de Bill Clinton y acusaciones conservadoras de que habían robado argumentos de su partido. Observadores señalaron que efectivamente no había muchas diferencias en las plataformas de ambos partidos, tradicionalmente antagónicos.
Los laboristas, por ejemplo, prometieron conservar la política de privatizaciones del gobierno conservador, aunque se oponen a su iniciativa de privatizar el sistema de seguridad social.
Otra diferencia fundamental entre conservadores y laboristas es que mientras los primeros proponían que los sindicatos se responsabilizaran de los perjuicios causados por las deudas, los segundos prometieron instaurar un salario mínimo general e imponer impuestos a las empresas privatizadas para financiar la capacitación de jóvenes desempleados, medidas que, según algunos expertos, generarán más desocupación al aumentar las cargas fiscales de los empleadores.
Tras conocerse los primeros resultados, algunos conservadores hicieron las primeras demandas de renuncia y críticas al primer ministro. La diputada conservadora Edwina Currie afirmó que Major debía renunciar de inmediato a la presidencia del partido, pues puede ocurrir ``un desastre'' si permanece en el cargo hasta el otoño.
Por su lado, uno de los principales colaboradores de Margaret Thatcher durante su mandato de 11 años, Norman Tebbit, comentó que la campaña conservadora ``careció de claridad y lucidez y no supo contrarrestar la falsedad de los laboristas'' ni acercarse al electorado euroescéptico.
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