NYT: la ventaja de Cárdenas en encuestas motivó el discurso de Zedillo en el PRI
La gente no quiere otros tres o seis años de más de lo mismo, quiere el cambio, afirmó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en una entrevista con el periódico The New York Times la semana pasada, mientras su caravana de camionetas Suburban atravesaba colonias industriales --``tierras yermas''-- de la ciudad de México.
En su edición de ayer, el Times publicó la entrevista ``con el que perdió la Presidencia contra candidatos del PRI en 1988 y 1994'', para quien México se mueve hacia unas elecciones federales el 6 de julio que serán un baño de agua, no sólo por la primera elección del gobernador de la ciudad de México, sino también debido a que los partidos de oposición tienen la primera oportunidad creíble de arrebatar el control del Congreso de 500 diputados al PRI.
Por medio siglo, desde que el sistema político mexicano se consolidó en los años 20, sucesivos presidentes militantes del PRI han gobernado ``con poderes virtualmente ilimitados''. Desde principios de los 80, los partidos de oposición poco a poco han ganado cientos de municipios y cuatro gubernaturas, pero las instituciones centrales del poder político mexicano permanecen en las manos de ese partido, indicó el rotativo.
Según el Times, recientes encuestas señalan que si las elecciones fueran hoy Cárdenas y su Partido de la Revolución Democrática, podrían ganar la gubernatura de la ciudad, mientras el PRI ganaría apenas lo suficiente para mantener la mayoría en el Congreso.
Esta perspectiva parece haber conmovido al presidente Zedillo, quien apareció en una asamblea del PRI la semana pasada para señalar a sus aspirantes que necesita mantener el control del Congreso. Para el diario neoyorquino los peligros de una derrota del PRI son obvios: un Congreso controlado por la oposición podría comisionar la primera investigación seria sobre la corrupción gubernamental y establecer comités para monitorear los presupuestos secretos del Ejército y del presupuesto nacional que el Presidente acostumbra manejar como chequera de su partido.
``Los riesgos son extraordinarios porque el PRI nunca ha tenido que trabajar con un gobierno dividido y ellos no saben cómo'', dijo al Times el politólogo Federico Estevez.
La pérdida de la ciudad de México podría ser un tremendo golpe, añadió, debido a que alrededor de 20 mil de los 60 mil burócratas son funcionarios priístas y podrían ser despedidos por un gobernador de la oposición. Al apostar que este riesgo es atractivo para los habitantes de la ciudad, Cárdenas y el otro principal candidato de oposición, Carlos Castillo Peraza, ex presidente del conservador Partido Acción Nacional, han desarrollado sus lemas de campaña alrededor de la palabra ``cambio''. En contraste, el PRI y su candidato Alfredo del Mazo, ex gobernador del estado de México, juegan con que los mexicanos temen a las turbulencias y votarán por la estabilidad.
Recientes encuestas indican que Cárdenas sería apoyado por 32 por ciento de los electores, Castillo por 30 y Del Mazo por 25 por ciento.
Cárdenas, favorito en las primeras elecciones de toda la historia para gobernar la ciudad de México, escucha a la gente que se queja de la indiferencia gubernamental. En una manifestación varias ppersonas acusaron a un dirigente del PRI de traficar tesoros arqueológicos. Más tarde, en un mitin, cientos apartaron violentamente a una persona a la que acusaron de pertenecer al PRI con una consigna que resonó en las torres de la iglesia cercana: ``¡Fuera el PRI!''
The New York Times llamó a Cárdenas el más prominente dirigente izquierdista mexicano y añadió que el ganador podría convertirse en el segundo político más poderoso del país.