La Jornada 27 de abril de 1997

Japón quería una salida política, admite Fujimori

Ansa, Reuter, Afp, Dpa, Efe, Pl y Ap, Lima, 26 de abril Ť El presidente peruano, Alberto Fujimori, se atribuyó hoy la idea de cavar túneles como base para preparar el ataque militar que puso fin a la crisis de los rehenes y que personalmente preparó el operativo, de acuerdo con declaraciones hechas a la prensa peruana y japonesa.

``Yo tuve la idea de la operación. Yo tuve la idea de hacer cavar túneles pensando en lo que se descubrió en las ruinas incas'', afirmó el mandatario, quien este sábado acompañó al canciller japonés, Yukihiko Ikeda, en un recorrido que realizaron por las galerías de túneles de las ruinas de Chavín de Huántar.

Dijo que hace tres meses concibió la idea: ``Una mañana me levanté muy temprano con esa idea, la cual me inspiró que podía constituirse en una opción viable para una salida alternativa''. Según esto, tal alternativa debía ser aplicada en caso de que no resultaran las conversaciones con el comando rebelde para una solución pacífica.

Sostuvo que el domingo previo al asalto militar su gobierno estimó que las medidas pacíficas se habían agotado, y ``por eso tomamos la decisión''. No obstante, poco después subrayó que ``con el terrorismo no se puede negociar''. Más aún, reiteró su llamado a la comunidad internacional a ``seguir nuestro ejemplo''.

Mientras recorría con Ikeda el conjunto arquitectónico preincaico de 3 mil años de antigüedad, insistió el mandatario en que fue aquí donde se inspiró para construir no sólo los túneles, sino también las salas de trabajo, las salas de descanso e incluso depósitos de alimentos.

El presidente Fujimori reconoció ante la televisión japonesa NHK que hubo diferencias de opinión entre su país y Japón sobre la crisis de los rehenes. El peruano siempre dijo que no descartaba una solución militar, frente a pedidos insistentes del gobierno de Ryutaro Hashimoto para que se priorizara una salida pacífica.

Tras afirmar que si no tenía retos se ``aburría'' y defender el hecho de que no le haya avisado a Japón cuando se disponía a lanzar el ataque militar contra el comando rebelde del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), explicó esa posición al señalar que de trata de decisiones de inteligencia que todo gobierno debe tener.

Sin embargo, medios de prensa peruanos señalaron que Japón sí estuvo enterado de los planes de Fujimori. El embajador Morihisa Aoki le mandó una carta a su gobierno para presionar por una solución negociada, al informarle que los 25 militares y policías peruanos cautivos participaban del plan de rescate desde dentro de la mansión.

Agradecimientos de Tokio

El canciller Yukihiko Ikeda, al concluir su visita a Perú para agradecerle a Fujimori por el éxito ``casi perfecto'' de la recaptura de la residencia del embajador japonés, expresó su admiración por la construcción del conjunto inca. Asimismo, exculpó al gobierno peruano por la acción militar y responsabilizó de lo ocurrido al MRTA.

Ikeda sostuvo que la decisión se tomó tras agotarse toda posibilidad pacífica, y añadió que su gobierno tomará medidas eficaces contra el terrorismo. Apuntó el diplomático que ahora los lazos con Perú se estrechan y habrá mayor cooperación bilateral, e informó que Hashimoto visitará Perú próximamente para agradecerle personalmente la solución a la crisis.

Si bien tanto en Japón como en Perú los sondeos de opinión dan su aprobación mayoritaria a Fujimori por el asalto militar, el diario Asahi Evening News señaló que esa orden, que según previsiones moriría el 20 por ciento de los rehenes, fue una apuesta del presidente que se hallaba acosado por la presión de problemas internos.

El rotativo asienta que los caminos de la salida pacífica no estaban cerrados y Fujimori actuó presionado por la crisis interna de sus mandos militares y acusaciones de corrupción contra su gobierno. Por lo demás, acota, está buscando un tercer periodo presidencial y el descenso de su popularidad equivalía a una crisis política.

