Antonio Gershenson
Tarifas eléctricas: alternativas

Nos enteramos por estas páginas de que se inició una marcha desde Chiapas hacia la ciudad de México, para demandar que a regiones cálidas de ese estado se les aplique ``la tarifa preferencial 1-E''. Parece claro que en varias regiones del país hay sectores de la población que tienen dificultades para pagar las cuentas del consumo eléctrico, pero vale la pena buscar que las alternativas, además de viables, sean justas.

Esa tarifa 1-E tiene, en efecto, una fuerte rebaja que se aplica durante aproximadamente la mitad del año en ciudades en las que la temperatura promedio (que incluye día y noche) sea mayor de 32 grados en los meses más cálidos. La otra mitad del año se cobra lo mismo que en el resto del país. En las zonas cálidas del sureste el esquema de tarifas de verano, establecido en términos de las condiciones del norte del país, no opera de manera adecuada: difícilmente se alcanzan temperaturas tan altas en verano, pero en muchos casos en el sureste el calor dura todo el año; además, en muchos casos hay alta humedad, que también tiende a elevar el consumo eléctrico. En Chiapas, por lo pronto, durante la mitad del año las tarifas seguirían como están, aún en el supuesto de que se estableciera la tarifa 1-E.

Lo peor, sin embargo, es la forma inequitativa como se repartiría la rebaja durante la mitad del año en la que está el verano. En Chiapas no existen lugares con tarifa 1-E, tampoco con la 1-D. Las ciudades más calurosas tienen tarifa 1-C. En 1995, el consumo promedio doméstico en las zonas de tarifa 1-C en Chiapas fue de 121 kilowatts-hora (Kwh). Este promedio anual no es igual, claro, al consumo promedio del semestre más caluroso, pero este último tampoco puede ser, digamos, del doble de esa cantidad, porque eso implicaría que en el otro semestre no se consumiría nada de electricidad. Ya exagerando un poco, podemos decir que el consumo doméstico del semestre caluroso es de 200 Kwh, pero no más.

Vamos a ver qué pasaría con el cambio de tarifa 1-C a 1-E con alguien que consuma esos 200 Kwh mensuales, o sea un consumo promedio. Hay que considerar que si la factura es bimestral, esto correspondería a 400 Kwh bimestrales en cada factura. Con la tarifa actual, 1-C, pagará ese consumidor promedio, el próximo mes de mayo, ya con tarifa de verano, 50.55 pesos más el IVA, o sea en números redondos 58 pesos. Su pago con la tarifa 1-E, si se implantara, sería de 41.40 pesos más el IVA, redondeando, poco más de 47 pesos. Su rebaja es de poco más de 10 pesos al mes, y eso durante seis meses al año; los otros seis se quedan igual. En porcentaje, la rebaja es 18 por ciento en meses calurosos, pero del año completo la rebaja es ya del 9 por ciento.

Pero veamos lo que sucede con un gran consumidor, que consume seis veces el promedio, o sea 1,200 Kwh al mes o, lo que es lo mismo, 2,400 Kwh por factura bimestral. Hablamos en todos los casos del consumo doméstico, no lo que consume este señor en su fábrica, en su tienda, en su hotel o en sus ``tierritas''; sólo en su casita, en su vivienda. El monto de equipo eléctrico necesario para ese consumo no es algo frecuente en una zona tan deprimida como Chiapas, pero de que hay gente así, la hay. Pues bien, por la electricidad consumida en la casa de este señor se pagará, conforme a la tarifa existente, por el próximo mes de mayo, la suma de 636.15 pesos más IVA, o sea aproximadamente 732 pesos. Si se introduce la tarifa 1-E, este señor sí sale ganando en serio: pagaría, ya con IVA, 340 pesos. Su rebaja en este mes sería de 392 pesos, y estaría pagando menos de la mitad de lo que paga ahora. Sus pagos en todo el año tendrían una reducción del 27 por ciento. ¿Es acaso justo que, frente a una rebaja tan modesta al consumidor promedio, un gran consumidor que necesariamente tiene muchos más recursos económicos, tenga una rebaja tan fuerte?

Veamos un ejemplo por el lado opuesto. El consumo doméstico mínimo que se cobra es de 25 Kwh, o sea, al que consuma 10 ó 15 Kwh al mes se le cobran los 25 de todos modos. El 20 por ciento de los consumidores domésticos en Chiapas consumen menos de 25 Kwh. ¿Acaso no es más justo reducir ese mínimo, por ejemplo a 8 Kwh, que era el mínimo hace un tiempo, beneficiando a los consumidores de menos recursos, y a un costo muy bajo?