La Jornada 2 de mayo de 1997

Barnés: llamaré a la policía cuantas veces sea necesario

José Gil Olmos Ť La UNAM ya no puede ser ``cómplice del chantaje'' de las preparatorias populares; es hora de ponerle punto final a una relación de 28 años que ``abochorna'' a la máxima casa de estudios del país, aseguró el rector Francisco Barnés de Castro, luego de advertir que llamará a la fuerza pública ``cuantas veces sea necesario'' a fin de proporcionar seguridad a la comunidad universitaria.

Apoyado por una mayoría de los miembros del Consejo Universitario, reunidos en sesión el pasado miércoles, el rector Barnés pidió el apoyo de los universitarios, de las autoridades gubernamentales y de la sociedad para resolver ``el conflicto que representan las preparatorias populares --Fresno y Lázaro Cárdenas-- y sus dirigentes'', a quienes acusó de haber ``prostituido'' el proyecto original, engañar a miles de jóvenes y lucrar con el pase automático que arrancaban a la Universidad con ``chantajes''.

ENP y CCH, sin problemas

No obstante, un grupo de consejeros académicos y estudiantiles cuestionaron a Barnés y aseguraron que en la Rectoría de la UNAM se llegó a pagar a porros en décadas pasadas. Asimismo, demandaron no ampliar la vigilancia policiaca a la vida académica y tampoco desaparecer el pase reglamentado en los CCH y la Escuela Nacional Preparatoria, tomando como pretexto la suspensión del pase automático a la Preparatoria Popular Fresno (PPF).

Visiblemente molesto, Barnés exigió presentar pruebas de que la Rectoría ha pagado a grupos porriles y además pidió no confundir el pase automático que los dirigentes de la PPF ``arrancaban'' a la UNAM por ``presiones'' y el pase reglamentado que se tiene en CCH y la Preparatoria, de acuerdo con la legislación universitaria.

Así, en medio de aplausos, indicó que ya no se le otorgará a la PPF mil 360 lugares, como se hizo el año pasado.

Con esta acción Barnés dio por concluida la relación que la UNAM había sostenido con las preparatorias populares, surgidas en 1969 bajo la idea de un grupo de intelectuales, entre ellos José Revueltas, ante la incapacidad de la Universidad de atender la creciente demanda estudiantil. ``La idea original se prostituyó por actitudes porriles'', aseguró.

Para reafirmar el término definitivo de la relación con las preparatorias populares, incluso el abogado general de la UNAM, Gonzalo Moctezuma, declaró inválidos jurídicamente los dos convenios que suscribieron éstas con las autoridades universitarias el 28 de mayo de 1985, en los cuales se establecían los ``mecanismos de ingreso'' para los estudiantes de la PPF.

No obstante, Barnés aceptó analizar la recomendación del Consejo Universitario de que los lugares que se daban a la Preparatoria Popular Fresno sean reasignados para quienes participan en el concurso de selección y que a esta última generación de estudiantes de esa escuela se les entregue certificado para que hagan su examen de admisión.

Por otra parte, una hora antes de que iniciara la sesión del Consejo Universitario en la torre de Rectoría, unos 300 estudiantes y padres de familia de la PPF realizaron un mitin pacífico frente a la entrada del inmueble en el que mostraban pancartas que decían ``Mi hijo no es porro, es estudiante'' y ``No a la intervención policiaca en la UNAM'', así como respeto a la autonomía universitaria.

Al paso de los consejeros entregaron un sobre que contenía copia de los dos convenios firmados con las autoridades universitarias y su demanda de dar una ``salida académica'' a los estudiantes.

Horas después, en el salón de sesiones del Consejo Universitario, el rector Barnés insistió en la solicitud hecha a las autoridades policiacas para resguardar a la comunidad de una posible agresión de los dirigentes de la PPF, quienes, observó, ``no han asomado las narices''.

Aplaudido en varios momentos por directores de escuelas, institutos y facultades, el rector dijo que había tomado esa decisión unilateralmente para resguardar a los universitarios ante la amenaza del retorno de El Chiquilín. Anunció que si esa persona se refugia en las instalaciones universitarias, se pedirá a la policía que ingrese para lograr su detención, puesto que ya tiene órdenes de aprehensión en su contra por daños al patrimonio universitario y tentativa de homicidio.

Empero solicitó no distorsionar sus palabras y aclaró que no se pide el apoyo de la seguridad pública para dirimir las ideas en el ámbito académico. Además explicó que la petición de apoyo policiaco es porque el cuerpo de vigilantes universitarios no puede estar armado ni entrenar con artes marciales a 300 personas para hacer frente a grupos violentos.

Barnés aceptó que la UNAM apoyaba ``bajo presión'' a las preparatorias populares con el pago de la renta del terreno donde se encuentran, así como con material didáctico.

Sin embargo, acusó a los dirigentes de haber ``prostituido'' y terminado el proyecto original aceptado parcialmente por el entonces rector Javier Barros Sierra, al predominar ``actitudes porriles'' ante las académicas. ``Sus fundadores se avergüenzan de lo que existe'', aseguró.

Según el rector, en el conflicto de las preparatorias populares las víctimas han sido los estudiantes engañados, la Universidad y la propia sociedad.

Pero también indicó que han sido ``cómplices'' y parcialmente responsables la sociedad, por dejar sola a la institución cada vez que se pretendía resolverlo y también la UNAM, por ceder al ``chantaje''.

Antes, las comisiones de Seguridad y de Trabajo Académico del Consejo Universitario pidieron al rector Barnés de Castro fortalecer una campaña contra la ``impunidad y la violencia'' en la Universidad Nacional Autónoma de México, informar del curso de las denuncias penales en contra de los agresores de la PPF, difundir entre la comunidad universitaria medidas preventivas de seguridad y precisar ante la opinión pública que las preparatorias populares ``no son entidades dependientes'' de la Universidad Nacional y, por ende, desconocer la ``práctica viciosa'' que se tenía con éstas.