La Jornada 22 de abril de 1997

En los asesinatos en Juárez, chivos expiatorios y líneas sin investigar

Rubén Villalpando, corresponsal /II, Ciudad Juárez, Chih., 21 de abril Ť Esther Chávez Cano, dirigente del grupo Mujeres 8 de Marzo, señaló que tal vez los integrantes de la banda Los Rebeldes sean responsables de uno o dos de los 85 homicidios de jovencitas ocurridos en esta ciudad en los últimos cuatro años, pero consideró que éstos no tienen ni la inteligencia ni la capacidad para cometer los crímenes reportados y mucho menos de ocultar las pruebas.

Expertos en criminología y psicología, como Oscar Máynez Grijalva, tampoco creen que los responsables de los crímenes sean los integrantes de la banda y recuerda que ya desde 1995 alertó a las autoridades policiacas mexicanas, desde el Paso, Texas, en el sentido de que en Ciudad Juárez había un psicópata que estaba matando a mujeres jóvenes, casi niñas, sin ser escuchado.

Maynez Grijalba menciona que desde 1993 se dio cuenta de que al menos cuatro de los cuerpos de jóvenes tenían señas de que fueron violentadas por la misma persona, por el tipo de torturas que presentaban, y describe al responsable como una persona de la clase alta o media alta que escoge a sus víctimas de la clase humilde, porque de esta manera la policía no pone interés en resolver los casos.

Ni siquiera la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) cree en la versión de las autoridades. El primer visitador, Luis Miguel Hernández, quien se vio obligado a renunciar luego de denunciar que cinco de los acusados en estos crímenes fuerron torturados, reitera que los presuntos culpables son chivos expiatorios.

Otra línea de investigación que no han tomado en cuenta las autoridades, conducen a un joven de nombre Alejandro Maynez --no es familiar del criminólogo--, el cual ha sido acusado de haber matado a su novia y a la empleada de un bar, estrangulándolas luego de violarlas. Integrantes de los grupos organizados no gubernamentales mencionan que el joven no ha sido investigado porque su familia tiene mucho dinero.

Los Rebeldes fueron detenidos hace exactamente un año, en un operativo policiaco efectuado en el centro de esta ciudad, luego de que familiares de las víctimas y la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales --formada por 16 grupos de diversas tendencias políticas, religiosas y feministas--, que se unieron para exigir a las autoridades un alto a los crímenes de mujeres en la ciudad y que en ese momento se estaba convirtiendo en un problema político.

Los policías efectuaron estas acciones --entre las calles Mariscal, Velarde y Ugarte--, luego de que cinco agentes infiltrados en bares escucharon que Los Rebeldes estaban matando niñas y adolescentes por encargo del egipcio Abdel Sharif Sharif, y aunque no los tenían identificados fueron a buscarlos.

Los detenidos fueron acusados de los homicidios, además de tráfico de drogas y armas. Los presuntos líderes de la banda son Sergio Armendáriz y Juan Jorge Contreras Jurado, ambos obreros de una fábrica de botas. Los demás son empleados de bares, bailarines, cantantes y meseros. Luis Armando Andrade y José Luis Reyes Rosales quedaron libres hace menos de un mes, y Erika Fierro salió libre bajo fianza.

Asimismo, Fernando Germes Aguirre, Carlos Hernández Molina, Carlos Barrientos, Raymundo Olivares y Omar Ceniceros. Ninguno de ellos cuenta con antecedentes penales graves, solamente con arrestos por faltas administrativas.

Tres días antes del operativo, otro grupo policiaco detuvo a tres hombres y a dos mujeres, empleados de un bar, y los mantuvo incomunicados en un hotel, sometidos a interrogatorios y al parecer a torturas para que acusaran a aquéllos.

En este caso intervino el primer visitador de la CEDH, Luis Miguel Hernández, quien rescató del hotel a los cinco jóvenes, luego de señalar que habían sido torturados. El funcionario fue obligado a renunciar, ya que jefes de prensa y policías circularon la versión de que Sharif Sharif le había pagado 20 mil dólares por defenderlo, y al sentirse calumniado y presionado por la Procuraduría de Justicia estatal abandonó el cargo, reiterando que los culpables son chivos expiatorios.

Por el momento, las autoridades mantienen en prisión a Sharif Sharif como autor material e intelectual de los homicidios. Jueces penales le han dictado en tres ocasiones el auto de libertad, pero solamente en una ocasión ha salido a la calle para ser trasladado por agentes del Instituto Nacional de Migración a sus oficinas, para iniciar el proceso de derportación. Sin embargo, antes de llegar fueron interceptados por agentes de la PJE quienes aplicaron otra orden de aprehensión en su contra.

Los policías que lo detuvieron, al principio lo describen como un amante violento que golpea a las mujeres cuando tiene relaciones sexuales con ellas. Cuando fue encarcelado por la policía, Sharif negó los cargos, argumentó que conocía a todas las prostitutas de Ciudad Juárez y gritaba indignado: ``Give me a fucking break'', para asegurar que solamente se acostaba con prostitutas a las que pagaba en dólares.

Para los abogados defensores de Sharif, entre ellos Irene Blanco, conocida militante del PAN, él es ``el responsable perfecto'', porque vivía solo en Juárez, no tiene familia, frecuenta bares y cantinas de la zona centro y es adicto al alcohol y a las prostitutas.

Aún con el egipcio preso, siguen apareciendo cuerpos sin vida en el Lote Bravo, Cerro Bola, Lomas de Poleo, Granja Santa Elena, Carretera Casas Grandes y en otros suburbios de la ciudad.