La corrupción del narco, amenaza tan real en EU como en Latinoamérica
Jim Cason y David Brooks, corresponsales/III, Washington, 21 de abril Ť La drástica expansión de las actividades antinarcóticos en Estados Unidos ha generado un marcado incremento en la corrupción de servidores públicos estadunidenses y nuevos temores de que se convierta en sistemática, hecho tan frecuentemente percibido como un problema en países como México y Colombia, y que comienza a amenazar segmentos del sistema de seguridad pública de este lado de la frontera.
``Por el alto volumen de drogas e inmigración ilegal en la zona suroeste de la frontera, la amenaza de corrupción pública es una preocupación seria'', declaró el mes pasado la fiscal de Estados Unidos, Carol Dibattiste.
Al testificar ante un comité legislativo, Dibattiste informó que el gobierno federal registró el año pasado 480 casos de corrupción oficial, que involucraron a 643 servidores públicos. ``Incluyeron corrupción oficial en la procuración de justicia federal, programas federales, seguridad pública federal y otras actividades federales, así como también de funcionarios estatales, locales y otros'', dijo la funcionaria del Departamento de Justicia.
Recientemente, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) solicitó varios millones de dólares en fondos adicionales para apoyar sus actividades de detección de la corrupción interna; asimismo, el Departamento de Justicia ha solicitado autorización para agregar 12 fiscales a estos esfuerzos.
El New York Times indicó el mes pasado que las autoridades federales han visto crecer las evidencias de una ``corrupción sistemática'', particularmente en pequeños pueblos fronterizos. En el condado de Zapata, rémota área rural en el occidente de Texas, casi todo el aparato oficial, incluso el juez, el sheriff y el secretario del condado, fueron condenados recientemente por haber ayudado a narcotraficantes.
``Por toda cuenta, la corrupción relacionada con el narco en Estados Unidos es seria y está creciendo'', informó el New York Times, ``y nutre a los críticos en México y en otros lugares que afirman que Estados Unidos debería abordar los efectos de sus propios problemas de droga antes de atacar a otros países''.
Altos funcionarios del gobierno de Bill Clinton y de seguridad pública entrevistados en el marco de esta investigación admitieron que la corrupción vinculada con el narco es un problema creciente en este país, pero negaron que haya alcanzado las proporciones de países como Colombia o México.
El programa de CBS News 60 Minutos, que cuenta con más de 30 millones de televidentes cada semana, informó este domingo de nuevas evidencias que sugieren que agentes del Servicio de Aduanas de Estados Unidos que trabajan en la frontera en San Diego podrían estar permitiendo el ingreso de camiones que transportan cocaína sin inspeccionarlos al cruzar la frontera.
El programa de noticias entrevistó a un funcionario de Aduanas, quien describió cómo su superior lo presionó para que no inspeccionara un camión cuyo cargamento de cocaína fue descubierto más tarde. El programa aseveró que actualmente el Servicio de Aduanas de Estados Unidos está permitiendo que los camiones pertenecientes a la familia Zaragoza Fuentes, la cual ha sido vinculada al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes por la DEA, sean incluidos en un programa especial que autoriza a vehículos cruzar la frontera sin inspección.
Corrupción que data de 1776
La corrupción no es nada nuevo en este país, y tal como observó un funcionario del SIN entrevistado por este diario, ``ha estado ocurriendo por lo menos desde 1776''. En los setenta y los ochenta, delegaciones enteras de policías en Nueva York debieron ser clausuradas por el alto nivel de corrupción.
La semana pasada, un detective antinarcóticos testificó en una corte local que la información que había presentado a sus superiores fue filtrada a los narcotraficantes que estaba investigando. El oficial ha sido retirado del caso, pero fiscales en Nueva York investigan ahora a dos policías, padre e hijo, de quienes se sospecha que pasaron información delicada a narcotraficantes de cocaína.
Sin embargo, en los últimos años el número de casos de casos de corrupción seguidos por el Departamento de Justicia se han incrementado en varios rubros. Según el New York Times, un número ``sin precedente'' de oficiales de seguridad pública federal, estatal y local que trabajan en la zona fronteriza han sido acusados formalmente de corrupción relacionada con la droga en los últimos tres años.
La fiscal Dibattiste informó al Congreso que sólo durante el año pasado se registró un incremento de 8.3 por ciento en casos de esta índole; sin embargo, funcionarios que trabajan en la frontera sur reconocen que probablemente representan sólo una pequeña parte del problema.
``La triste verdad es que la gente en seguridad pública no gana mucho dinero, y eso es cierto especialmente para oficiales locales'', comentó al Times Fred Ball, ex funcionario de la DEA.
``En algunos de estos condados, alguien se presentará frente a un oficial con 50 o 60 mil dólares, o más, y dirá `todo lo que usted tiene que hacer es voltear la cabeza a otro lado esta noche'''.
Ball agrega que ``esa es una explicación de por qué ocurre esto, pero no es una justificación''.