A su vez, Asahi Shimbun critica la falta de respeto de Fujimori a las leyes internacionales al no haber pedido el consentimiento de Tokio antes de lanzar el ataque sobre lo que técnicamente es territorio japonés. Pero, subraya, el gobernante actuó como un líder atormentado por la toma de los rehenes y al final los problemas sociales siguen ahí.

Perú desestima ejecuciones

El gobierno peruano decidió que ``no dará mayor importancia'' a versiones de que algunos de los 14 guerrilleros del MRTA fueron asesinados a pesar de haberse rendido. ``Los comandos entraron a rescatar rehenes, entraron con armas, no con guantes de seda, para enfrentar al enemigo'', señaló una fuente del Ministerio de Defensa.

Razonó que en una guerra todos están preparados para morir, el ejército y los rebeldes, y ``ese día la residencia era un campo de batalla''. Resaltó que fueron ellos los que amenazaron con matar rehenes si se producía el asalto y quienes tenían a los rehenes. Y concluyó: ``¿No es verdad acaso que mataron a dos de los nuestros?''

No obstante, el diario argentino Clarín citó fuentes de la inteligencia naval peruana que habrían aceptado que Tito, el tercero de los cuatro jefes del comando del MRTA, junto con otro compañero más joven, decidieron rendirse al darse cuenta de que nada podían hacer frente a los militares que ya se aproximaban.

La versión señala que esa sería la razón por la que decidieron no disparar a los rehenes. Tito y el compañero, tras rendirse y pedir que no los mataran, fueron llevados con las manos atadas por la espalda atrás de un grupo de 20 rehenes que iban a ser sacados por un túnel que daba a una casa vecina de la residencia japonesa.

Según un testigo, después los militares dicidieron regresarlos a la residencia y luego aparecerían acribillados. Un tercer rebelde fue encontrado en la azotea, y se cree que éste también se había rendido. Los informes de algunos rehenes también dieron cuenta de las dos adolescentes que se habrían rendido.

Por otra parte, en la prensa limeña había sospechas de que el arzobispo Juan Luis Cipriani habría colaborado en la preparación del asalto, mientras el gobierno usó los canales establecidos de la atención humanitaria a los cautivos para introducir sistemas electrónicos de escucha y recoger información indispensable para el ataque.

En tanto, el ex interlocutor gubernamental Domingo Palermo negó haber participado en la preparación de la operación militar. A su vez, la Cruz Roja Internacional denunció la violación del espacio de lo que fue la llamada casa de conversaciones utilizada para los diálogos entre el gobierno y el MRTA, y sospecha que fue la policía.

El Ministerio de Defensa desmintió que un tercer militar haya muerto en un hospital a causa de heridas en la operación de rescate, pero reconoció que sí murió un sargento en ``combates'' en la selva central. Asimismo, la policía investigaba un suspuesto atentado dinamitero a la casa de un ex asesor económico de Fujimori de nombre Santiago Roca Tavella. Pero la supuesta explosión no causó daños ni víctimas.

Otras condenas

La agrupación política uruguaya Tupamaros, que en los 70 fue una de las más importantes guerrillas de Latinoamérica, estimó que Alberto Fujimori eligió el camino de la guerra al ordenar el asalto de la residencia japonesa, y señaló que el mandatario peruano debe recordar que quien ``siembra vientos recoge tempestades''.

Agregó que cada masacrado se multiplicará por miles y que el mandatario sentó un precedente peligroso para el futuro al desvalorizar todo intento de diálogo tolerante. Aseveró que ``estafó'' al pueblo de Perú y al mundo en aras de sus ``personales ambiciones políticas''.

En Chile, los comunistas pidieron una investigación internacional sobre el asalto a la residencia, mientras que en Bolivia se destacaba que continúa intacto el problema de fondo en Perú, como es la violencia y sus causas. También el ex presidente venezolano Luis Herrera Campins criticó la acción y dijo que Fujimori desestimó el camino sensato de la salida pacífica.