Trenecitos en venta
The show must go on
Sin chamba
Este es un anuncio para alguien que de niño soñó con poseer un trenecito de verdad y nunca pudo realizar su ilusión: la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) vende tres líneas, las más pequeñas del país. La primera corresponde al tren que corre de Tijuana a Tecate -una distancia de 71 kilómetros-; va bordeando la frontera y, aunque hoy en día está hecho una desgracia, puede convertirse en un buen negocio. El otro tren es el de Nacozari, que cruza 320 kilómetros de territorio sonorense. El último es el tren Coahuila-Durango, de casi mil kilómetros de recorrido. La SCT fijó un plazo que expira el 7 de mayo para recibir ofertas. Algún magnate mexicano podría quedarse con cualquiera de estos trenes. Al final de cuentas, salen más baratos que la cuenta del siquiatra por un sueño insatisfecho. Sony
Emilio Azcárraga II, el hombre que, como expresó Jacobo Zabludovsky, comienza desde hoy a convertirse en una leyenda, alguna vez dijo que nunca había visto que alguien en México tirara su radio o su televisón a la basura. Las familias adquieren y conservan sus aparatos porque son el más barato entretenimiento hogareño, opinaba Azcárraga, quien, si pudiera levantarse sobre su propia tumba, diría a sus colaboradores: ``¡Basta de lamentaciones! The show must go on''. Valdría la pena agregar que, en los últimos dos años, cuando el presupuesto no alcanzó para comprar aparatos nuevos, las familias mantuvieron los viejos, reparándolos y parchándolos lo mejor que pudieron. Era un lujo impensable adquirir otros. Pues bien, según Sony, el panorama está cambiando. Espera que sus ventas este año aumenten 23 por ciento y se ubiquen en 160 millones de dólares. El optimismo de Koichi Nakamura, presidente de la corporación japonesa en México se basa en los buenos resultados de los últimos 12 meses, ya que vieron crecer sus ventas 27 por ciento respeco del infausto 1995, cuando la viruela de la crisis pegó con todo su furor. De cualquier modo, la recuperación total aún se ve lejana. Nakamura dijo que Sony espera que en 1999 estén más o menos en el mismo nivel de ventas que llegaron a tener en 1992. Entonces fueron de 303 millones. El directivo dio otra buena noticia: este mismo mes comenzará a funcionar en Tijuana una nueva maquiladora -la quinta de Sony en territorio mexicano-, la cual se epera que produzca medio millón de videograbadoras al año, de las cuales probablemente cien mil se vendan a la clientela mexicana. Sony también fabrica 800 mil aparatos de televisión, de los cuales 130 mil son para el mercado nacional.
Desempleado
No renunció; en realidad, lo echaron. No fueron muy diplomáticos los dueños de The Wall Street Journal con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Su separación del consejo de asesores fue simple trámite. Ya estaba decidida desde meses atrás. Su desprestigio molestaba a los accionistas y editores de la acreditada publicación de negocios. Al colarse entre ellos, Salinas no tomó en cuenta varios factores: 1) The Wall Street Journal no lo protegería. En realidad, publicó más informaciones sobre los escándalos del clan que ningún otro periódico estadunidense. 2) Tal vez pensó que, una vez dentro del consejo, no se atreverían a echarlo, y también se equivocó: lo despidieron. 3) Quizá supuso que los otros poderosos periódicos del vecino país lo respetarían por ser parte de uno de ellos, lo cual fue otro grave error, pues no funciona así la prensa de aquella nación y, afortunadamente, ya está dejando de operar así la mexicana. Lo que sucedió en realidad fue que The Washington Post, The New York Times, The Miami Herald, Los Angeles Times y todos los demás, como en Fuenteovejuna, se encargaron de desnudar la corrupción y los crímenes del sexenio anterior.